La noche del 14 al 15 de abril de 2014, milicianos de Boko Haram entraron en el Instituto de Chibok, al noreste de Nigeria, y secuestraron a 276 jóvenes estudiantes que se preparaban para los exámenes finales. Medio centenar de ellas logró escapar de sus captores días después. El resto, algo más de doscientas, continúa un año después en paradero desconocido.
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, cree que muchas de ellas podrían haber sido asesinadas en las últimas semanas, tanto en Bama, donde se encontraron decenas de cadáveres arrojados en pozos, como en otras localidades liberadas hace poco del control del grupo terrorista.
El pasado 6 de abril, el alto comisionado de la ONU aseguraba al periódico nigeriano This Day que “en las últimas semanas nos llegan cada vez más noticias y pruebas de masacres y creemos que entre las víctimas se podrían encontrar las niñas de Chibok”.
Según el relato de una docena de jóvenes que lograron escapar, recogido en un informe elaborado por Human Rights Watch, las adolescentes han sufrido distintos tipos de abusos durante su cautiverio: trabajos forzados, violaciones. Muchas de las niñas secuestradas en Chibok eran cristianas y fueron obligadas a convertirse al islam.
Nigeria y muchos otros países conmemoran el primer año de su secuestro con numerosos actos. El hashtag #BringBackOurGirls (Devolvédnos a nuestras niñas) ha vuelto a ser trending topic mundial.
Amnistía Internacional ha denunciado que al menos dos mil mujeres y niñas han sido secuestradas por los fundamentalistas desde el comienzo de 2014, y muchas han sido forzadas a la esclavitud sexual y entrenadas para luchar.
Basándose en las declaraciones de casi 200 testigos, 28 de ellos mujeres y niñas secuestradas que lograron escapar, el informe, de unas 90 páginas, titulado “Nuestro trabajo es disparar, matar y masacrar: la campaña de terror de Boko Haram en el nordeste de Nigeria” documenta los múltiples crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad perpetrados por los terroristas, incluido el homicidio de al menos 5.500 civiles, mientras el grupo armado arrasaba el nordeste de Nigeria durante 2014 y comienzos de 2015.
(RLG)