Un nuevo Congreso Litúrgico de Montserrat

‘Palabra y Vida’ del arzobispo de Barcelona

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Este año coinciden varias conmemoraciones de carácter litúrgico. En primer lugar, hace cien años del primer Congreso Litúrgico de Montserrat, celebrado en 1915. Más adelante, en 1965, o sea hace cincuenta años, se empezó a decir la misa en las lenguas de la gente, de cara a la asamblea cristiana, con un cambio de ritos que los hacía más cercanos, más participativos y más comprensibles. Fue en dos etapas: una, como una prueba, el 1 de enero, y la siguiente, ya de manera plena, el 7 de marzo.

En diciembre de 1963, el Concilio había aprobado la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, en la que se ofrecían los principios básicos de lo que debía ser la reforma litúrgica y se señalaban algunas de las concreciones posibles. Por ejemplo, se apuntaba que había que reflexionar sobre la posibilidad de celebrar la misa en las lenguas vivas.

El papa Pablo VI, de manera inmediata, puso en marcha los organismos encargados de la reforma. La Iglesia, después de siglos, abandonaba el uso del latín en el culto y se pasaba a las leguas vivas. Fue un gran cambio, no en el orden de las verdades de fe pero sí en la práctica cristiana. No todo el mundo entendió la motivación profunda de la Iglesia para dar este paso. Dejar el uso del latín se vio como un cierto empobrecimiento cultural, pero hacer entrar las lenguas autóctonas en el culto también tenía una dimensión cultural muy positiva. Y así se vivió en Cataluña, donde el uso de la lengua vernácula en la catequesis, la predicación y el culto había pasado por momentos difíciles.

La Iglesia decidía hacer la celebración de la misa y de los demás sacramentos en las lenguas vivas para hacerlos más cercanos y comprensibles, más participados por toda la comunidad y más inspirados en la Sagrada Escritura, y para acercar la Palabra de Dios a los cristianos. Más adelante, la reforma litúrgica dio nuevos pasos, en especial con el nuevo orden de lecturas, que puso al alcance del pueblo cristiano una presencia más abundante de la Biblia en las celebraciones.

En Cataluña, estas reformas se vivieron con un verdadero entusiasmo. El terreno estaba preparado gracias a una especial sintonía con el movimiento litúrgico que se vivía desde hacía tiempo en varios países de Europa y que aquí promovían instituciones como el Fomento de Piedad y el monasterio de Montserrat. En este monasterio, en 1915, hace ahora cien años, se celebró el primer Congreso Litúrgico, que tuvo cuatro objetivos sobre el culto cristiano: profundización, participación activa y fomento de la vida sacramental y de la vida comunitaria. En el año 1965, ya después del Concilio, se celebró el segundo Congreso y en 1990 el tercero, con el fin de evaluar cómo había sido recibida la reforma en Cataluña.

Ahora, nuevamente, los obispos de las diócesis catalanas y el abad de Montserrat hemos convocado un nuevo Congreso Litúrgico -el cuarto-, que tendrá lugar los próximos días 16, 17 y 18 de abril, coincidiendo con el centenario del primer Congreso, muy centrado en el futuro de la reforma litúrgica en nuestra tierra.

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Luís Martínez Sistach

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