Hu Zimo
(ZENIT Noticias – Bitter Winters / Pekín, 08.03.2024).- Si divulgas un secreto de Estado en China permanecerás en prisión durante varios años y podrías incluso correr el riesgo de ser condenado a muerte. Entonces, usted quiere saber qué es exactamente un secreto de estado. El problema es que esta información es secreta.
Si esto le supone un dolor de cabeza a usted, como lector extranjero, imagine la situación de los ciudadanos chinos y de las empresas extranjeras que operan en China. Estos últimos ya sufrieron el año pasado una serie de arrestos de sus empleados chinos acusadosde intentar obtener o divulgar secretos de Estado. Ahora todo el mundo tiene que lidiar con la nueva “ Ley de Protección de Secretos de Estado ” (中华人民共和国保守国家秘密法), que entrará en vigor el 1 de mayo de 2024.
La ley es una enmienda a la Ley de Protección de Secretos de Estado existente, que fue promulgada en 1988 y revisada en 2010. Su objetivo declarado es fortalecer la protección de los secretos de Estado y la seguridad nacional, y prevenir filtraciones, espionaje y sabotaje.
La ley define los secretos de Estado como cuestiones relacionadas con la seguridad y los intereses del Estado en diversos campos. El problema es que no está claro qué es un secreto de Estado, ya que sólo se indican categorías amplias. De hecho, la ley amplía la definición de secretos de Estado para incluir asuntos que no han sido definidos como secretos por ninguna autoridad pero que aun así pueden afectar la seguridad y los intereses del Estado si se divulgan.
El artículo 13 explica que “Se determinarán como secretos de Estado los siguientes asuntos relacionados con la seguridad y los intereses nacionales, que si se filtran pueden dañar la seguridad y los intereses del país en los campos político, económico, de defensa nacional, diplomático y otros: (1) Asuntos secretos en decisiones importantes sobre asuntos nacionales; (2) Asuntos secretos en la construcción de la defensa nacional y actividades de las fuerzas armadas; (3) Asuntos secretos en actividades de diplomacia y relaciones exteriores y asuntos secretos que están sujetos a obligaciones de confidencialidad con el mundo exterior; (4) Asuntos secretos en el desarrollo económico y social nacional; (5) Asuntos secretos en ciencia y tecnología; (6) Mantener actividades de seguridad nacional e investigar asuntos secretos en casos penales; (7) Otros asuntos secretos que determine el Departamento Administrativo de Confidencialidad nacional. Los asuntos secretos de los partidos políticos que cumplan con lo dispuesto en el párrafo anterior se calificarán como secretos de Estado.”
En otras palabras, es secreto de Estado lo que el Partido Comunista Chino (PCC) decide que es secreto de Estado, incluso después de haber sido revelado. Los “asuntos nacionales”, el “desarrollo social”, los “casos penales” pueden abarcar cuestiones de derechos humanos y la represión de la religión “ilegal”. Y siempre existe la referencia en el artículo 13, número 7, a “otros asuntos” que el PCC puede considerar secretos caso por caso.
El nuevo texto también otorga más autoridad a la Comisión de Seguridad Nacional, la Oficina del Secreto de Estado y otros departamentos relevantes para supervisar e inspeccionar la implementación de la ley, e investigar y castigar las violaciones. La ley también aumenta las penas por violar la ley, que van desde advertencias y multas hasta prisión y pena de muerte, dependiendo de la gravedad y las consecuencias de la violación.
La ley puede tener un efecto paralizador sobre la libertad de expresión, información y comunicación en China, especialmente de periodistas, académicos, activistas y abogados, quienes pueden enfrentar más restricciones y riesgos en su trabajo. La ley también puede afectar la cooperación y el intercambio entre China y otros países y regiones, especialmente en las áreas de negocios, ciencia y tecnología, ya que puede crear más barreras e incertidumbres para entidades e individuos extranjeros que se ocupan de asuntos en riesgo de ser definidos. como “secretos de estado”.
Por lo tanto, no es bueno para la economía. Pero tal vez se considere más importante crear un clima de terror y tratar de evitar que cualquier información perjudicial para el PCC se comparta en las redes sociales o se filtre al extranjero (incluso a “Bitter Winter”).
Traducción del original en lengua inglesa realizada por el director editorial de ZENIT.
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