(ZENIT Noticias / York, 24.07.2024).- Durante el reciente Sínodo General de los anglicanos en York, el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, compartió una conmovedora experiencia personal sobre la presión que su esposa, Caroline, recibió por parte del personal de un hospital para considerar el aborto de su hija Ellie, quien nació con dispraxia, una condición que afecta el movimiento y la coordinación.
Welby narró cómo, durante el embarazo de Caroline, surgieron preocupaciones que llevaron a los médicos a ordenar una prueba para detectar discapacidades. «Antes de que Ellie naciera, hubo cierta preocupación y se ordenó una prueba», explicó Welby. «Pero a mi esposa le dejaron muy claro que si la prueba daba positivo, se esperaría que pidiéramos la interrupción del embarazo. No fue un proceso neutral porque decían que era caro.»
El Arzobispo describió a Ellie, ahora de 32 años, como «preciosa porque es maravillosa, es amable, es alguien que se enoja, se pone feliz y se pone triste. No tiene una discapacidad tan grave.» Welby subrayó que no reza por la discapacidad de Ellie, sino que la ve como una parte integral de su identidad.
Los comentarios de Welby se alinearon con una moción presentada por el Venerable Pete Spiers, archidiácono de Liverpool, quien desafió la idea de que criar a niños con discapacidades es una tragedia. Spiers abogó por un mejor apoyo para los padres y una información imparcial sobre las condiciones diagnosticadas durante el embarazo.
La moción de Spiers fue aprobada por unanimidad en el Sínodo General, con 312 votos a favor y ninguno en contra. Esta resolución insta a los proveedores de atención sanitaria a ofrecer más apoyo y recursos a los padres de niños con discapacidades.
La Iglesia de Inglaterra se opone a los abortos basados en discapacidades. En un debate parlamentario de 2013, la Iglesia anglicana calificó de «discriminatoria» la ley que permite tales interrupciones. Según la Ley de Aborto de 1967, el aborto es legal hasta las 24 semanas, aunque existen excepciones en casos de discapacidad grave o riesgo para la vida de la madre.
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