Massimo Introvigne
(ZENIT Noticias – Bitter Winter / Roma, 12.09.2024).- El 4 de septiembre, con el apoyo del Grupo Asesor Científico sobre los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un marco global para ayudar a los Estados Miembros a investigar exhaustivamente los orígenes de los patógenos nuevos y reemergentes.
Durante la conferencia de prensa en la que se presentó el nuevo documento, Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, afirmó que si el nuevo protocolo hubiera estado en vigor cuando estalló la COVID-19, podría haber ayudado a comprender de dónde se originó. Sin embargo, también dio a entender que el protocolo solo puede funcionar si los Estados miembros cooperan, y señaló que este no fue ni es el caso de China en lo que respecta a la COVID-19.
Tedros, un etíope que fue elegido con el apoyo de China y fue acusado de intentar proteger los intereses chinos durante la pandemia, dijo: “Todavía no sabemos cómo comenzó la pandemia de COVID-19 y, lamentablemente, el trabajo para comprender sus orígenes sigue sin terminar… Como he dicho muchas veces, incluso a altos dirigentes chinos, la cooperación de China es absolutamente fundamental para ese proceso. Eso incluye información sobre el mercado de mariscos de Huanan, los primeros casos conocidos y sospechosos de COVID-19 y el trabajo realizado en los laboratorios de Wuhan. Sin esta información, ninguno de nosotros puede descartar ninguna hipótesis. Hasta que China comparta estos datos, o a menos que lo haga, los orígenes de COVID-19 seguirán siendo en gran medida desconocidos”.
Permítanme dejarlo en claro: Tedros “no” dijo que la hipótesis de que el “trabajo realizado en los laboratorios de Wuhan” fue el origen del COVID-19 esté confirmada. Dijo que la hipótesis, como otras, no puede “descartarse”. La razón por la que no puede descartarse es la falta de transparencia de China y su falta de voluntad para compartir información crucial.
Parece que estos compañeros de viaje de la propaganda china que siguen proclamando que la hipótesis del laboratorio chino es una teoría de la conspiración que ha sido definitivamente “descartada” no cuentan con el apoyo de la OMS.
Curiosamente, entre estos compañeros de viaje se encuentran los críticos de las “sectas” relacionadas con la tristemente célebre federación europea antisectas FECRIS. La razón por la que apoyan la propaganda china sobre el COVID es que FECRIS ha trabajado junto con China en la lucha contra grupos estigmatizados como “sectas”. Después de todo, uno trata de proteger a sus amigos, al igual que sus amigos pueden apoyarlo de diversas maneras. Los antisectas también utilizan el argumento de que cualquiera que considere la tesis del origen del laboratorio como una posibilidad (no una certeza) está incursionando en teorías conspirativas paranoicas para atacar a “Bitter Winter”. Ahora, la declaración pública de Tedros los desmiente y confirma que en este tema, como en muchos otros, pueden ser ocasionalmente divertidos, pero no son brillantes.
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