(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Nueva York, 28.07.2024).- Obispos católicos y líderes islámicos pidieron al gobierno de Nigeria que modificara o rechazara un tratado de la UE que comprometería a Nigeria con la ideología de género a cambio de inversiones y acceso a los mercados.
El nuevo tratado vinculante amplía la cooperación entre Nigeria y la Unión Europea más allá de los asuntos económicos para incluir cuestiones de derechos humanos, programas de educación sexual respaldados por Occidente, cuestiones de género y salud sexual y reproductiva integral, una frase que la Unión Europea interpreta que incluye el derecho al aborto.
Después de que Nigeria firmara el Acuerdo de Samoa, los obispos católicos calificaron el acuerdo de «amenaza para la soberanía y los valores de Nigeria» y advirtieron de que, aunque parezca «inocuo» en la superficie, la terminología del acuerdo estaba deliberadamente codificada para evitar el escrutinio democrático.
«Nos preocupa que nuestras autoridades civiles no sean plenamente conscientes de las implicaciones del matizado lenguaje del documento, que amenaza nuestra soberanía y valores nacionales», afirman los obispos en un comunicado de prensa recogido en primicia por la Agencia Fides.
El tratado vinculante se basa en una asociación económica anterior entre la Unión Europea y 79 países en desarrollo de África, el Caribe y el Pacífico. Amplía la asociación a nuevas cuestiones como el clima, la migración, los derechos laborales y los derechos humanos. La atención a cuestiones sociales controvertidas es nueva y central en el nuevo marco de asociación.
Según el tratado, ningún país puede apartarse de las disposiciones relativas a los derechos humanos, la salud sexual y reproductiva y el género. Estas cuestiones controvertidas no están tan explícitas en el acuerdo, pero una vez que el tratado entre en vigor dará a la Unión Europea la capacidad de forzar cambios en las leyes y políticas de Nigeria para alinearlas con los valores europeos.
Los obispos justificaron su extraordinaria intervención en asuntos seculares llamándose a sí mismos «vigilantes y guías, profundamente comprometidos con el sólido crecimiento moral, religioso y cultural de nuestro querido país».
El gobierno nigeriano desestimó los primeros informes que afirmaban que el Acuerdo de Samoa contravenía la constitución y las leyes de Nigeria, y amenazó con actuar contra las fuentes de noticias y medios de comunicación que repitieran tales preocupaciones.
«El gobierno federal insiste en que ese informe sobre el acuerdo de Samoa era engañoso, falso y destinado a crear confusión en el país», declaró el ministro de Información nigeriano, Mohammed Idris. Esta afirmación se repitió en artículos de medios occidentales, incluida la BBC.
Aliyu Madaki, miembro de la Cámara de Representantes de Nigeria, llamó la atención sobre las más de sesenta referencias al «género» en el acuerdo y pidió que el Legislativo investigara más a fondo el asunto.
«La frase ‘igualdad de género’ es un caballo de Troya para introducir engañosamente todo tipo de inmoralidades en nuestro país, pues género ya no significa los sexos masculino y femenino tal y como se entendían tradicionalmente. Ahora incluye la homosexualidad, el lesbianismo, la transexualidad y el animalismo», afirmó Madaki.
Los obispos instaron al gobierno a consultar ampliamente al pueblo nigeriano y a ratificar el tratado únicamente con una enmienda que declare que «nada en este Acuerdo vinculante puede interpretarse en el sentido de que incluya obligaciones relativas a la orientación sexual, la identidad de género, la educación sexual integral, el aborto, la contracepción, la legalización de la prostitución, el matrimonio entre personas del mismo sexo o los derechos sexuales de los niños». En su defecto, los obispos instaron al gobierno a abandonar el acuerdo.
Sus llamamientos encontraron eco en el Foro Islámico de Nigeria, que pidió «al gobierno federal que se retire del Acuerdo de Samoa sin más demora».
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