Se dice que allí la Santísima Virgen se apareció en unas 2.000 ocasiones entre 1961 y 1965. Foto: Archivo.

Entrevista a José Luis Saavedra, experto en las apariciones marianas de Garabandal

“Descartar las apariciones porque ‘no obligan’ sería despreciar un arma de gran valor en el mayor combate de la historia”

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Entrevista con motivo del 60 aniversario de las apariciones de la Santísima Virgen en Garabandal

Por: Isabel Molina Estrada

Este 2 de julio se cumplieron 60 años del inicio de las supuestas apariciones de la Santísima Virgen a cuatro niñas en una aldea remota en las montañas de Cantabria (España). Se dice que allí la Santísima Virgen se apareció en unas 2.000 ocasiones entre 1961 y 1965. Para repasar el mensaje profético que se desprende de estas apariciones, entrevistamos al padre José Luis Saavedra, S.H.M., autor de Garabandal: Mensaje de esperanza y uno de los mayores expertos en estas apariciones en la actualidad.

Pregunta: ¿Qué lo movió a investigar a fondo estas apariciones?

Respuesta: Con 17 años yo no valoraba mi fe. Era para mí una carga incomprensible. A los 18 fui a Fátima, y allí recibí una gracia muy grande al escuchar la preocupación de la Virgen: “Orad, orad mucho, y haced sacrificios por los pecadores. Muchas almas van al infierno porque no hay quien se sacrifique y rece por ellas”. Esa frase cambió mi vida. Cuando conocí el mensaje de Garabandal me pareció una continuación clara de aquel mensaje. Añadía luz. Entonces pensé: nada mejor que darla a conocer a Ella para que otros también puedan vivir lo mismo que yo gracias a quienes antes lucharon por Fátima.

Pregunta: Se dice que en nuestro tiempo la Virgen “ha movido ficha” gracias a las películas Garabandal: Solo Dios lo Sabe y Catarata Imparable, y a su tesis doctoral sobre Garabandal, disponible en un libro. ¿Cómo cree que ha influido este libro para poner de nuevo en el punto de mira a un pueblecito perdido en las montañas del norte de España?

Respuesta: Ha sido solo un granito de arena, pero Dios no necesita mucho. Él sabe hacer cosas grandes con medios pequeños. Él lo hará todo cuando quiera porque es Él quien marca los tiempos, no los hombres. 

Pregunta: Si las apariciones marianas “son opinables y no obligan” a nuestra fe, tal y como ha explicado usted recientemente en su conferencia Garabandal: la luz sobre el Celemín, ¿por qué prestarles atención?

Respuesta: Descartarlas porque “no obligan” sería despreciar un arma de gran valor en el mayor combate de la historia. Es como pensar: yo lucho mejor con las manos, no uso armas. Dios quiere darnos la victoria. Cuando las almas más desorientadas se acercan a los santuarios marianos suceden milagros. Esto sostiene nuestra esperanza y nuestro combate cuando parece que no podemos más.

Pregunta: ¿Qué ocurrió realmente en Garabandal en la década de los 60?

Respuesta: La Madre de Dios se apareció a cuatro niñas de 11 y 12 años unas 2.000 veces, entre el 2 de julio de 1961 y el 13 de noviembre de 1965. La Virgen jugaba con ellas, les dejaba besar al Niño o lo ponía en sus brazos; les pedía oraciones por los sacerdotes y fidelidad a Dios en las cosas más sencillas: “Tenéis que ir muy limpias; yo procuraba siempre ir así cuando vivía en la tierra”. Junto a eso, dio un mensaje para toda la Iglesia que ellas procuraron transmitir, aunque, como santa Bernadette, en Lourdes, o Sor Lucía, en Fátima, ellas mismas no lo entendieron muy bien en un primer momento. Se anunciaron tiempos difíciles.

Pregunta: Tiempos difíciles que se sucedieron ya desde aquellos años…

Respuesta: Las apariciones de Garabandal y el Concilio Vaticano II concluyeron en 1965. En los siguientes 12 años, 17.000 sacerdotes abandonaron su ministerio, y esta cifra alcanzó las 60.000 secularizaciones en las décadas siguientes. La gran crisis del postconcilio consistió en gran medida en una mal entendida renovación. Muchos sacerdotes descuidaron la Eucaristía, la confesión, la oración y los sacrificios. La Virgen en Garabandal afrontó estos errores con tal contundencia que, de haber sido escuchada, no habríamos tenido que lamentar esta sangría entre los sacerdotes.

Un caso abierto

Pregunta: ¿Por qué Garabandal no ha sido aprobado por la Iglesia, como Lourdes o Fátima?

Respuesta: Garabandal resultó molesto y no fue ni siquiera estudiado. Un obispo, Monseñor Vicente Puchol, se negó a recibir a las niñas categóricamente durante un año. En cambio, cuando supo que al terminar las apariciones esas mismas niñas comenzaron a dudar, recorrió cientos de kilómetros para entrevistarlas. ¿Por qué? La novedad de Garabandal muchos no la querían. Exigía demasiado: “Hay que hacer muchos sacrificios, mucha penitencia, visitar mucho al Santísimo… Si no lo hacemos, nos vendrá un castigo muy grande”. La crisis debía perder fuerza para que el mensaje de Garabandal pudiera ser escuchado. 

Pregunta: ¿Cómo se ha pronunciado la Iglesia sobre estas apariciones?

Respuesta: En 2015, el actual obispo de Santander, Monseñor Manuel Sánchez, firmó una carta haciendo suya la fórmula propuesta por el cardenal Ratzinger el 28 de noviembre de 1992: “Non constat” (no hay certeza). Esta expresión, que es la fórmula canónica que se utiliza desde hace casi 30 años, aunque negativa en su forma, teológicamente expresa una duda de la comisión. Félix Ochayta, teólogo de la Comisión Mariológica Española, comenta que con esta decisión “la Santa Sede […] está abierta a un reconocimiento futuro de la sobrenaturalidad, si se dieran otros elementos de juicio, que no se han dado”. 

Pregunta: Y los pontífices, ¿se han pronunciado alguna vez?

Respuesta: No públicamente, aunque hoy es incuestionable que san Pablo VI recibió a Conchita en privado. Se dice que el Papa animó en aquella ocasión a la joven. Poco después, ese mismo año, 1966, Pablo VI recibió a un jesuita español, el padre Xavier Escalada, junto al general de su orden, el padre Pedro Arrupe. El padre Escalada refirió así las palabras del Papa: “Es necesario dar a conocer esos mensajes”. Escalada replicó con franqueza: “Sí, Santidad, pero hay mucha gente que se opone, aun de los nuestros”. Entonces el Papa levantó la voz: “No importa. Diga a esas gentes que es el Papa el que lo dice, que es urgente dar a conocer al mundo estos mensajes… Es como la segunda vida de la Santísima Virgen en la Tierra, y no hay palabras para agradecerlo”. Son palabras de aliento pronunciadas en la intimidad. Sin embargo, es un santo quien las pronuncia.

Pregunta: ¿Existe algún otro caso de apariciones o revelaciones privadas que hayan tardado años en aprobarse y sean hoy muy valoradas por los católicos?

Respuesta: Fátima se aprobó relativamente pronto: 13 años después de las apariciones. Pero Notre Dame du Laus, en Francia, se aprobó en 2008, 287 años después de las apariciones. Santa Juana de Arco fue aún más perseguida: quemada por la Inquisición en 1431 y, sin embargo, fue canonizada 489 años después, en 1920. Otros casos son más sorprendentes: el Pilar en España o la Medalla Milagrosa en Francia son apariciones sin aprobación, aunque incluso los papas han peregrinado a esos santuarios. La fe del pueblo sencillo, que ha crecido en estos lugares, suele ser el mejor argumento para la Iglesia.

Peregrinar a Garabandal

Pregunta: Vamos a lo práctico: ¿puede un católico peregrinar al lugar sin desobedecer a la Iglesia?

Respuesta: No hay ningún problema en peregrinar a Garabandal. Todos los obispos que se han pronunciado sobre las apariciones han afirmado unánimemente que los mensajes de Garabandal “contienen una exhortación… en formas tradicionalmente laudables” y en ellas “no hay nada contra el dogma o la moral” (Mons. Beitia, 1965; Mons. Cirarda, 1970).

Pregunta: ¿Qué se encuentra el peregrino en Garabandal?

Respuesta: A diferencia de los grandes santuarios y lugares de peregrinación, Garabandal conserva la sencillez del tiempo de las apariciones. Es un enclave natural privilegiado, con una paz que supera cuanto puede ofrecer esa belleza natural. Desde 1961, al principio de las apariciones, el párroco afirmaba: “Muchos suben por curiosidad. Cuando ven a las niñas, todo cambia. He visto hombres llorar”. Hasta hoy, la presencia de la Virgen llena la aldea. Ella visitó cada casa, cada familia. Sin embargo, su presencia es especialmente palpable en el rosario, rezado en la Calleja o en los Pinos. Muchos peregrinos regresan a sus hogares diciendo: “Tenemos una Madre que nos ama. La he sentido allí”; “quiero tenerla más presente en mi vida”; “tengo que ser mejor”.

Pregunta: ¿Puede contarnos alguna anécdota que le haya ocurrido a usted en Garabandal?

Respuesta: He visto allí muchos milagros de gracia y también curaciones físicas. Me impresiona recordar la grabación de la película Garabandal, solo Dios lo sabe (2018). Ver cómo se hizo fue para mí una prueba de la fuerza de Dios. La película carecía de presupuesto, de profesionales, de escenarios. Cada día enchufaban las cámaras en las casas de los vecinos de las diferentes aldeas donde grababan. Más de trescientos voluntarios asistiendo a misa diaria y rezando juntos lograron que hoy más de cinco millones de personas hayan podido conocer el mensaje de la Virgen. Los frutos son igualmente “desproporcionados”. Una chica sin fe acompañó al cine a una amiga. Al salir le dijo: “No quiero volver a pecar”.

El mensaje

Pregunta: ¿El mensaje que vino a dar la Virgen en Garabandal es para España o para el mundo entero?

Respuesta: Conchita decía que muchas veces la Virgen, “no nos miraba precisamente a nosotras, sino más lejos, a la gente que había detrás. Cambiaba a veces de semblante; pero sin dejar de sonreír. Yo le preguntaba: ‘¿A quién miras?’. Y Ella me decía: ‘Miro a mis hijos´”.

Pregunta: ¿Y cuál es ese mensaje?

Respuesta: En su amor la Santísima Virgen insistió que Jesús nos espera en el sagrario. Afirmó que eso es todo lo que la Iglesia necesita para combatir la crisis que pronto se extendería en el mundo y dentro de la Iglesia. Esto –anunció– no sucedería sin culpa de los mismos cristianos y, por desgracia, también por culpa de sacerdotes, obispos y cardenales. Pero Jesús, en su inmenso amor, no castigaría directamente estos pecados que harían daño a “muchas almas”. Prometió un gran milagro. “¿Para qué viene el milagro? ¿Para convertir a mucha gente?”, le preguntó una de las videntes. Y Él le contestó: “Para convertir al mundo entero”. 

Pregunta: ¿Cuáles son los errores que se han divulgado sobre el mensaje de Garabandal?

Respuesta: Garabandal anunció una dura crisis dentro de la Iglesia. “Muchos sacerdotes, obispos y cardenales van por el camino de la perdición y llevan con ellos a muchas almas”. Algunos han criticado a Garabandal por crear “desafección hacia la jerarquía”. Nada más lejos de la realidad porque allí la Virgen fomentó el amor y la devoción a los sacerdotes. Pero a la vez, Ella estaba preocupada: “La Virgen –comenta una de las videntes– me decía: ‘Pide por los sacerdotes, que hay algunos que cada día necesitan de más sacrificios por ellos’”. Por desgracia, algunos fieles han pensado que estos avisos les permitían criticar a los sacerdotes, al Concilio, e incluso hacer iglesia sin la Iglesia. Es cierto que la Virgen anunció dificultades, pero también recomendó una devoción filial por los sacerdotes: “Si vieseis juntos a un sacerdote y a un ángel, deberíais saludar primero al sacerdote. En él está Jesús”.

***

Sobre Garabandal: tres palabras proféticas

Las tres palabras proféticas de Garabandal son “Aviso”, “Milagro” y “Castigo”. ¿En qué consiste cada una de ellas? ¿Deben suscitarnos temor?

El Aviso llegará realmente en medio de tiempos difíciles: “Parecerá que los comunistas se han apoderado del mundo entero y será muy difícil practicar la religión”, contaba Loli. Entonces vendrá el Aviso. Añade Jacinta: “Ocurrirá cuando la situación esté en su peor momento”. El Aviso será una gracia interior para preparar las almas a acoger el Milagro. Veremos nuestra alma como Dios la ve. “El Aviso se verá y pasará en todas partes; y lo sentirá cada persona”, escribe Conchita. Y añade: “Se verá lo que hemos causado nosotros con nuestros pecados. Yo pienso que nos vendrá muy bien, para los que no se desesperen, pues será para nuestra santificación”.

El Milagro. En Garabandal Dios anuncia un milagro muy grande: sanará a los enfermos, los pecadores se convertirán, aumentará el bien en los fieles. Un regalo mayor que el milagro solar de Fátima, que vieron 70.000 personas el 13 de octubre de 1917.

El Castigo. Si no nos convertimos con el Milagro, entonces vendrá un gran Castigo. Las niñas lo han visto en las así llamadas “noches de los gritos”. Pero, con Castigo o sin él, si nos convertimos a tiempo, al final llegará el ansiado Triunfo del Corazón Inmaculado y se concederá al mundo un tiempo de paz, según anunció Nuestra Señora en Fátima.

Isabel Molina es directora de la revista Misión, la revista más leída por las familias católicas de España. Puedes suscribirte gratuitamente a la newsletter de la revista Misión en este enlace.

 

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Redacción Zenit

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