Mons. Jorge Solórzano Pérez © Zenit/Janet Pedraza

Mons. Jorge Solórzano Pérez © Zenit/Janet Pedraza

Mons. Solórzano, de Nicaragua: «No solamente la Iglesia, también la comunidad cree que la salida debe ser el diálogo»

El Obispo habla de la persecución a los cristianos

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(ZENIT – 22 febrero 2019).- El obispo nicaragüense visitó México del 12 al 16 de febrero de 2019 para compartir su testimonio en la Noche de los Testigos de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). En ese marco, concedió a Zenit una entrevista en exclusiva.

Ante la fuerte crisis que ha vivido el país, especialmente en el último año, el obispo asegura que siguen llamando al ‘Diálogo Nacional’: «Seguimos llamando, yo sigo llamando al diálogo, porque si no hay diálogo, lo que queda es más violencia, más represión, más muerte».

En Nicaragua, «la Iglesia, por su dimensión –digamos– profética, humanitaria, pastoral, muchas veces es criticada y ofendida», relata el Obispo de Granada.

Jorge Solórzano Pérez nació el 23 de marzo de 1961 en el Municipio de Ciudad Sandino, Managua, capital de Nicaragua. Ingresó a los 16 años al Seminario Diocesano y fue ordenado sacerdote en 1985. Primero fue nombrado Obispo Auxiliar de Managua, en el año 2000; luego Obispo de Matagalpa, en el año 2005 y para el 2010, es nombrado por el Papa Benedicto XVI Obispo de Granada, cargo que desempeña hasta la fecha.

Mons. Solórzano se opuso a la Teología de la Liberación que se propagó y cobró fuerza en los años 80 y puso en riesgo su vida por defender la fe católica de esta corriente durante el régimen sandinista, en su país natal.

1.600 misiones en comunidades rurales

Luego de su toma de posesión como Obispo de Matagalpa, al norte del país, realizó más de 1.600 misiones en comunidades rurales, viajando a pie, en mula y vehículo, defendiendo la fe católica junto al campesino. Además, construyó parroquias, capillas, restauró la Catedral de San Pedro, en Matagalpa y la Curia Episcopal.

Ha fundado más de 20 parroquias en su actual diócesis y ha logrado reconstruir el Seminario Mayor de San Pedro Apóstol y gracias a su empeño se han logrado construir centros pastorales para la formación de laicos y asambleas diocesanas.

Ana Paula Morales

A continuación, ofrecemos la entrevista concedida en exclusiva a la agencia Zenit por el Obispo Jorge Solórzano.

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ZENIT: ¿Por qué son perseguidos los cristianos en Nicaragua? 

Mons. Solórzano: Porque la Iglesia vive como Iglesia, por ser Iglesia, porque nos invitaron al ‘Diálogo Nacional’ en la crisis que se está viviendo y nosotros pusimos como puntos (condiciones) la justicia y la democratización y, a veces, eso no les gusta. También la Iglesia utilizó en los momentos de conflictos, de enfrentamientos armados, donde había heridos, las iglesias como hospitales de campaña, donde se atendían heridos de ambos bandos y esa actitud –que nosotros no lo hicimos por estar apoyando ningún grupo de los que se estaban enfrentando, sino como algo humanitario de ayudar al herido– no les gusta a una parte, que la Iglesia haga eso. O refugiar, como por ejemplo, en la parroquia de la Divina Misericordia, a estudiantes que estaban siendo atacados, refugiarlos ahí y protegerlos, eso no les gusta. Entonces, por su dimensión, digamos, profética, humanitaria, pastoral de la Iglesia, muchas veces es criticada y ofendida.

Z: Usted hablaba bien sobre que la Iglesia ha sido mediadora, no estaba de ninguna parte. Los obispos de la Conferencia Episcopal han pedido al gobierno de Daniel Ortega emprender el diálogo en reiteradas ocasiones tras el fracaso de la mesa de diálogo nacional. ¿Tratan, buscan, que todavía se arme un diálogo?

M. S:  Creemos que es el camino para la salida de la crisis tan profunda: crisis política, crisis económica, crisis social… Creemos que el diálogo es el camino civilizado, el camino pacífico para salir de esa crisis, y la gente también. Ni el pueblo, ni la comunidad, ni el país quiere la guerra. No quieren más violencia, no quieren más muertes, sino que quieren una salida pacífica al conflicto, a la crisis, y la comunidad también, no solamente la Iglesia como jerarquía, también la comunidad cree que la salida debe ser el diálogo.

Z: ¿En qué punto se encuentra este diálogo si las demás partes están dispuestas?

M. S: Yo creo que todos estamos dispuestos y la gente está esperando eso, falta un poco de voluntad política de las autoridades porque si mañana llaman por ejemplo al diálogo o hoy mismo llaman al diálogo nacional, todas las partes estarían dispuestas a buscar una salida pacífica al conflicto. Seguimos llamando, yo sigo llamando al diálogo, porque si no hay diálogo, lo que queda es más violencia, más represión, más muerte.

Z: ¿Qué esperanza tiene el pueblo nicaragüense de vivir con más libertad religiosa?

M. S: Bueno, hay que entender que se puede reunir el pueblo a sus actividades religiosas, no han sido prohibidas, no todas las manifestaciones religiosas. Lo que pasa es que hay cierto miedo de agresión, como han habido amenazas de agresión. Pero el pueblo tiene una gran fe, por ejemplo, en el Santísimo y en la Virgen María y eso nadie lo detiene, nadie le va a quitar el jueves eucarístico al pueblo, por ejemplo, que se reúne; eso es bien fuerte en el pueblo, y aunque haya peligro, haya amenazas, se siguen igual las celebraciones de la Purísima; ahora en diciembre, que las tuvimos, fueron apoteósicas, la gente se desbordó porque tienen una gran amor a la Virgen Santísima y eso nadie lo ha podido detener.

Z: Según Ayuda a la Iglesia Necesitada, usted realizó más de 1.600 misiones en comunidades rurales siendo obispo de Mategalpa, «viajando a pie, en mula y vehículo defendiendo la fe católica junto al campesino». ¿Qué dificultades diría que encuentran los cristianos del campo en su día a día?

M. S: La pobreza, la falta de educación.

Z: ¿Qué podemos hacer para mantenernos unidos a los cristianos en Nicaragua? ¿Cuáles son nuestras posibilidades para ayudar al pueblo nicaragüense?

M. S: Primero tienen que seguir orando y acompañándonos con su oración, porque eso es muy importante: el poder de la oración, para que podamos mantenernos fieles. Y después, una ayuda también concreta es que nos ayuden a formar en la identidad cristiana católica, a seguir formándolos, porque hay muchos ataques y la gente se puede confundir, entonces necesitamos formar identidad católica desde los niños, las familias, los jóvenes, darles formación con identidad católica, entonces ahí nos pueden ayudar mucho con materiales, ayudas, cursos para escuelas, para que nuestros católicos, desde los niños, desde los pequeñitos, se formen con una mayor identidad católica.

Con Raquel Anillo y Janet Pedraza

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Rosa Die Alcolea

Profesional con 7 años de experiencia laboral en informar sobre la vida de la Iglesia y en comunicación institucional de la Iglesia en España, además de trabajar como crítica de cine y crítica musical como colaboradora en distintos medios de comunicación. Nació en Córdoba, el 22 de octubre de 1986. Doble licenciatura en Periodismo y Comunicación Audiovisual en Universidad CEU San Pablo, Madrid (2005-2011). Ha trabajado como periodista en el Arzobispado de Granada de 2010 a 2017, en diferentes ámbitos: redacción de noticias, atención a medios de comunicación, edición de fotografía y vídeo, producción y locución de 2 programas de radio semanales en COPE Granada, maquetación y edición de la revista digital ‘Fiesta’. Anteriormente, ha trabajado en COPE Córdoba y ABC Córdoba.

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