Banderas cubana y gay. Foto: DW

Cuba: nuevo código de familia introduce ideología de género y aborto. Obispos se pronuncian

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La nueva ley introduce la posibilidad de que los niños cambien de género, que se rente a mujeres para tener hijos o la equiparación de uniones homosexuales al matrimonio.

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Por: Enrique Villegas

 

(ZENIT Noticias / La Habana, 14.09.2022).- Ante la proximidad del fin del proceso de consultas y aprobación del nuevo Código de las Familias en Cuba, los Obispos Católicos de la isla caribeña han emitido una declaración para reafirmar los criterios que, sobre estos asuntos, ya han manifestado en el pasado.

Los obispos hacen notar que la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, como instancia legislativa, aprobó recientemente el último proyecto presentado del Código de las Familias, lo que le dio rango de ley y, como tal, fue publicado en la Gaceta Oficial. No obstante, y como rasgo distintivo en este proceso legislativo, la nueva ley deberá ser validada en referendo popular, convocado para el domingo 25 de septiembresi el resultado de la votación es SI, la ley entrará en vigor al día siguiente; pero si prevalece el NO, la ley no tendría eficacia y se mantendría vigente el actual Código de Familia de 1975.

Los obispos recuerdan que de darse esta última opción, eso no significaría la imposibilidad de seguir trabajando en un nuevo Código, que actualizara la legislación familiar e introdujera todos los aspectos positivos que contiene esta ley sometida a referendo, pero que a su vez, adecuara las instituciones polémicas al sentir mayoritario del pueblo y a los principios morales que les han legado los padres fundadores de la Patria y que les sostienen como Nación.

Los obispos resaltan de la actual propuesta la precisión con que se rechaza la violencia en el seno de la familia, la manera en que se recogen y protegen los derechos de los abuelos, el modo en que se inserta el cuidado de los ancianos, personas en situación de discapacidad y vulnerables. También ven con beneplácito que se reconozca lo establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño y que, en diversos ámbitos, se manifieste explícitamente la obligación de dar alimento y cuidar a los que queden en situaciones desfavorables y durante el embarazo. Esto, sin embargo, no puede hacer que se pasen por alto los cuestionamientos, críticas, rechazos de un sector importante de nuestra sociedad, los cuales se sustentan en legítimos principios, valores, las ciencias humanas y biológicas, nuestra historia, tradiciones y creencias religiosas de nuestro pueblo.

Obispos cubanos. Foto: Iglesia Cubana

En este contexto los obispos cubanos manifiestan que:

– No beneficia a la familia cubana la introducción en nuestra legislación de los contenidos de la llamada «ideología de género», que sustenta muchas de las propuestas.

– No es verdad que lo más beneficioso para los niños y adolescentes sea introducir una interpretación del principio de «la autonomía progresiva» que se extiende a la posibilidad de que los menores de edad, sin la autorización de sus padres, puedan asumir determinados criterios, sobre todo que impliquen procesos clínico-quirúrgicos irreversibles, que determinen situaciones existenciales o identitarias para las que no están preparados.

– Tampoco que puedan ser adoptados legalmente por parejas del mismo sexo, cuando la adopción es esencialmente un modo de conceder al niño por ley, lo que por naturaleza le corresponde y necesita: un padre y una madre. Fundamentos también aplicables a no admitir la pluriparentalidad, la aplicación de técnicas de reproducción humana asistida a parejas del mismo sexo o, incluso, la fecundación in vitro postmortem, por la que un niño nacería intencionalmente huérfano de padre. Todo hijo es un don y un fin en sí mismo; es un derecho del niño tener un papá y una mamá.

– No es ético que se reconozca como adecuada la llamada «gestación solidaria», en la que una mujer que lleve en su vientre durante nueve meses una criatura la deba entregar inmediatamente después del parto a otras personas, privando a ambos, madre e hijo, del vínculo afectivo que la gestación naturalmente establece.

– El matrimonio entre hombre y mujer, que es la base natural de la familia, no puede ser desplazado o deformado para dar paso a otras maneras construidas legalmente. El plan originario del Creador es éste: «Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó: varón y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Sean fecundos, multiplíquense y llenen la tierra» (Génesis 1, 27-28a). Esta verdad revelada sustenta la fe de todos los cristianos.

Ante todo lo anterior, los obispos ven con desilusión que éstas y otras propuestas que resultaron notoriamente cuestionadas por parte de la sociedad, siguen intactas en el Código que se presenta ahora a referendo. A lo anterior se suma la campaña oficial para presentar como idóneo el texto que se propone, para lo cual se han utilizado todos los medios de comunicación a que tenemos acceso los cubanos. Para que el voto sea tal, se requiere contar con pluralidad de información que permita al ciudadano asumir su propia decisión. La información, al fluir en un solo sentido, sin otros contrapesos, opera como un factor condicionante, y el voto que de la misma se derive expresará, necesaria e inevitablemente, una voluntad condicionada.

Finalmente, los obispos cubanos apelan a la conciencia y a la responsabilidad de todos los cubanos, creyentes o no, a que tengan en cuenta a la hora de votar lo que les dicte su conciencia, su fe, sus convicciones y principios, pensando no sólo en las generaciones actuales, sino también en las futuras, y en el bienestar espiritual y material de todos los cubanos.

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Redacción Zenit

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