Ataque en la Diócesis de El-Obeid. Foto: Esquila Misional

Sudán: la catedral católica es alcanzada por los misiles

La Catedral María Reina de África, en la Diócesis de El-Obeid, ha recibido el impacto de dos misiles. El primero alcanzó la rectoría y el segundo impactó contra la puerta principal de la catedral, destruyendo las vidrieras.

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Rafael Llanes

(ZENIT Noticias / Jartum, 17.05.2023).- La atención de la prensa internacional sobre la guerra desatada en Sudán habla de los combates en la capital, Jartum. Pero el choque entre el ejército y las FAR, Fuerzas de Apoyo Rápido, extiende los combates en varias otras zonas de Sudán, también afectadas, especialmente en Darfur, bastión de las FAR.

Estas fuerzas especializadas se componen principalmente por milicias de Yanyauid, cuyo nombre significa «jinetes armados». Es un grupo de lengua árabe y religión musulmana que luchó en nombre del gobierno sudanés durante el conflicto de Darfur. Fueron responsables de muchas atrocidades contra civiles, que Human Rigths Watch considera crímenes contra la sociedad.

Esta tercera guerra civil en el país inició el 15 de abril de 2023 en el territorio de la República de Sudán entre las Fuerzas Armadas de Sudán y las FAR.

El ataque a la catedral de la Diócesis de El-Obeid sucedió el 27 de abril, cuando el Obispo, Monseñor Yunan Tombe Trille Kuku Andali, y otros sacerdotes oraban en la adoración ante el Santísimo Sacramento. «Damos gracias a Dios porque están a salvo, pero la situación en la ciudad es grave: los habitantes carecen de alimentos, agua y electricidad», ha declarado el secretario, que señala que el Obispo de El-Obeid y otros sacerdotes siguen en sus lugares. Las religiosas del colegio San Francisco que habitan cerca de los cuarteles del ejército han sido evacuadas a otras localidades.

El secretario general de la Conferencia Episcopal de Sudán y Sudán del Sur afirma que el conflicto en Sudán ha destruido edificios históricos y hace un llamamiento a sudaneses y sur sudaneses para que recen por la paz.

El aeropuerto de la capital permanece cerrado y la evacuación de los civiles está paralizada. Muchos huyen hacia Sudán del Sur. Los sacerdotes y hermanos salesianos no abandonan la población que sufre muchas muertes. «Queremos seguir prestando ayuda material y espiritual a todas las personas. Desde luego, no nos vamos a marchar», afirma Mathew Job, rector de la comunidad de miembros de la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco en la ciudad de El Obeid.

Las comunidades católicas en Sudán del Sur no pueden ayudar, porque los acontecimientos se encadenan precipitadamente. Las instituciones católicas solo pueden dar ayuda individual y apoyar a quienes se acercan pidiéndolo. El enfrentamiento es independiente de los credos o etnias. Muchas instituciones eclesiásticas han sufrido daños.

La esperanza está en que la guerra termine. Tienen especial necesidad de protección los jóvenes y niños: un conflicto prolongado problematiza su futuro. Los habitantes necesitan de todo. La falta de combustible ha paralizado el transporte de mercancías. Los precios se han disparado. ¿Cuál es la solución? El fin del conflicto. La simple compasión ante las víctimas es un sentimiento bueno pero ineficaz. Urge actuar a los responsables del conflicto y a las organizaciones internacionales, pues el sufrimiento de los civiles inocentes no alcanza a las autoridades.

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Rafael Llanes

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