(ZENIT – Roma).- Con una misa solemne en español celebrada este mes de diciembre en Jerusalén, en la iglesia de San Salvador se ha recordado a Nuestra Señora de Guadalupe. Presidida por el custodio de Tierra Santa fray Francesco Patton ha sido animada por un coro de hermanos y laicos con guitarra, dos flautas y violín.
Uno de los motivos es que muchos de los frailes que se encuentran en Tierra Santa proceden de América Latina, baste pensar que en el seminario internacional hay catorce mexicanos, tres peruanos y dos brasileños. Lo informa la web de la Custodia, en un artículo firmado por Beatrice Guarrera
En su homilía, el Custodio ha hablado de la figura de María y que «a través de la vocación de Juan Diego se manifiesta la predilección de Dios por los pequeños y pobres». Añadió que «mediante las palabras de la Virgen de Guadalupe podemos experimentar la predilección materna por nosotros». Sin olvidar además que «la devoción mariana existe desde los tiempos de San Francisco, que escribió oraciones muy bellas para María».
Por su parte Fray Donaciano, rector del seminario internacional dio las gracias a los cantores y al Custodio al finalizar la misa. Anunció además la tradicional procesión con la imagen de la Virgen de Guadalupe hasta el patio de la curia custodia, que se realizó al son de la canción “La Guadalupana”. No faltó al terminar la ceremonia religiosa una desgustación de la culinaria mexicana.
Alegría inmensa entre los frailes, pero también un poco de nostalgia. «Es un momento –cuenta fray Carlo López, del norte de México– para recordar nuestra tierra, las tradiciones, el amor que tenemos a la Virgen. Ella ha sido la primera evangelizadora de América». Fray Oscar, mexicano y decano del seminario internacional, indicó que «también aquí en Jerusalén hay un fuerte vínculo con la Virgen de Guadalupe porque la esencia del fraile es ser mariano, y donde llega un fraile, llega siempre la Virgen de Guadalupe, porque la lleva en el corazón».
