(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 18.01.2022).- El tercer domingo de la Palabra de Dios, instituido por el Papa Francisco el 30 de septiembre de 2019, se celebrará el 23 de enero de 2022.
El Papa presidirá la celebración de la Santa Eucaristía en la Basílica de San Pedro a las 9:30 de la mañana. En cumplimiento de la normativa sanitaria vigente, el número de participantes en la Santa Misa se limitará a dos mil personas. Con el fin de reavivar la responsabilidad que tienen los creyentes en el conocimiento de la Sagrada Escritura y de mantenerla viva mediante una obra de transmisión y comprensión permanente, el Santo Padre presentará a los presentes un volumen que contiene un comentario de los Padres de la Iglesia a los capítulos 4 y 5 del Evangelio de Lucas, publicado por Ediciones San Paolo.
Durante la celebración habrá momentos muy significativos. Por primera vez, el ministerio de Lector y Acólito será conferido a hombres y mujeres laicos.
El Papa Francisco, de hecho, estableció mediante el Motu Proprio Spiritus Domini y una Carta al Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, el 10 de enero de 2021, que los ministerios del Lectorado y del Acolitado estén abiertos a los laicos, de forma estable e institucionalizada con un mandato específico, que en esta celebración se realiza y toma forma a través de un acto litúrgico.
Anteriormente, este ministerio estaba reservado sólo a los hombres porque se consideraba preparatorio para el eventual acceso a las Órdenes Sagradas. Sin embargo, una práctica consolidada en la Iglesia ha confirmado que los ministerios laicales, al estar basados en el sacramento del Bautismo, pueden ser confiados a todos los fieles que sean idóneos, sean hombres o mujeres, según lo que ya establece implícitamente el canon 230 del Código de Derecho Canónico, que el Papa ha modificado para la ocasión.
Finalmente, el Santo Padre realizará el rito por el que se conferirá el ministerio de catequista a fieles laicos, mujeres y hombres, instituido mediante la publicación de la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Antiquum Ministerium, el 10 de mayo de 2021. La multitud de laicos que han participado directamente en la difusión del Evangelio a través de la instrucción catequética es innumerable. Hombres y mujeres animados por una gran fe y auténticos testigos de santidad que, en algunos casos, han sido también fundadores de Iglesias, llegando incluso a dar su vida. Incluso en nuestros días, muchos catequistas capaces y tenaces dirigen comunidades en diferentes regiones y llevan a cabo una misión insustituible en la transmisión y profundización de la fe.
Cada uno de estos ministerios se confiere mediante un rito, preparado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, presentado por primera vez. Antes de la homilía, los candidatos son convocados, llamados por su nombre y presentados a la Iglesia. Después de la homilía, los aceptados para el ministerio del Lectorado reciben la Biblia, la Palabra de Dios que están llamados a proclamar. A los catequistas, en cambio, se les confía una cruz, reproducción de la cruz pastoral utilizada primero por San Pablo VI y luego por San Juan Pablo II, para recordar el carácter misionero del servicio que van a administrar.
Varios fieles laicos, en representación del Pueblo de Dios, procedentes de Corea del Sur, Pakistán, Ghana y varias partes de Italia, recibirán el ministerio del Lectorado. También estarán presentes dos laicos del Vicariato Apostólico de Yurimaguas (Perú), en la Amazonia, dos fieles de Brasil que ya están involucrados en la formación de catequistas, y una mujer de Kumasi, Ghana, para recibir el ministerio de catequista; el Presidente del Centro Oratori Romani, fundado por el catequista Arnaldo Canepa, que dedicó más de cuarenta años de su vida a la fundación y dirección de Oratorios para niños, el primero de los cuales fue en 1945; un laico y una laica de Łódź y Madrid respectivamente.
Debido a las dificultades para viajar causadas por las restricciones sanitarias actualmente en vigor, ya no se pudo apreciar la grata presencia de dos fieles procedentes de la República Democrática del Congo y de Uganda.