(ZENIT – 29 nov. 2018).- La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) se celebrará del 22 al 27 de enero de 2019. En este marco, Zenit publica una serie de 10 artículos sobre “El Por qué de la JMJ”, escritos por el diácono Pedro Guevara Mann, Director Artístico de la JMJ Toronto 2002 (Leer el primer artículo).
Durante los próximos meses, Pedro Guevara compartirá un poco de su experiencia con la JMJ – la Jornada Mundial de la Juventud y explicarles un poco del por qué de la JMJ. Pedro es panameño y diácono permanente en la arquidiócesis de Toronto, en Canadá donde trabaja como productor de TV para Salt + Light Catholic Television.
Sigue la reflexión del diácono Pedro Guevara:
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Encuentro
La vez pasada vimos un poco el comienzo de la historia de la JMJ. El primer encuentro con el Papa Juan Pablo II fue en Roma en 1984 y el papa quedó con el deseo de hacerlo otra vez.
El año siguiente, 1985, fue declarado por las Naciones Unidas el año Internacional de la Juventud. El Papa pensó que sería apropiado invitar a los jóvenes a regresar a Roma. Y los jóvenes regresaron. Esta vez muchos más. ¿Por qué? ¿Qué tenía este señor – ahora un viejito – que tanto atraía a los jóvenes? Juan Pablo II fue la única persona que pudo reunir a tanta gente en un mismo lugar – ningún cantante de Rock ha podido reunir a tanta gente.
En Toronto, 850.000 personas vinieron a celebrar la misa final con el Santo Padre. Para la JMJ del 2000 en Roma, durante el año del Jubileo, 2 millones llegaron a la misa de clausura. En las Filipinas, en 1995, ¡5 millones estuvieron con el Papa Juan Pablo II en la misa final! Bueno, y ya sabemos que la población de Roma se duplicó a unos 6 millones para darle la despedida a este Gran Papa durante su funeral en el 2005.
El Papa Benedicto XVI continuó con esa habilidad de reunir a los jóvenes: 1.5 millones en la misa final en Madrid en el 2011. Y Francisco ha continuado: 3 millones estuvieron en la Playa de Copacabana en Rio de Janeiro con él en 2013. En Cracovia, para la JMJ del 2016, hubo 2.5 millones en la misa de envío.
El papa puede reunir a mucha gente porque la gente quiere encontrarse con Jesucristo.
Ahora, con el Papa Francisco, normalmente se escucha que la gente grita, “¡viva el papa!” Con Benedicto los jóvenes gritaban, “Benedetto!” A Juan Pablo II le gritaban: “Juan Pablo segundo, te quiere todo el mundo!”. En inglés le gritaban, “JPII, we love you”. Varias veces el respondió; “JPII he loves you!” ¡Juan Pablo segundo quiere a todo el mundo!
Juan Pablo II decía que amaba a los jóvenes – pero yo creo que era más que eso. Juan Pablo entendía que los jóvenes no son el futuro de la Iglesia, sino la Iglesia de hoy. Al encontrarse con ellos, él se conectaba con la realidad de la Iglesia de hoy. Al mismo tiempo, los jóvenes, al encontrarse con él, se encontraban con la Iglesia jerárquica y se conectaban con la tradición y la estructura de la Iglesia.
La Iglesia ha demostrado que quiere a los jóvenes. Pero no solamente en grupos juveniles y en el coro. No solamente para que ayuden a los viejos a mover sillas, sino para ser Iglesia. El Papa Juan Pablo II siempre decía que la JMJ no es para evangelizar a los jóvenes sino que durante la JMJ, ¡son los jóvenes que evangelizan a los obispos! Creo que eso lo vimos durante el reciente Sinodo de Obispos.
Y así es: los jóvenes buscan a la Iglesia y buscan al Papa porque buscan a Cristo. La Iglesia es el cuerpo de Cristo y el Papa es el vicarius cristi– eso quiere decir que él es el representante de Cristo en la tierra. Si lo buscamos a él, es porque buscamos a Cristo.
Para eso vienen los jóvenes a la JMJ: A encontrarse con el Papa y con la Iglesia. El lema de la JMJ siempre fue desde el comienzo: Il Papa e i Giovanni insieme: EL PAPA Y LOS JOVENES JUNTOS.
La JMJ es un encuentro de los jóvenes con el papa y con la iglesia jerárquica, bajo la Cruz.
La próxima vez veamos por qué la JMJ es un aprender. [607]