(ZENIT – 3 sept. 2019).- Los obispos de la frontera entre México y Estados Unidos manifestaron su tristeza frente al crecimiento del racismo, el odio y la discriminación, y el que los migrantes sean considerados indistintamente como invasores y criminales.
“Nos hiere el drama que padecen los deportados que ven truncados sus sueños, esfuerzos y sacrificios, y que retornan sin dinero y con deudas a condiciones peligrosas. Nos llena de luto el que muchos, en busca de un futuro mejor, han perdido la vida”, aseguraron en un comunicado.

Aseguraron que seguirán abogando en favor de los derechos humanos de los pobres y de los migrantes, en particular de los niños, niñas, y adolescentes. Al final del comunicado ruegan la intercesión de la Virgen de Guadalupe y piden a nuestro Padre Dios que nos ayude para que todos, gobiernos y sociedad, contribuyamos a construir un mundo en el podamos vivir como hermanos.