Hemos ido abrazando la Santa Misa, queriendo hacerla más nuestra a través de sus partes: Os invito a revisar el camino que llevamos y mirar adelante.
Partes de la Misa
Ritos Iniciales: Procesión de Entrada – Saludo Inicial – Acto Penitencial – Gloria – Oración colecta. Liturgia de la Palabra: Primera Lectura – Salmo – Segunda Lectura – Aleluya – Evangelio – Homilía – Credo – Oración de los Fieles u oración universal (aquí vamos)Liturgia Eucarística: Ofrendas – Limosna – Prefacio – Epíclesis – Consagración – Doxología – Padre Nuestro – Consagración.
Ritos de Despedida: Bendición – Despedida y envío.
La Oración Universal o de los fieles es una parte de la misa significativa para los niños, ya que ven a sus familiares, amigos, profesores, vecinos y sacerdote, pedir juntos unos por otros. En un corazón compartido la Iglesia es Una y se nota.
Pienso es un testimonio grande, la Fe es Real para ellos.
Como sacerdotes por el bautismo podemos ejercer el oficio y rogar por todos los hombres, con delicadeza, de modo concreto. Tan claro como cuando le preguntamos a un niño por quién, por qué o qué quiere pedir al Señor.
En síntesis: Rezamos unos por otros pidiendo por las necesidades de todos.
Puede ser en silencio o en una invocación común que lee uno o más miembros de la comunidad.
*Por el …
*Por los….
*Por toda la iglesia en sus …..
*Por cada uno de nuestras intenciones…
A lo que respondemos seguros y confiados: ¡Te rogamos óyenos!
En casa, en la escuela, en las parroquias hay instancias maravillosas para ir haciendo de esta oración un ejercicio lleno de realidad y verdad para los niños y la familia.
Durante la noche por ejemplo, reflexionando en el día vivido y escogiendo lo que el corazón sabe necesita al Señor.
En la Catequesis Familiar, la de se encarna, es viva al rogar juntos a Dios, por las situaciones más sencillas de la vida cotidiana donde la esperanza se dirige en Él.
Así al llegar este momento de la Oración Universal o de los fieles seguiremos el consejo de San Pablo de hacer plegarias, oraciones, súplicas…. sabiendo a Dios en la realidad, vivo en la familia de la Iglesia y atento a nuestras necesidades.