(ZENIT – 26 enero 2019).- La custodia del Santísimo Sacramento que se ha utilizado en la Vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud 2019 (JMJ) está realizada con balas.
En concreto, el lugar en el que se coloca la hostia consagrada está hecho con casquillos fundidos de bala. El escultor colombiano Armando Granja, llegado hace 40 años a Panamá, fue el encargado de confeccionarla, simbolizando un profundo mensaje de paz.
La custodia es María quien sostiene a Jesús en su vientre, acunado en sus manos, con la luna bajo sus pies, así como señala el Apocalipsis. La corona y la forma están inspiradas en las peinetas y las prendas de la pollera (traje típico femenino de Panamá).
Una representación que se sale de lo común y con la que se pretende reflejar la realidad que vive latinoamérica en torno a la violencia. Según la agencia de noticias, AICA, Armando Granja explicó que «recuperamos miles de miles de cartuchos de bala y los sacamos de circulación. Los fundimos y los convertimos en la Virgen, que tiene una carga poética que para mí es fundamental. Es negar la muerte y afirmar la vida».