Los yihadistas detenidos este miércoles en la operación Caronte contra el terrorismo islamista planeaban atentar en España y para ello habían tomado fotografías desde distintos ángulos del Parlamento de Cataluña, de un céntrico hotel de Barcelona y de una comisaría de la Policía autonómica catalana.
Entre las intenciones de los 11 arrestados –uno de ellos es menor de edad– estaba también la de hacer un secuestro, vestir a la víctima con un mono naranja y degollarla ante la cámara para difundir luego la escena al estilo del autoproclamado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Tenían previsto hacerlo en territorio español.
Los investigadores señalan que todos los preparativos para atentar estaban en estado embrionario, aunque habían avanzado en sus planes más que los grupos fundamentalistas islámicos detectados en España en los últimos años.
Además se ha conocido, a través del auto del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz por el que ha enviado a prisión a siete de los 10 interrogados, que el presunto jefe de la célula, Antonio Saez Martínez, alias Alí el peluquero, quiso cometer un atentado contra una librería judía en Barcelona.
El grupo –que se hacía llamar «Fraternidad Islámica para la Predicación de la Yihad»– se propuso en un principio captar y adoctrinar a combatientes para enviarlos a Siria e Irak a unirse a las filas del ISIS. Las tres personas a las que enviaron fueron detenidas en Bulgaria antes de llegar a la zona, por lo que decidieron cambiar de objetivo: atentarían en España. Fue entonces cuando comenzaron a fotografiar posibles objetivos.
En los registros los investigadores han encontrado una granada en buen estado, diversas armas de fuego, munición y numerosos cuchillos de grandes dimensiones. También disponían de manuales para preparar explosivos y de distintos productos químicos que iban a emplear en la tarea.
(IDV)