Mons. Mario Moronta ante el Santo Cristo de La Grita © Diócesis de San Cristóbal

Venezuela: «¿Hasta cuándo vamos a soportar esta pesadilla?», plegaria de Mons. Moronta

Ante el Santo Cristo de La Grita

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(ZENIT – 7 agosto 2019).- Mons. Moronta pidió a la imagen milagrosa del Santo Cristo de La Grita que ayude a superar la crisis que afecta a Venezuela: “Porque somos capaces de soñar sueños de libertad, te preguntamos ¿Hasta cuándo vamos a soportar esta pesadilla que acogota al pueblo venezolano?”, imploró.

Ayer, 6 de agosto de 2019, miles de peregrinos acudieron al Santuario Diocesano del Santo Cristo, en La Grita, Venezuela, para participar en la Solemne Misa Pontifical del Santo Cristo.

Así informó la Diócesis de San Cristóbal a través de un comunicado difundido el citado 6 de agosto.

La Eucaristía fue presidida por Mons. Mario del Valle Moronta Rodríguez, acompañado del nuncio apostólico del Congo, Mons. Francisco Escalante. También concelebró el obispo auxiliar de Mérida, Mons. Luis Márquez, y sacerdotes de diversas regiones de Venezuela.

Homilía de Mons. Moronta

El obispo Moronta reflexionó en la homilía sobre la facciones del Rostro sereno de Cristo:  “En la ‘faz lumínica’ del Santo Cristo reconocemos el rostro bonito de nuestros niños y jóvenes que irradian esperanza e ilusión por la vida; el rostro curtido del obrero y del agricultor; el rostro lleno de sabiduría de nuestros ancianos; el rostro solidario de quienes atienden a los pobres y necesitados; el rostro de nuestra gente que manifiesta una fe profunda; el rostro de nuestros sacerdotes que muestran su compromiso en la configuración a Cristo Sumo y Eterno Sacerdote; el rostro de nuestros laicos, fuerza evangelizadora; el rostro sudoroso de los miles de peregrinos que acuden ante el Santo Cristo de La Grita”.

Por otra parte, agradeció la reciente iniciativa de los fieles y sacerdotes de recoger firmas para solicitar a la Conferencia Episcopal Venezolana que el Santo Cristo sea proclamado como el “Protector de Venezuela”, dada la creciente devoción que ha tenido en las últimas décadas en todo el país.

“Es un momento para reafirmar y renovar nuestra existencia marcada por el Bautismo, mediante el cual llegamos a ser el rostro de Cristo. Esto nos conduce a tener plena conciencia de que nuestra identidad es sellada por el mismo Señor Jesús”, añadió el prelado.

También exhortó a los fieles a “mostrar el rostro del Señor y lo que ello conlleva. Así, también, como la Verónica, nos toca limpiar y purificar el rostro sufriente de los más pequeñuelos». Y esto se concreta, indicó en el amor preferencial por los pobres y excluidos.

«Tengo un sueño»

Después de la comunión, el obispo elevó una plegaria al Santo Cristo, “el sueño de un pastor y de su grey”. Así, en ella manifestó: “sueño que, en medio de las tinieblas que ensombrecen a nuestra sociedad, sea respetada la dignidad humana de cada uno de nosotros, dignidad de donde brotan los así denominados derechos humanos, particularmente el derecho a la vida”.

“Tengo el sueño de ser el reflejo de tu rostro sereno. Tus discípulos lo pueden ser en el día a día de sus trabajos y acciones al actuar en tu nombre. Tengo el sueño de que, al hacerlo, podamos conseguir nuevos discípulos, recuperar a los entibiecidos e invitar a los hundidos en el fango del pecado a que se conviertan”.

Al finalizar la ceremonia, el Santo Cristo fue llevado en procesión por las calles de La Grita, la imagen estuvo acompañada por miles de devotos, en un ambiente de oración y de agradecimiento por los favores recibidos.

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ZENIT Staff

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