Como las autoridades griegas no tienen medios para abordar adecuadamente las necesidades básicas de decenas de miles de migrantes y solicitantes de asilo que han llegado a las islas griegas de Kos, Lesbos y Quíos, Cáritas Grecia ha alertado este jueves sobre las malas condiciones en las que están viviendo estas personas mientras esperan el permiso para trasladarse a Atenas.
«Ante la falta de programas estatales de alojamiento temporal y acceso a la salud, estas personas residen en condiciones precarias en campamentos improvisados en parques y otros espacios públicos, sin otra cosa que hacer que esperar y soñar con un futuro mejor», señala la organización de la Iglesia en un comunicado.
«Las guerras, los conflictos y la persecución están empujando a millones de personas en todo el mundo a abandonar sus países con la esperanza de encontrar una vida mejor en otro lugar. A Grecia llegan desde Eritrea, Iraq, Siria, Birmania, Afganistán y muchos otros lugares donde la vida está más cerca de la supervivencia que de otra cosa», añade.
Amir (nombre ficticio) es uno de ellos. Tiene 35 años y procede de Siria. «Tuve que escapar. Los militares querían obligarme a alistarme, pero no soy un combatiente. Yo no quiero pelear», explica cuando habla acerca de los motivos que le empujaron a abandonar Siria. «He caminado unos 1.200 kilómetros. Entré en Turquía y luego me dirigí hacia la costa, donde me uní a un grupo de 14 personas en un pequeño bote para cruzar el mar hasta la isla», relata.
Muchas otras personas como Amir están llegando a Grecia, un país económicamente devastado, donde, como indica Maristella Tsamatropoulou, experta de Cáritas Europa, «la situación es muy mala, ya que los griegos están tan gravemente afectados por la crisis que están completamente abrumados por sus propios problemas y no pueden afrontar el ayudar a los demás”. “Esto puede aplicarse también para el Estado griego –advierte–, ya que no hay recursos ni económicos ni humanos para ofrecer cualquier ayuda organizada institucionalizada a los migrantes y solicitantes de asilo. En consecuencia, los migrantes y los refugiados se quedan solos y reciben la poca ayuda que algunos ciudadanos y las organizaciones no gubernamentales les pueden proporcionar».
Más de 70 mil refugiados han llegado a Grecia en 2015. El viceministro de Inmigración, Tasia Christodoulopoulou, estima que para finales de año el número de refugiados en Grecia llegará hasta 100 mil. Tsamatropoulou ha sido testigo de la llegada de cientos de personas en un par de días en la isla de Kos. Junto a Quíos y Lesbos, esa es una de las islas griegas a la que están llegando la mayoría de migrantes y refugiados. A las costas de Kos han llegado más de 10 mil en lo que va de año.
El proceso de identificación es necesario para que los migrantes y refugiados puedan viajar a Atenas, desde donde potencialmente pueden llegar a cualquier otro país del continente. Este proceso dura al menos 10 días. «He estado aquí unos 10 días más o menos. Estoy esperando a que la policía finalice mi proceso de identificación y me den los papeles que necesito para ir a Atenas. A partir de ahí, quiero seguir a Alemania o Suecia», dice Amir cuando se le pregunta acerca de sus próximos planes.
Cáritas Atenas ofrece todos lo días más de 370 raciones de alimentos a los migrantes, además de ofrecerles asesoramiento legal.
Cáritas Grecia desarrolla un programa general de ayuda a refugiados y otro programa específico para Siria, que le proporciona una gran capacidad de intervención ante las necesidades de los refugiados que llegan a sus fronteras.
Con el apoyo de Cáritas Europa y diversas Cáritas europeas, la organización helena está llevando a cabo actualmente un programa de ayuda humanitaria para los refugiados en las tres islas más afectadas (Quíos, Lesbos y Kos) y en Atenas, ciudad a la que todos llegan después de su identificación. Esta ayuda básica de emergencia se añade a la que se facilita también a las familias de ciudadanos griegos más afectados por los efectos de la crisis.
Cáritas Española ha decidido apoyar este trabajo mediante la liberación de una partida de 80 mil euros de sus fondos de emergencia con destino a los programas de ayuda desarrollados por Cáritas Grecia.