(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 02.03.2022).- En ocasión de la LIX Campaña Cuaresmal de Fraternidad que promueve desde hace más de medio siglo la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, el Santo Padre envió un mensaje a los católicos brasileños para profundizar en el tema de la campaña para este año que gira en torno a “Fraternidad y Educación”. Ofrecemos a continuación el texto en español de ese mensaje.
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¡Queridos hermanos y hermanas de Brasil!
Al iniciar el camino cuaresmal de conversión hacia la celebración del Misterio Pascual de Cristo, estamos dispuestos a escuchar la llamada de Dios que quiere llevarnos, a través de las prácticas penitenciales del ayuno, la limosna y la oración, a un encuentro personal y renovador con el Resucitado, en quien tenemos la vida verdadera y de quien debemos ser testigos fieles.
Para ayudar a los fieles en este camino de encuentro, la Iglesia en Brasil propone que todos reflexionen, en la Campaña de la Fraternidad de este año, el tema importante de la relación entre «Fraternidad y Educación», fundamental para la valoración del ser humano en su totalidad, evitando la “cultura del descarte” –que sitúa a los más vulnerables en los márgenes de la sociedad– y despertándolos a la importancia del cuidado de la creación.
Efectivamente, al mirar a la sociedad actual, se ve claramente la urgencia de adoptar acciones transformadoras en el campo educativo para que tengamos una educación que promueva la fraternidad universal y el humanismo integral, como se recuerda en la invitación a un Pacto Educativo Global: “Nunca , como ahora, ha existido la necesidad de aunar esfuerzos en una amplia alianza educativa para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contrastes y reconstruir el tejido de relaciones en aras de una humanidad más fraterna” (Mensaje , 12/IX/19 ) .
Al mismo tiempo que se reconoce y valora la responsabilidad de los gobiernos en la tarea de ayudar a las familias en la educación de sus hijos, garantizando el acceso a la escuela para todos, también debe reconocerse y valorarse la importante misión de la Iglesia en el campo educativo: “Las religiones siempre han tenido una estrecha relación con la educación, acompañando las actividades religiosas con las educativas, escolares y académicas. Como antaño, también hoy, con la sabiduría y la humanidad de nuestras tradiciones religiosas, queremos ser estímulo para una renovada actividad educativa que haga crecer en el mundo la fraternidad universal” (Discurso, 5/X/21).
Deseo de todo corazón que la elección del tema “Fraternidad y Educación” se convierta en motivo de gran esperanza en cada comunidad eclesial y de renovación eficaz en las escuelas y universidades católicas, para que, teniendo a Cristo como modelo de su proyecto pedagógico, transmitir sabiduría educando con amor, convirtiéndonos así en modelos de esta formación integral para otras instituciones educativas.
Deseo también, queridos hermanos y hermanas, que el camino de Cuaresma, iluminado por la reflexión propuesta, sea ocasión de verdadera conversión y que las semillas sembradas en este camino encuentren en el corazón de los fieles la buena tierra donde puedan dar frutos en acciones concretas a favor de una educación integral y de calidad.
Encomendando estos deseos al cuidado de Nuestra Señora Aparecida y como prenda de las abundantes gracias celestiales que ayudan a las iniciativas nacidas de la Campaña de la Fraternidad, concedo con mucho gusto a todos los hijos e hijas de la querida nación brasileña, especialmente a los que se empeñan por una educación más fraterna, la Bendición Apostólica, pidiéndoles que sigan orando por mí.
Traducción del original en lengua portuguesa realizado ZENIT.
