Europa empieza a movilizarse de manera más contundente ante la crisis migratoria que registra en las últimas semanas, la más grave desde la II Guerra Mundial. Como primer paso para avanzar en posibles soluciones, la actual presidencia luxemburguesa de la UE ha convocado una reunión extraordinaria de los ministros de Justicia e Interior de Los Veintiocho, una cita reclamada por Francia, Alemania y Reino Unido. “La situación del fenómeno migratorio fuera y dentro de la UE ha adquirido recientemente proporciones sin precedentes”, ha destacado la presidencia luxemburguesa.
En esa reunión ministerial, que tendrá lugar el 14 de septiembre en Bruselas, la agencia europea de vigilancia de fronteras (Frontex) y la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO) aportarán los datos de los flujos migratorios. A continuación, los ministros examinarán las políticas sobre la materia y las formas para reforzar la lucha contra los traficantes de seres humanos.
Cáritas Española, la Comisión Episcopal de Migraciones, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), el Sector Social de la Compañía de Jesús y Justicia y Paz han pedido que el próximo día 12 se celebren en cada diócesis española encuentros de reflexión y oración de cara a la cumbre extraordinaria de los líderes de la UE.
Así, estas organizaciones han invitado “a todas las comunidades diocesanas y parroquiales a implicarse de forma activa en esta acción para que, juntos, logremos hacer un llamamiento que exija unas políticas migratorias y de refugio más humanas, tanto dentro de nuestro país como en la Unión Europea”. “Es necesaria la movilización de todos para que los responsables políticos brinden una respuesta humanitaria generosa, que ponga la vida y la dignidad de las personas en el centro”, han destacado en un comunicado remitido a ZENIT.
Desde Cáritas Española, la Comisión Episcopal de Migraciones, CONFER, el Sector Social de la Compañía de Jesús y Justicia y Paz han reiterado su voluntad de “desarrollar una estrategia estatal conjunta como entidades de acción social de la Iglesia católica en España, para organizar una respuesta generosa y coordinada al llamamiento que el Papa Francisco ha dirigido este domingo a las “parroquias, las comunidades religiosas, los monasterios y los santuarios de toda Europa” para acoger a los refugiados”.
La imagen del cadáver diminuto de Aylan, un niño sirio de tres años arrastrado por las olas a la orilla de una playa turca, se ha clavado en la retina de los europeos como símbolo del drama migratorio. Esa representación gráfica de un naufragio que costó la vida a dos menores y a una decena de adultos condensa la gravedad de un fenómeno que está sacudiendo al Viejo Continente. Un gran numero de personas sobrevive a las bombas y a la guerra, pero no al mar ni a las barreras geográficas y legales que separan un Oriente Medio en llamas de Europa.