Viaje a Erbil Ayuda a la Iglesia Necesitada - ACS

La misión de AIN en Irak: “Los cristianos necesitan nuestra presencia real”

Concluye la visita a los refugiados en Erbil, en colaboración con monseñor Cavina, monseñor Suetta y don Massimo Fabbri

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(ZENIT – Roma).- “Una experiencia inolvidable por la fuerza, la serenidad y la dignidad de los fieles iraquíes”. El director en Italia de Ayuda a la Iglesia Necesitada, Alessandro Monteduro, describe así el viaje a Erbil, en el Kurdistán iraquí, donde se alojan una gran parte de los 120 mil cristianos que han huido desde 2014 de Mosul y de los pueblo de la Llanura de Nínive, por la invasión del Estado Islámico.
“La fe que sostiene a estos hermanos nuestros, a pesar de que viven todavía en condiciones dramáticas, implica de una forma única. Miles de ellos en ‘contenedores’ de 12 metros cuadrados, con servicios higiénicos en común, mientras que los más afortunados han encontrado alojamiento en casas de alquiler que acogen a 3 o 4 familias”, explica Monteduro.
El director de AIN en Italia, estuvo acompañado en el viaje por el obispo de Carpi, monseñor Francesco Cavina, del obispo de Ventimiglia-San Remo, monseñor Antonio Suetta, y por un representante de la archidiócesis de Bolonia, don Massimo Fabbri, con los cuales visitó algunos campos de refugiados de la ciudad. “Es sorprendente la gratitud mostrada por los refugiados en relación con un occidente que, con sus pueblos y no con sus gobiernos, ha consentido que encuentren un alojamiento, incluso siendo en malas condiciones, y un apoyo cotidiano”, precisa.  
La delegación además visitó las distintas escuelas que fueron realizadas en pocos meses para permitir a los pequeños continuar estudiando. “La educación de miles de niños cristianos es realmente la página más bonita del apoyo de AIN en Irak. Encontrar las sonrisas de los niños, escuchar sus oraciones, también en italiano, es algo que ninguno de nosotros podrá olvidar nunca”.
Monteduro subraya de forma particular la calidad de las estructuras, el nivel de la enseñanza y sobre todo el amor de las religiosas, especialmente las Hermanas Dominicas de Santa Catalina de Siena que gestionan la mayor parte de los institutos.
El director de AIN define el rol de la Iglesia como “heroico” porque, sostenido por numerosas organizaciones occidentales, se ha hecho cargo casi exclusivamente de las consecuencias del genocidio. “Como director de AIN Italia estoy orgulloso de saber que nuestra fundación es la que más ha ayudado a la Iglesia iraquí: más del 60 por ciento de las donaciones que han llegado a Kurdistán son de hecho de Ayuda a la Iglesia Necesitada. Un orgullo que quiero compartir con los protagonistas reales: nuestros benefactores, que han donado a los cristianos iraquíes una casa, comida para poner en la mesa y que permiten a sus hijos continuar estudiando y tener esperanza en el futuro”.
Por eso esta fundación pontificia ha entregado al arzobispo caldeo de Erbil, monseñor Bashar Warda, una pancarta con los nombres de todos los benefactores italianos de la fundación.
Además de monseñor Warda y el obispo siro-católico de Mosul, monseñor Petros Mouche, la delegación de AIN se reunió también con el patriarca caldeo Louis Raphael I Sako que al dar las gracias a la fundación observó cómo la presencia de delegaciones occidentales refuerza a los cristianos a los ojos de la opinión pública musulmana.
Así –dijo el patriarca– se demuestra que nosotros los cristianos no estamos solos. La ayuda económica es importante, pero no como el apoyo humano y espiritual. Por eso Monteduro invita a apoyar económicamente a los cristianos en Oriente Medio y con la oración, pero también con nuestra presencia física. “Vamos a Erbil, vamos a Irak, llevamos nuestra cercanía. Solo así el fundamentalismo islámico no vencerá nunca”.

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ZENIT Staff

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