La Misa con Monseñor Fisichella y el Nuncio Apostólico en Filipinas, Monseñor Charles John Brown, tuvo lugar después de tres días de oración

Papa Francisco envía una “rosa de oro” a Nuestra Señora de la Paz y el Buen Viaje en Filipinas

Es la primera vez que un Santuario mariano en Filipinas, y en todo el continente asiático, recibe tal reconocimiento por parte del Santo Padre

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(ZENIT Noticias / Antilopo, Filipinas, 02.03.2024).- La mañana del pasado 26 de febrero, el Pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, Monseñor Rino Fisichella, presidió la celebración eucarística en el Santuario Internacional “Our Lady of Peace and Good Voyage” de Antipolo, en Filipinas. Hace un mes, el 26 de enero, el Santuario de Antipolo fue declarado solemnemente Santuario Internacional.

La Misa con Monseñor Fisichella y el Nuncio Apostólico en Filipinas, Monseñor Charles John Brown, tuvo lugar después de tres días de oración y acción de gracias por el acontecimiento histórico, del 23 al 25 de febrero. En la celebración también estaban presentes el arzobispo de Manila, cardenal Jose Fuerte Advincula, el obispo de Antipolo, Monseñor Ruperto Santos, y el rector del Santuario, padre Reynante Tolentino, junto con otros obispos de las diócesis filipinas, sacerdotes, diáconos, seminaristas, personas consagradas y miles de fieles laicos.

«La presencia de un Santuario semejante – ha dicho el Pro-prefecto durante la homilía – es un signo de gracia que nos llama a todos nosotros al testimonio profundo de la fe. Nos encontramos en el Santuario dedicado a la Virgen María, la Madre de Dios que intercede por nosotros, ante todo, para que reine la paz en el mundo entero y en nuestros hogares». El peregrino que viene a “Our Lady of Peace and Good Voyage”, ha continuado el obispo, «sabe que no puede salir del Santuario sin llevar consigo el mensaje de paz que da la Madre de Dios. La peregrinación al Santuario Internacional tiene la misión de unir espiritualmente a los cristianos con todos los creyentes en todo el mundo. Ser un Santuario Internacional no es solo un privilegio que se concede, sino una misión que se debe compartir».

Mons. Fisichella ha concluido con un mandato: «Que esta casa de Dios sea, por tanto, un lugar donde se fortalezca la fe a través de la oración incesante que se eleva hacia el Padre por intercesión de la Virgen María; se fortalezca la esperanza para el camino que debemos recorrer hasta llegar a la meta final; y se viva abundantemente la caridad de corazón, reconociendo las formas de misericordia que el Señor nos ha dejado». El próximo año, con ocasión del Jubileo 2025, ha recordado Su Excelencia, los peregrinos de Antipolo que irán a Roma para el Año Santo también tendrán la responsabilidad de ser “Peregrinos de Esperanza”.

Al inicio de la Misa, el Pro-prefecto colocó frente a la imagen de la Virgen María la “Rosa de oro”, ofrecida como don al Santuario por el Papa Francisco. Es la primera vez que un Santuario mariano en Filipinas, y en todo el continente asiático, recibe tal reconocimiento por parte del Santo Padre. «Que con motivo de este honor concedido a nuestro Santuario – han escrito en la oración final de agradecimiento -, nos convirtamos verdaderamente en portadores de la palabra y del amor de Dios, manifestando devoción a la Santísima Virgen de Antipolo y empeñándonos en obras de beneficencia».

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Redacción Zenit

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