Entre el 2010 y el 2014 la venta de droga en los barrios de Buenos Aires ha aumentado el 50 por ciento alcanzando al 45 por ciento de las familias. Este es uno de los datos más significativos del Nuevo Barómetro del Narcotráfico y las Adicciones en este país y su primer informe titulado «Aumento del tráfico de drogas en los barrios, problemas de adicciones severas en las familias y poblaciones en riesgo», de la Universidad Católica de Argentina. Monseñor Víctor Manuel Fernández, arzobispo rector de la UCA y Agustín Salvia, investigador jefe y coordinador del Observatorio de la Deuda Social Argentina, fueron los encargados de presentar el informe.
Monseñor Fernández recordó que el papa Francisco expresó recientemente “su preocupación por el narcotráfico y también se refirió “a su crecimiento en nuestro país”. De este modo explicó que no ha sido el Papa quien les ha pedido acciones específicas al respecto, “como Universidad pontificia entendemos que nos corresponde hacer un aporte”. Informado sobre este proyecto, “Francisco nos alentó a desarrollarlo”, aseguró el rector.
Precisando el método de la investigación y la modalidad del informe, monseñor Fernández precisó que “diversas instituciones educativas vivenciamos con preocupación el aumento del narcotráfico y de las adicciones, y nos reunimos para discutir al respecto, pero a todos nos hacía falta un instrumento como el que aquí presentamos para evaluar el problema”.
El informe determina que el consumo problemático del alcohol es el principal flagelo en las familias (2,7%), seguido de la adicción a las drogas ilegales, que se registran en el 1,9% de los hogares urbanos (242.759 casos). Además, la adicción asociada tanto al alcohol como a las drogas ilícitas se hace presente en al menos el 0,9% de los hogares (114.991 casos).
Por su parte, Salvia sostuvo que el abuso de las drogas termina creando un entorno «inestable y muchas veces de violencia, especialmente en los niños que son influenciados y afectados por el comportamiento de los padres» e indicó que “si bien un hermano también puede verse afectado por las acciones de otro que está abusando de las drogas. De este modo, las conductas pueden tener efectos duraderos sobre los demás en el hogar, especialmente en los menores que crecen con los consumidores de drogas como modelos a seguir».
El informe del Barómetro del Narcotráfico y las Adicciones hace recomendaciones finales, y entre ellas asegura que la lucha contra el narcotráfico «no puede fundarse en una acción represiva sobre las víctimas ni sobre los eslabones más precarios de la cadena sino que debe centrarse y extremarse el esfuerzo en erradicar las organizaciones delictivas, circuitos económicos y políticos que protegen y promueven la venta y consumo de drogas ilegales».