SOFÍA, martes, 7 diciembre 2004 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha denunciado la discriminación que sufren los católicos en algunos de los países que forman parte de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
La constatación fue expresada este lunes por el arzobispo Giovanni Lajolo, secretario de las Relaciones de la Santa Sede con los Estados, al intervenir ante el Consejo ministerial de esta institución celebrada en Sofía (Bulgaria) del 6 al 7 de diciembre.
Al afrontar la lucha que la OSCE debe emprender en los «frentes de la lucha contra el racismo, la xenofobia y la discriminación», el prelado italiano reconoció que «algunos miembros de la Iglesia católica han pagado en ocasiones con su persona la oposición a estos fenómenos perversos».
«Los cristianos, que constituyen la mayoría religiosa en el territorio cubierto por la OSCE, en algunos países también se ven afectados por normas y comportamientos discriminatorios», añadió.
La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (http://www.osce.org) es la organización regional de seguridad más grande del mundo de la que forman parte 55 Estados de Europa, Asia Central y América del Norte.
La Santa Sede, explicó el encargado del Papa para las relaciones con los Estados, «se ve obligada a llamar la atención y a insistir sobre la necesidad de afrontar también este problema, para garantizar que la OSCE puede afrontar la discriminación y la intolerancia de una manera objetiva y serena».
«Al combatir estos flagelos, esta organización no debe aceptar soluciones desequilibradas: además de ser injustas, no estarían en la línea de su actitud inclusiva que le es tradicional», advirtió.
«¡Sería paradójico ignorar la existencia de medidas discriminatorias contra los cristianos, cuando se pretende luchar contra la discriminación!», exclamó.
«¡El antisemitismo, la discriminación contra los musulmanes y la discriminación contra los cristianos nunca deben entrar en una especie jerarquía!», remachó.
En este sentido, exigió la intervención de la institución competente de la OSCE en este campo, la Oficina para las Instituciones Democráticas y los Derechos Humanos, y auspició que la próxima Conferencia de Córdoba, en el próximo año, «trate también de manera abierta, justa y adecuada el problema de la discriminación contra los cristianos».
«Sólo de este modo los Estados participantes serán capaces de llegar a una conciencia adecuada de este fenómeno perturbador y de adoptar los remedios y soluciones necesarios».
«La Santa Sede continuará contribuyendo en este compromiso con un espíritu de diálogo y cooperación, movida por la voluntad de servir eficazmente a la gran causa de la persona humana», concluyó.
