Han sido entre 150 y 200 las personas encontradas muertas en lo que parecen ser ejecuciones extrajudiciales en Bujumbura y en la “Bujumbura rural”, la zona suburbana de la capital de Burundi. Lo comunican fuentes locales de la Agencia Fides, que por razones de seguridad han pedido permanecer en el anonimato.
“Oficialmente, la cifra de muertos es de 87, pero la sociedad civil y otras fuentes afirman que los muertos encontrados por las calles van de 150 a más de 200. Según las autoridades las personas asesinadas, en su mayoría jóvenes, estaban armados», explican.
“La mayoría de estos cadáveres fueron encontrados con las manos atadas a la espalda y con disparos de bala en la cabeza. Un signo claro de ejecución extrajudicial”. “El número de personas que han muerto de esta manera podría ser aún mayor, ya que se sospecha la existencia de fosas comunes”, añade la fuente.
La ola de ejecuciones extrajudiciales (se sospecha que cometidas por la policía) ha sucedido tras el asalto coordinado por un grupo rebelde contra tres campamentos militares en Bujumbura en la noche entre el 10 y 11 de diciembre.
“El asalto fue rechazado, pero la mayoría de los rebeldes se las arreglaron para regresar a sus escondites en las montañas”, dicen las fuentes de Fides, según las cuales se está tratando de provocar un nuevo conflicto étnico.
“La mayoría de los muertos son tutsis. Las manifestaciones contra el tercer mandato del presidente Pierre Nkurunziza se han producido tanto en los barrios de los hutus como en los de los tutsi. Por tanto, la crisis actual es política y no étnica. Pero al atacar principalmente a la oposición tutsis y no mencionando a la hutu por el momento, se está tratando de dar un matiz étnico a la crisis”.
Según fuentes de Fides, “desde el principio de la crisis por el tercer mandato del presidente en violación de la Constitución, el 26 de abril, ya se han producido de 500 a 600 asesinatos de personas. Además hay que sumar a los desplazados internos y a los burundeses obligados a refugiarse en países vecinos”.