El santo padre Francisco viajará a Turín los días 21 y 22 de junio con ocasión de la ostensión de la Sábana Santa y el bicentenario de don Bosco. Durante esta visita, tendrá lugar un hecho histórico, será la primera vez que un Pontífice visite un templo valdense. Precisamente en Turín, se registraron episodios de difícil convivencia entre la naciente congregación de los salesianos y los seguidores de la Iglesia valdense.
El pastor Eugenio Bernardini, moderador de la Mesa valdense, ha contado en una entrevista a Radio Vaticano que la invitación se realizó el pasado mes de noviembre. Y así, explica que “la idea surgió cuando el papa Francisco, hace dos años, asumió su cargo con un nombre muy significativo –al menos para nosotros– que nos conmovió junto con las primeras palabras y los primeros hechos. El pastor indica que el Movimiento Valdense nació hace más de ocho siglos, de una experiencia de conversión espiritual de un laico que se asemeja mucho a la historia de Francisco de Asís. De este modo observa que “las similitudes entre estos dos movimientos –el franciscano y el valdense que después, en el 1500, se convirtió en Iglesia valdense– son impresionantes: sobriedad, sencillez, esencialidad, acercamiento a los pobres…”
Es encuentro, “significa para nosotros, por un lado confirmar la bondad de un camino que ha traído indudablemente frutos, y por otro dar más impulso, no tanto a las relaciones diplomáticas entre Iglesias cristianas de distintas confesiones, sino sobre todo para hacer que aún en la diversidad y en la pluralidad de nuestras posiciones, consigamos encontrar la forma de expresar juntos palabras y gestos que nuestra sociedad pide a los cristianos de hoy que nosotros tenemos la responsabilidad de ofrecer”.
Sobre las perspectivas ecuménicas que este evento histórico puede traer, el pastor explica que “en un momento en el que la palabra religiosa, la diferencia entre religiones, lamentablemente ha vuelto a ser un problema”, “en un momento en el que algunos instrumentalizan la religión, el libro sagrado y las diferencias, por tener una actitud de conquista, sustancialmente para negar la pluralidad”, es importante “que nosotros demos sin embargo una señal contraria, que colaboremos de forma más activa para desarmar lenguajes, la propaganda de aquellos que piensan que la uniformidad religiosa es la única solución”.
Finalmente, el pastor subraya que en Turín, hasta hace 150 años no pudieron estar presentes con su libertad de expresión, tras siglos de persecución y marginación.
(RL) (HSM)