Milicianos del autoproclamado Califato Islámico han dinamitado este domingo el templo de Baal, en la antigua ciudad grecorromana de Palmira, en Siria, uno de los mejor conservados del complejo arqueológico.
El máximo responsable de la Dirección General de Antigüedades y Museos de Siria, Maamun Abdulkarim, ha informado ayer de que los yihadistas hicieron estallar cargas explosivas colocadas en el relevante monumento.
Asimismo, ha asegurado que el grupo terrorista ha iniciado excavaciones para intentar encontrar oro y otros tesoros en la ciudad siria conocida como la “Perla del Desierto”. Este sería el primer ataque contra las ruinas del enclave histórico del siglo III, tomado por la organización fundamentalista el pasado mes de mayo.
Hace una semana el Califato decapitó a Jaled Asaad, el arqueólogo jefe de la ciudad de Palmira tras tenerlo un mes retenido y someterlo a interrogatorios. En 1980, el complejo fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
Por otra parte, al menos 30 personas han muerto el sábado en los bombardeos lanzados por la aviación gubernamental siria en la localidad de Duma, uno de los bastiones rebeldes de la periferia de Damasco. Entre las víctimas mortales hay ocho niños y ocho mujeres.
Un total de 3.414 personas, entre ellas 206 civiles, murieron también en los últimos once meses por los bombardeos aéreos efectuados por la coalición internacional, liderada por Estados Unidos, en diversas zonas de Siria. Aunque los ataques tienen como blanco las posiciones del grupo terrorista, entre los fallecidos hay al menos 65 menores de edad y 39 mujeres.