(ZENIT – 2 enero 2020)-. “Nicaragua clama un cambio de rumbo, una vuelta a la Constitución y a la institucionalidad”, expresa en un mensaje la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua, Nicaragua.
En dicho texto, la comisión, presidida por el cardenal Leopoldo Brenes, demanda un cambio en el país que requiere la celebración de “elecciones libres e imparciales”, informa Vatican News.
Democracia, garantía de igualdad y derechos
El mensaje invita a los hombres de buena voluntad a ver este nuevo año con esperanza, a estar comprometidos en alcanzar los valores y principios relacionados con la dignidad humana y la libertad, ante el clima de “coacción, temor, impunidad, continuas amenazas y actos de violencia” que la nación ha experimentado en los últimos tiempos.
De este modo, indica la misma fuente, la Iglesia continua en su compromiso de promover la participación de los ciudadanos en la vida democrática del país, subrayando que la democracia es “la única que puede garantizar la igualdad y derechos de todos”, pues existe una dependencia recíproca entre democracia y justicia.
Al mismo tiempo, con el fin de lograr el mencionado cambio y unas elecciones libres e imparciales, los miembros de la comisión indican que es preciso que se cumplan una serie de condiciones fundamentales: “un nuevo Consejo Supremo Electoral imparcial, una reforma profunda de la ley electoral, el voto de los ciudadanos en el exterior y una supervisión de organismos internacionales, entre otras”.
Cambio de mentalidad
“Nuestro pueblo pide nuevas caras, nuevos elementos en la palestra electoral, cuadros renovados con una visión genuinamente ética”, expresa el texto, y añade, “no dejemos que se nos imponga una manera de ser y de pensar. Tengamos el coraje de cambiar, de asumir una nueva mentalidad marcada por los valores humanos y cristianos”.
“Este cambio de mentalidad es lo que motiva, ilusiona y exige la juventud de hoy”, concluye el mensaje.
Tal y como recuerda el citado medio vaticano, desde abril de 2018, Nicaragua atraviesa una crisis que ha causado numerosas víctimas -328 muertos según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), 651 para las organizaciones locales, 200 para el gobierno. Igualmente, entre los opositores al presidente Daniel Ortega se han producido la desaparición de muchas personas.