(ZENIT Noticias / Oviedo, 12.06.2024).- Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, Nicaragua, y exiliado en Roma, recibió personalmente el premio “Libertas internacional” en la ciudad de Oviedo, España, que se entregó representativamente al Arzobispo de Oviedo, el 29 de mayo en el Auditorio Príncipe Felipe de la ciudad.
Los “Premios Libertas” se instauraron en 2022 para contribuir a la defensa activa de la libertad, reconocer la entrega personal en su promoción, difundir el valor de la libertad e impulsar la protección de individuos y sociedades libres. Son entregados por la Asociación para la Participación de la Sociedad Civil Oviedo21 con cuatro categorías: ‘Libertas Oviedo’, ‘Libertas Asturias’, ‘Libertas España’ y ‘Libertas Internacional’.
Mons. Jesús Sanz Montes recibió el galardón en nombre de Mons. Rolando Álvarez, deportado a Roma el 14 de enero de 2024 por el gobierno nicaragüense, con la mediación del Vaticano.
La arquidiócesis de Oviedo informó que el Arzobispo entregó personalmente el premio al Obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí durante una visita de carácter privado de tres días. Mons. Rolando Álvarez visitó el Santuario de Covadonga durante se estancia en Asturias.
Mons. Rolando Álvarez estuvo recluido por la policía de Nicaragua en su casa episcopal de Matagalpa desde primeros de agosto de 2022. Fue aprehendido y trasladado posteriormente a Managua, la capital, donde la dictadura sandinista le condenó a 26 años y cuatro meses de prisión el 10 de febrero de 2023, como “traidor a la patria” por alzar la voz contra la dictadura que impera en el país. Estuvo recluido en la cárcel La Modelo.
Un día antes de ser condenado, Mons. Álvarez se negó a salir como deportado a Estados Unidos. Accedió a salir hacia Roma con la intervención del Vaticano.
Al ser preguntado el pasado mes de mayo sobre el mensaje a los nicaragüenses que son perseguidos por la dictadura de Daniel Ortega, el Arzobispo Sanz respondió: “Todo nuestro ánimo, todo nuestro apoyo solidario, cristiano y que no tiren nunca la toalla. El ejemplo de Monseñor Rolando es un acicate precioso para seguir en esta lucha en nombre de Cristo, del Evangelio y de la libertad de un pueblo”.
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