Las luchas entre las pandillas y las fuerzas de seguridad en El Salvador acaban de dejar un saldo de 125 víctimas en tres días, lo que ha supuesto que los pasados domingo, lunes y martes se batieran consecutivamente el récord de muertes violentas en el siglo XXI en un país que cuenta con 6,3 millones de habitantes.
El papa Francisco expresó el 9 de agosto su preocupación por los problemas sociales y la creciente violencia que se vive actualmente en El Salvador y animó al país a “perseverar unido en la esperanza” para que “renazca la justicia y la paz”.
“Sigo con viva preocupación las noticias que llegan desde El Salvador, donde en los últimos tiempos se han agravado los conflictos entre la población a causa de la carestía, de la crisis económica, de agudas diferencia sociales y de la creciente violencia”, señaló el Pontífice tras el rezo del ángelus dominical. “Animo al querido pueblo salvadoreño a perseverar unido en la esperanza y pido a todos que recen para que en la tierra del beato Óscar Romero renazcan la justicia y la paz”, añadió durante su tradicional mensaje.
El país centroamericano sufre en los últimos meses una escalada de violencia que el Gobierno ha llegado a calificar como la más significativa desde la firma de los Acuerdos de Paz que pusieron fin a la guerra civil en 1992. Todos los medios de comunicación locales llevan en sus portadas un reguero de asesinatos que no tiene fin y que se está extendiendo por todo el país.
Según cifras oficiales, entre enero y julio se registraron 3.332 asesinatos en El Salvador, contra 2.191 en el mismo período de 2014, en gran parte debido a las pandillas. Estos grupos delictivos cuentan con al menos 72 mil miembros, de los cuales 13 mil se encuentran en prisión por delitos que van desde la extorsión hasta el asesinato.