(zenit – 8 sept. 2020).- En el marco del Tiempo de la Creación, se ha presentado esta mañana en el Vaticano el libro TerraFutura. Diálogos con el Papa Francisco sobre la ecología integral, del agnóstico, ex comunista y gastrónomo Carlo Petrini, fundador de Slow food.
Carlo Petrini –conocido como “Carlin”— y Francisco comparten raíces piamontesas, informa Vatican News. El padre y abuelo materno del Papa (83 años) provienen de Asti, mientras el gastrónomo y escritor de 71 años es de Cuneo Bra, quien a su vez es amigo del obispo de Rieti, Mons. Domenico Pompili, con quien creó las Comunidades de Laudato si’.
El obispo Pompili redactó el prefacio del libro y compartió en la presentación que el Santo Padre y “Carlin” se interesan “por la Tierra y su futuro”, y que de su confrontación surgen los caminos “para una ecología que deje de ser una bandera y se convierta en una elección”.
Punta de partida
En este sentido, anotó que “El punto de partida es el pensamiento del Papa Francisco, que impresiona al agnóstico Petrini desde la elección de hacer el primer viaje del Pontífice a Lampedusa, como signo de solidaridad con los migrantes”.
De los encuentros con el Papa argentino nació esta obra, que saldrá a la luz el 9 de septiembre y que Petrini, también promotor de la red internacional de ecologistas Terra Madre, publica con Giunti-Slow Food Editore.
Génesis de Laudato si’
Así, Carlo describe como “un poder extraordinario” que “cambió el escenario del discurso ecológico y social”, la publicación de la encíclica Laudato sí, y en el primer diálogo con el Pontífice, el 30 de mayo de 2018, Francisco habla de la génesis del documento, reporta el medio vaticano.
El papa jesuita recordó que es el fruto del trabajo de muchas personas, científicos, teólogos y filósofos, que le “ayudaron mucho a aclarar”, y que con su material trabajaron “en la composición final del texto”.
El autor de TerraFutura señala que todavía le resulta difícil construir puentes de diálogo entre el mundo “creyente” y el “secular”, y destaca cómo Francisco subraya que “Laudato si’ es un punto común de ambas partes, porque fue escrito para todos”, dando lugar a “un método real”, más que a “una opción moral”, suscribe el escrito italiano.
De este modo, Petrini reconoce que al leer la Encíclica, quedó “fascinado” por el valor que se da a las “buenas prácticas individuales” para “generar un cambio virtuoso”. El cambio empieza por nosotros, confirma Francisco, recordando que “el vicio del párroco es apagar la luz, siempre”, porque debe “guardar las ofrendas para usarlas con caridad”.
Sin embargo –se recoge en el libro—el Papa se queja de que “la educación no aparece”, por lo que “es difícil hablar de un nuevo enfoque ecológico y una nueva armonía con el medio ambiente”.
El Papa “no entendía” la importancia
Como anécdota, Francisco contó a Petrini que cuando era cardenal no entendía “la fuerza con la que los obispos brasileños hablaban de los grandes problemas de la Amazonia” en la conferencia de Aparecida, ni qué tenía que ver su papel de obispo con “la salud del pulmón verde del mundo”.
En ese contexto, le habló de su encuentro con la ministra francesa de Medio Ambiente, Ségòlene Royal, a finales de noviembre de 2014, que le permitió comprender por primera vez “la centralidad” del tema y la importancia del documento que preparaba “para los temas que trataba”.
Ella –según el Papa– mostró “mucho interés” en el texto, del que sólo se conocía la referencia “a los temas de la casa común y la justicia social”. “Es muy importante”, dijo el ministro al Pontífice, prediciendo que sería “de gran impacto, lo esperamos en muchos”.