WASHINGTON— El viernes 13 de marzo, el arzobispo José H. Gomez de Los Ángeles, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), hizo una reflexión y un llamado a la oración en relación a la situación actual por el coronavirus (COVID-19). Su declaración forma parte del compromiso continuo de la USCCB con el tema durante las últimas semanas.
El arzobispo Paul S. Coakley, de Oklahoma City, presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano de la USCCB, emitió una declaración alentando a los legisladores a considerar medidas que brinden alivio y ayuda a los que sufren COVID-19, los afectados por el cierre de sus lugares de trabajo y otras interrupciones, y oraciones por los que sufren el virus y por los proveedores de atención médica.
En respuesta a la noticia de la progresión de los brotes de COVID-19 en otras partes del mundo, el obispo David J. Malloy de Rockford, presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la USCCB, emitió un comunicado conjunto con Catholic Relief Services y la Asociación Católica de Salud de Estados Unidos que abordó la respuesta católica al brote.
Se alienta a los fieles a consultar a su diócesis, arquidiócesis, eparquía o archieparquía local sobre las directivas locales sobre la celebración de los sacramentos. El Comité de Culto Divino de la USCCB ha compartido consideraciones útiles con los obispos de Estados Unidos, con respecto a su papel en la regulación de las celebraciones litúrgicas a medida que toman decisiones para sus respectivas diócesis a raíz de las crecientes preocupaciones de salud pública.
Las consideraciones incluyen: recordar a las parroquias que usen prácticas de higiene de sentido común; recordando a los católicos que no están obligados a asistir a misa si están enfermos; recordando a los obispos que pueden suspender la distribución de la Sagrada Comunión por el cáliz (copa) y suspender el contacto físico ante el signo de la paz; y que en circunstancias más serias, pueden suspender las celebraciones litúrgicas públicas.
La USCCB, así como la Confraternidad para la Doctrina Cristiana (CCD, por sus siglas en inglés) y la Comisión Internacional de Inglés en la Liturgia (ICEL), han a los requisitos de permiso para oraciones y lecturas en inglés y español para permitir que las diócesis transmitan misas en vivo durante este tiempo en el que se están implementado medidas de distanciamiento social.
