Fiesta de la Virgen de Carmen

Nuestra Señora del Carmen (C) Cathopic, Vanesa Guerrero, rpm

La fiesta de la Virgen del Carmen

Estrella del Mar y Abogada de los Difuntos

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(zenit – 16 julio 2020).- Ante la celebración en el día de hoy de la solemne fiesta de la Virgen del Carmen, el padre Juan Dobado, prior de los Carmelitas Descalzos del Santo Ángel de Sevilla ofrece el siguiente artículo en torno a la festividad y esta advocación de la Virgen.

***

Hoy día 16 de Julio, tiene lugar una fiesta que concentra una de las advocaciones más universales de la Madre de Dios: Santa María del Monte Carmelo, la Virgen del Carmen, la Estrella del Mar, la Abogada de los Difuntos, la Intercesora del Escapulario, “la que más altares tiene”, como canta la popular copla.

Nuestra Señora del Carmen Por ello, os invitamos a sumergiros en esta hermosa Advocación que habla de místicos, de claustros en silencio, de órdenes mendicantes, de cofradías multiplicadas por el mundo, de marineros enfervorecidos, de láminas antiguas sobre las camas, de fidelidad inquebrantable a una Madre vestida con el color de nuestra tierra y que nos ampara bajo su amplia capa de misericordia. Madres y abuelas con el escapulario en el pecho que se lo han puesto a sus hijos y nietos con la firme esperanza de que se verán liberados del pecado y de todo mal.

Tradicionalmente, son días de Novenas, Salutaciones, Besamanos o Procesiones, multiplicados en todas las ciudades y pueblos. Son días de Indulgencias, de gracias especiales que todos los papas han reiterado a lo largo de los siglos. Así lo recordaba el papa Pío XII o el querido san Juan Pablo II: “Yo llevo en mi pecho desde los trece años el Santo Escapulario del Carmen”.

Todos han querido cantar a la que es Reina y Hermosura del Carmelo, que impregna los corazones de la suave fragancia de la Madre de Dios, como José María Zandueta Munárriz:

“Déjame que yo te cante,

oh hermosura del Carmelo.
Todo el afán y el anhelo
de mi corazón amante
es pedirte suplicante
y con mucha devoción,
que atiendas mi petición.
Virgen del Carmen, te quiero
y muy confiado espero
tu divina protección”

Ella es la Madre y Reina del Carmelo en nuestra tierra, Coronada de amor y devoción en el mundo, presente de punta a punta, en los mares y en los valles, en los olivos y en las playas, y cantada también por nuestros poetas, como Rafael Alberti:

“¡Oh Virgen remadora, ya clarea
la alba luz sobre el llanto de los mares!
Contra mis casi hundidos tajamares
arremete el mastín de la marea.

Mi barca, sin timón caracolea
sobre el túmulo gris de los azares.
Deje tu pie descalzo los altares,
y la mar negra, verde pronto sea.

Toquen mis manos el cuadrado anzuelo
-tu Escapulario-, Virgen del Carmelo,
y hazme delfín, Señora, tú que puedes…

Sobre mis hombros te llevaré a nado
a las más hondas grutas del pescado
donde nunca jamás llegan las redes”

Madre Intercesora del Carmelo, que llenas la Iglesia de profetas valientes, de ermitaños ascetas, de místicos enamorados de Cristo, tu Hijo, de cantos en los claustros y en las misiones que llevan por todo el mundo el Santo Escapulario. Día de la Virgen del pueblo sencillo en todo el mundo, de la mayoría de las mujeres españolas que llevan su nombre, de las gentes de la mar, de naciones enteras como Chile o Bolivia, de las Fuerzas Armadas de la mayoría de los países hermanos de América, de numerosas instituciones del mundo.

El 16 de julio, la Iglesia y el mundo se visten de marrón carmelita, de ese Escapulario que como un gran lazo nos une a todos como hijos de esta Bendita Madre del Carmelo.

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Juan Dobado

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