Se sabe poco, la Guardia Costera Italiana este domingo en su último twit indica: “Barco volcado en aguas libias. A las 18,30 el balance del naufragio es de 28 personas salvadas y 24 muertos”
Que los muertos sean 24 ya es espantoso, pero se teme que las víctimas mortales puedan ser cientos. Se habla de 700 personas. Según un sobreviviente de Bangladesh llevado en helicóptero a un hospital en catania, abordo había 950 personas. Según otro testimonio muchos inmigrantes habían sido cerrados en la estiva en el momento de partir.
El barco de 20 metros de eslora está hundida a unos 200 metros de profundidad, motivo por el cual los buzos no logran llegar y será necesario hacerlo con un robot submarino, para entender el número de víctimas.
Si se confirman los datos sería el accidente más grave desde la Segunda Guerra Mundial, peor que el de Lampedusa del 3 de octubre de 2013, con 366 muertos y 20 desaparecidos.
El barco partió de Egipto, cargó inmigrantes en un puerto de Libia a 70 kilómetros de Trípoli, y por la noche del sábado envió una llamada telefónica satelitar a la Guardia Costera Italiana pidiendo ayuda. La Guardia Costera individuó las coordinadas y organizó la operación de socorro, en la que participaron 17 entre naves y helicópteros. Pidió ayuda ente otros a una nave portacontainer de 147 metros de eslora, la King Jacob, ubicada a unos cien kilómetros de distancia del lugar del S.O.S.
El comandante de la King Jacob, según las informaciones que han transcendido, indicó que los ocupantes al ver que llegaba una nave se desplazaron masivamente sobre un lado provocando que el barco se volcara. “Apenas nos vieron se agitaron y la barcaza se volcó” dijo.
Los sobrevivientes harán una primera escala en Malta y después irán hacia Italia.
Este domingo el papa Francisco indicó: “Expreso mi más sentido dolor ante tal tragedia y aseguro para los desaparecidos y sus familias mi recuerdo y mi oración”. Y dirigió “un apremiante llamamiento para que la comunidad internacional actúe con decisión y rapidez, para evitar que similares tragedias se repitan”.
Y recordó que estas víctimas “son hombres y mujeres como nosotros, hermanos nuestros que buscan una vida mejor, hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, víctimas de guerras, buscan una vida mejor… Buscaban la felicidad… Les invito a rezar en silencio antes y después todos juntos por estos hermanos y hermanas”.
Tras un momento de silencio, el Pontífice y los fieles presentes en la Plaza de San Pedro rezaron un Ave María.