En la misa celebrada este lunes en la capilla de la residencia Santa Marta en el Vaticano, se ha confirmado el itinerario plena comunión con la Iglesia católica solicitado por el Patriarcado de los Armenios de Cilicia. La solicitud fue hecha el 24 de julio pasado por su beatitud Grégorie Pierre XX tras su elección como patriarca por el Sínodo de esa Iglesia Patriarcal.
El día después la Santa Sede anunció que “el Santo Padre ha concedido la Ecclesiastica Communio solicitada en conformidad al cánon 76 § 2”.
En la misa de hoy el Santo Padre recordó que la Iglesia tiene una forma jurídica animada por la caridad, en el rito de la Ecclesiastica Communio que fue concedida, cuyo texto ha sido leído después de la consagración, antes del intercambio del pan y el vino transubstanciado, entre el papa Francisco y el patriarca Gregorie Pierre XX, como expresión que confirma la raíz eucarística de la comunión entre el obispo de la Iglesia de Roma, que preside en la caridad, y la Iglesia patriarcal de Cilicia de los Armenos a través de su “Caput et pater”.
Ambos, a cuatro manos, elevaron la eucaristía primero bajo forma de pan y después en el cáliz y se dieron mutuamente la comunión. Entre los celebrantes estaba también el cardenal Leonardo Sandri, prefecto para la Congregación de las Iglesias Orientales, y todos los obispos del sínodo de la Iglesia patriarcal armenio católica.
En la carta enviada al responder a la solicitud de su beatitud Grégorie Pierre XX, de entrar en plena comunión con la Iglesia, el Papa le escribió que su elección a la guía de Cilicia de los Armenios “es para mí un motivo de profunda alegría y le agradezco por la carta en la que Su Beatitud me hizo solicitud de la comunión eclesiástica”.
Indicaba que “me uno a los fieles del Patriarcado para expresarle mi fraternal y cordial felicitación” y que implora para él “abundancia de dones divinos para que vuestro nuevo ministerio traiga numerosos frutos”.
Y el Pontífice tras indicar que conoce la terrible situación que vive Oriente Medio añade: “Iluminados por la luz de la fe en Cristo Resucitado, miramos al mundo llenos de esperanza y misericordia porque estamos convencidos de que la Cruz de Cristo es el árbol que da la vida''.
''Estoy seguro -prosiguió- de que Vuestra Beatitud, en comunión con los venerables Padres del Sínodo y con la ayuda del Espíritu Santo, sabrá con sabiduría evangélica, ser el ''Pater et Caput'', el Buen Pastor de la porción del pueblo de Dios que le ha sido confiada. Los numerosos mártires armenios y san Gregorio de Narek, Doctor de la Iglesia, no dejarán de interceder por Usted''.