Catholics praying in China

ACN

AIN lanza una campaña a favor de la Iglesia católica en China

Los católicos del gigante asiático han pasado de ser tres millones en 1980 a doce en la actualidad. A pesar de la división interna entre clandestinos y patrióticos, los fieles anhelan la unidad y la comunión con la Santa Sede

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La Iglesia católica en China tiene grandes necesidades para la formación de nuevas vocaciones y la construcción de templos ante el crecimiento del número de fieles, que han pasado de ser tres millones en 1980 a doce en la actualidad.

“Los católicos de China siguen bajo la presión del gobierno del Partido Comunista Chino, que a través de la Asociación Patriótica Católica China pretende crear una Iglesia autónoma e independiente, inconciliable con la doctrina católica”, explica la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN). “Sin embargo, a pesar de esta división, los cristianos del gigante asiático anhelan la unidad y la comunión con la Santa Sede”, añade en un comunicado remitido a ZENIT.

Mons. Thaddeus Ma Daqin, actual obispo de Shangai, se encuentra en arrestro domiciliario desde el mismo día de su ordenación episcopal, el 7 julio de 2012. “Durante la celebración desafió la política religiosa al renunciar a todos sus cargos en la Asociación Patriótica Católica China y al negarse a compartir el cáliz de la comunión con un obispo excomulgado por la Santa Sede”, relata esta organización internacional.

“El caso de Mons. Ma Daqin –asegura– es un ejemplo de tantas personas que no quieren someterse a la autoridad del partido, y son arrestadas y obligadas a participar en sesiones de reeducación”. También “se han producido destrucciones de templos y cruces en iglesias, prohibiciones de actividades religiosas, multas y consagraciones episcopales ilícitas –sin el consentimiento del Vaticano–. Asunto que mina las relaciones Roma-Pekín desde hace más de 60 años”, lamenta la fundación pontificia.

“Para el Santo Padre Francisco, igual que para sus predecesores, China es una cuestión prioritaria”, indica AIN. En Roma, dos días después de su elección, el Pontífice afirmaba: “Nunca olvido rezar por los católicos de China, que han ofrecido tantos testimonios a la Iglesia Universal”, recuerda.

“Hay ciertos “signos prometedores” –como recientes ordenaciones de obispos aprobados tanto por China como por el Vaticano– que pueden infundir esperanzas de cambio”, destaca.

Ante esta situación, 

La fundación pontificia ofrece apoyo material a este país desde 1962. Ahora quiere ayudar a la Iglesia local en su labor pastoral con un total de 700 mil euros, para cubrir parte de sus necesidades. En este sentido, AIN lanza una campaña que lleva por lema: «Para que todos sean Uno» (Jn 17,21).

El 48 por ciento de las ayudas (318.620 €) se destinarán a formación, “una tarea prioritaria”. Ya que, “hay demasiados pocos sacerdotes, y son muy jóvenes o muy ancianos”. También hay unas cinco mil religiosas, “que necesitan de un sustento para poder hacer frente a su labor”. 

El 21 por ciento de los proyectos aprobados para ayudar a los católicos chinos (137.500 €), son para apoyar la construcción y reconstrucción de iglesias, centros de catequesis, seminarios y conventos.

Por último, se destinará un 3 por ciento de la ayuda (22.150 €) a proporcionar medios de locomoción para la evangelización. Y se aportarán algunas partidas a la evangelización en medios de comunicación (12 por ciento).

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ZENIT Staff

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