Casi dos millones de fieles, según las estimaciones de la policía, se reunieron entre el lunes 7 y el martes 8 de diciembre en torno a la basílica de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, patrona de Paraguay, a unos 50 kilómetros al este de Asunción, informó la agencia FIDES.
Durante el evento, informaron los medios locales, la basílica de Caacupé abrió su Puerta Santa. Lo hizo el obispo de la diócesis, monseñor Claudio Giménez al concluir la misa central de la Solemnidad de la Virgen de los Milagros. Acompañaron de cerca la apertura de la Puerta Santa el nuncio apostólico Eliseo Antonio Ariotti y el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela
La misa fue presidida por Mons. Giménez Medina, en presencia del presidente del Paraguay, Horacio Cartes, acompañado por sus colaboradores. El obispo de la diócesis en su homilía invitó a aprovechar este tiempo para promover las obras de misericordia corporales, como dar de comer al hambriento, de beber al sediento, vestir al desnudo, recibir al forastero, asistir a los enfermos y visitar a los presos. Sin olvidar las obras de misericordia espirituales como perdonar las ofensas, consolar al triste, corregir al que se equivoca, enseñar al que no sabe, dar consejo al que lo necesita.
Condenó también la corrupción, la violencia armada en el norte, los ataques contra las mujeres y el aborto. Además de las “palabrerías políticas” y subrayó “el rechazo del pueblo hacia la violencia armada” así como «la violencia doméstica y la violencia contra las mujeres, que va contra la misericordia”.
Los peregrinos llegaron a pie, de rodillas, llevando cruces consigo, o a caballo, o en carretas con bueyes, para manifestar su devoción a la Virgen. Este año por primera vez participó también la asociación de ciclistas, con varios cientos de miembros, e incluso un grupo de Hernandarias, de la frontera con Brasil, que realizó un viaje de dos días recorriendo 300 km.