Por: Rebecca Oas
(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Washington, 17.07.2023).- La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado recientemente su presupuesto anual para su programa de reproducción y salud sexual. El informe y el presupuesto contienen una relación detallada de cómo la OMS gasta millones de dólares en diversos programas abortivos en todo el mundo.
El Programa de Reproducción Humana (HRP), iniciado en 1972, está dirigido por la OMS, pero es un proyecto conjunto con otros organismos de la ONU, como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNICEF y el Banco Mundial.
El 11% del presupuesto de 72 millones de dólares del programa para 2022-2023 se asignó a lo que eufemísticamente se denomina «aborto seguro», el mismo porcentaje que se describió como dirigido a la «prevención del aborto inseguro.»
Según el informe presupuestario, «prevenir el aborto inseguro ha sido un objetivo estratégico del HRP desde su creación.» El mandato del HRP se basa en una estrategia adoptada en 2004 por la Asamblea Mundial de la Salud, que a su vez se basa en los resultados acordados en la Conferencia de El Cairo sobre Población y Desarrollo de 1994. En El Cairo, los Estados miembros de la ONU acordaron un lenguaje sobre la prevención del aborto inseguro, pero también estipularon que las mujeres deben disponer de alternativas al aborto, y que éste debe practicarse de forma «segura» y dentro de los límites legales.
El presupuesto del HRP no menciona la oferta de alternativas al aborto, y sugiere que la única alternativa al aborto «inseguro» que reconocen es el aborto «seguro». Se gastó más en aborto (7,6 millones de dólares) que en planificación familiar (6 millones). La financiación del aborto aumentó un cuatro por ciento desde el periodo de financiación anterior, mientras que la salud materno-infantil y la planificación familiar sólo aumentaron un dos por ciento y un cero por ciento, respectivamente.
El año pasado, la OMS publicó una directriz actualizada sobre el «aborto seguro» en la que se pedía la eliminación de todas las restricciones legales y políticas al aborto, incluidos los límites a los derechos de conciencia de los profesionales sanitarios.
Otras actividades enumeradas en la sección «aborto» del presupuesto del HRP incluyen presionar a los gobiernos para que apliquen las directrices normativas de la OMS, revisar las estrategias para reducir el estigma del aborto y los esfuerzos para ampliar la disponibilidad y la calidad de los medicamentos abortivos. Un área de investigación mencionada es la «inducción temprana de la menstruación», que la OMS describe en otra parte como un «método de regulación de la fertilidad posterior a la fecundación», o un aborto temprano.
El HRP también enumeró el desarrollo y la aplicación de estrategias para «iniciativas de política, promoción y comunicación relacionadas con la atención integral del aborto», y mostró ejemplos de gráficos en los medios sociales que proclaman que «el aborto es atención sanitaria» y que el aborto autoinducido es «aceptable, rentable y mejora la autonomía».
El informe anual del HRP señalaba el «creciente interés mundial por el tema del aborto» y respondía utilizando diversos canales mediáticos para «ampliar el alcance de los mensajes dirigidos al público en general sobre el aborto como atención sanitaria esencial, especialmente con motivo del Día Internacional del Aborto Seguro».
El HRP recibe casi toda su financiación de contribuciones voluntarias, incluidas las de gobiernos nacionales, entre ellos el de Estados Unidos, a través de su Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID).
Según la ley estadounidense, la financiación de la planificación familiar y la salud reproductiva no debe utilizarse para hacer lobby a favor o en contra del aborto. Durante la anterior administración Trump, esta ley –la Enmienda Siljander a la Ley de Ayuda Exterior– se utilizó para retirar la financiación a entidades concretas de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se consideraba que habían realizado actividades de lobby abortista en los países en los que operaban.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó recientemente su presupuesto anual para su programa sobre reproducción y salud sexual.
Traducción del original en lengua inglesa realizada por el director editorial de ZENIT.