Por: Austin Ruse
(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Nueva York, 06.05.2022).- Las delegaciones de la ONU que promueven la agenda homosexual/trans circularon en privado una resolución que castigaría a los críticos conservadores y cristianos de la ideología homosexual/trans.
La resolución busca establecer de manera oficial un “Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia”. Las medidas punitivas contra los críticos de la ideología de género en la resolución causarán preocupación entre los cristianos y musulmanes creyentes, tanto dentro como fuera de los gobiernos.
El objetivo de la resolución es claro, ya que cita específicamente “combatir la intolerancia religiosa”.
La resolución se refiere al trabajo de “expertos independientes” en estos temas. El “experto” homosexual/trans de la ONU ha pedido el castigo de los críticos religiosos de la agenda de género. Específicamente, Víctor Madrigal-Borloz ha pedido que esos críticos sean encarcelados. Madrigal-Borloz ha llamado a la Iglesia Católica por su nombre.
La nueva resolución afirma falsamente que la “orientación sexual y la identidad de género” son categorías especialmente protegidas en el derecho internacional. El intento de hacer de la “orientación sexual y la identidad de género” una nueva categoría protegida se ha hecho repetidamente a lo largo de los años y ha sido rechazado por los Estados miembros de la ONU. Los Estados miembros de la ONU han defendido reiteradamente la noción de que todos los seres humanos están protegidos por las leyes de derechos humanos existentes.
La resolución convertiría cualquier crítica a la homosexualidad y la transgeneridad en una forma de discurso de odio que debe ser castigada. Por ejemplo, negar que alguien pueda cambiar su sexo sería considerado una forma de discurso de odio. Negarse a usar “pronombres propios” se consideraría un discurso de odio punible. Cabe señalar que los maestros obligan a los niños en los Estados Unidos a usar “pronombres propios”. Las demandas recientes argumentan que esta es una forma no solo de discurso forzado, sino también de discurso religioso forzado, lo que sería una violación de la ley de derechos humanos existente.
La resolución dice que es “urgente” “desmantelar los sistemas de represión que imponen la idea de que la diversidad en la orientación sexual y la identidad de género es de alguna manera dañina para la sociedad y la persona LGBT de alguna manera está desordenada…” Esto estaría dirigido directamente a la Iglesia Católica que enseña que la homosexualidad es desordenada.
Como es típico en este tipo de propuestas, a los delegados se les dice que el tema subyacente es la “seguridad”, que los homosexuales y las personas confundidas de género sufrirán daños físicos si se permite que alguien critique sus creencias subyacentes.
La resolución ahora está dando vueltas entre las delegaciones de apoyo de la ONU y se está discutiendo informalmente. Podrá ser presentada a consideración de la Asamblea General antes del 17 de mayo, ya señalado por los defensores de los homosexuales y transgénero como el día contra la homofobia y la transfobia. La resolución se enfrenta a una tramitación complicada ya que estos temas se encuentran entre los más controvertidos que los países ricos del norte han tratado de imponer al sur global. Durante más de 25 años, la frase ha sido constantemente rechazada por las delegaciones de la ONU.
La frase “orientación sexual e identidad de género” no goza de consenso internacional. Ha aparecido en solo unos pocos documentos de la ONU y en solo dos resoluciones de la Asamblea General, y solo una vez sin votación. Incluso entonces, cincuenta y ocho países condenaron su inclusión en esa resolución.
Los gobiernos de izquierda y las organizaciones no gubernamentales se sienten cada vez más frustrados por su falta de progreso en el ámbito homosexual/trans y también en la “salud reproductiva”. Los grupos pro-vida y pro-familia han tenido éxito reiteradamente en bloquear la agenda de la izquierda sexual en la Asamblea General de la ONU. El comité de ONG/CSW ahora está tratando de impedir que los grupos conservadores participen en los procesos de la ONU. Houry Geudelekian, hasta hace poco presidente del grupo, acusó falsamente a los grupos conservadores de “interrumpir” las reuniones de la ONU. Un grupo radical, la Asociación para los Derechos de la Mujer en el Desarrollo, ha pedido a la ONU que expulse a los grupos conservadores de la ONU por completo.