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Jueves 19 de noviembre

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El Santo Padre llevará a África un mensaje de paz y reconciliación

El Vaticano confirma: Kenia, Uganda y República Centroafricana. Inicia el próximo martes 25 y concluye el 30. Los atentados de París no modifican el viaje

El papa Francisco realizará del 25 al 30 de noviembre el undécimo viaje internacional de su pontificado. La gira incluye tres países africanos: Kenia, Uganda y la República Centroafricana.

A pesar de las dudas sobre la última etapa del viaje debido a la fuerte oleada de violencia reciente en este país, el padre Federico Lombardi, director de la oficina de prensa del Vaticano, ha confirmado que se mantiene. De este modo, ha explicado que el comandante de la Gendarmería vaticana, Domenico Giani, precederá al Santo Padre en el viaje para verificar las condiciones de seguridad.

Durante una sesión informativa esta mañana en la sala de prensa del Vaticano, el portavoz ha indicado a los periodistas, que los atentados de París del fin de semana pasado, no han modificado ni condicionado el programa del viaje pontificio al continente africano.

Asimismo, ha indicado que el Santo Padre “quiere llevar un mensaje de paz y reconciliación” a un lugar marcado por muchas “violencias”.

El primer viaje de un Pontífice a África fue en 1969,   precisamente el de Pablo VI a Uganda. El papa san Juan Pablo II, a lo largo de su pontificado, visitó 42 países africanos. Por su parte, Benedicto XVI visitó en 2009 Camerún y Angola y Benín en 2011. 

Repasando las etapas y los encuentros que Francisco mantendrá en los cinco días de duración del viaje, ha recordado que en Kenia habrá una visita al presidente Uhuru Kenyatta y a las autoridades y cuerpo diplomático del país. Asimismo, tendrá lugar un encuentro interreligioso y ecuménico, una misa en el Campus de la universidad de Nairobi, en un zona en la que hay capacidad para un millón de personas. También se reunirá con el clero, religiosos y seminaristas. Visitará la sede de las Naciones Unidas, donde están dos agencias de la ONU y allí pronunciará un discurso en español. Finalmente, acudirá a Kangemi, un barrio pobre de Nairobi. Después se dirigirá al Estadio Kasarani, para reunirse con los jóvenes, donde está previsto un testimonio de un supervivientes de la matanza del campus de Garissa. Su último encuentro en Kenia será, en privado, con los obispos de la nación.

La segunda etapa del viaje africano es Uganda. En primer lugar se reunirá con el presidente, Yoweri Museveni, quien gobierna desde hace 30 años. A propósito de la visita a este país, el padre Federico Lombardi ha subrayado que tendrá gran importancia el tema de los mártires ugandeses. El Santo Padre visitará Munyonyo, donde fueron condenados a muerte estos mártires católicos y anglicanos. Siguiendo con la temática de los mártires, el Papa acudirá también al santuario dedicado a ellos, después de celebrar la misa el sábado 28 de noviembre.
Esa tarde, se encontrará con unos 100 mil jóvenes en el Kololo Air Strip de Kampala. En este encuentro, ha observado el padre Lombardi, serán significativos los testimonios, entre los que estará el de un joven que fue secuestrado por guerrilleros cuando era pequeño y el de una joven enferma de SIDA. Para finalizar las visitas en Uganda, el Santo Padre irá a la Casa de Caridad de Nalukolongo, después una reunión privada con los obispos y concluirá con un encuentro con sacerdotes, religiosos y seminaristas.

La última etapa del viaje es la República Centroafricana.  A su llegada, Francisco visitará a la presidenta de transición, Catherine Samba-Panza, y después mantendrá un encuentro con el cuerpo diplomático y la clase dirigente, donde pronunciará un discurso en francés, idioma que utiliza por primera vez en un acto público desde que es Papa. A continuación, Francisco visitará un campo de refugiados. También se reunirá ese mismo día con los obispos, con las comunidades evangélicas, y celebrará la misa con sacerdotes, religiosos y seminaristas. En ese momento, el Santo Padre abrirá la puerta santa de la catedral de Bangui, como anticipo del Jubileo de la Misericordia. Para finalizar la jornada, el papa Francisco confesará a algunos jóvenes y abrirá una vigilia de oración. El lunes 30 de noviembre, último día, el Pontífice se reúne con la comunidad musulmana en la mezquita central de Koudoukou en Bangui. Para concluir el viaje, celebrará la misa en el estadio deportivo Barthélémy Boganda.

Entre el séquito que acompaña al Santo Padre en el viaje, participa el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, excepto en la última etapa, porque tiene que viajar a París para la reunión del COP 21. También le acompañan los cardenales Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, y Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Además, como es costumbre en los viajes papales, participará un trabajador del vaticano, en esta ocasión se trata de una mujer de Burkina Faso, que trabaja en una de las tiendas de la Gobernación.

 

 

El Papa en Sta. Marta: ‘Dios llora ante la guerra en el mundo’

En la homilía de este jueves, el Santo Padre asegura que quienes trabajan por la guerra son delincuentes y recuerda a los operadores de paz que están dispuestos a dar su vida por los otros

Todo el mundo está hoy en guerra, y ésto no tiene justificación. Más aún, rechazar el “camino de la paz” hace que Dios mismo llore. Lo ha asegurado el papa Francisco en la homilía de la misa celebrada esta mañana en Santa Marta.

Haciendo referencia al Evangelio del día, el Santo Padre ha explicado que Jesús se acerca a Jerusalén y la observa y llora, dirigiendo a la ciudad estas palabras: “¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos”. Y ha añadido que “Jesús también hoy llora. Porque hemos preferido el camino de las guerras, el camino del odio, el camino de las enemistades”.

El Santo Padre ha recordado que estamos cerca de la Navidad y habrá luces, fiestas, árboles luminosos, pesebres… “todo maquillado: el mundo continúa haciendo la guerra, haciendo las guerras. El mundo no ha comprendido el camino de la paz”.

También ha querido recordar las recientes conmemoraciones de la segunda Guerra Mundial, las bombas de Hiroshima y Nagasaki, su visita a Redipuglia el año pasado por el aniversario de la Primera Guerra.  “Matanzas inútiles”, ha precisado repitiendo las palabras del papa Benedicto XV. Así, ha advertido que “hay guerra por todas partes, hoy, hay odio”. Por eso ha planteado una pregunta: “¿qué queda de una guerra, de ésta, que estamos viviendo ahora?”

El Papa ha respondido que deja: “ruinas, miles de niños sin educación, tantos muertos inocentes, muchos, y mucho dinero en los bolsillos de los traficantes de armas”.

A propósito, el Pontífice ha precisado que la guerra es precisamente decidir de las riquezas: “hagamos armas, así la economía se equilibra un poco, y vamos adelante con nuestros interés”. Y ha recordado que hay una palabra fea del Señor: “¡Malditos!”. Porque Él ha dicho: “bienaventurados los que trabajan por la paz”. Por eso, Francisco ha indicado que los que trabajan por la guerra, los que hacen guerra, son malditos, son delincuentes.

A continuación, el Santo Padre ha observado que una guerra se puede justificar –entre comillas– con muchas, muchas razones. “Pero cuando todo el mundo, como hoy, está en guerra, ¡todo el mundo! es una guerra mundial por partes: aquí, allí, allí, por todas partes …, no hay justificación. Y Dios llora. J
esús llora”, ha precisado.

Por otro lado, el Santo Padre ha advertido que mientras los traficantes de armas hacen su trabajo “están los pobres trabajadores de paz que solamente por ayudar a una persona, a otra, a otra, a otra, dan la vida”.

A este punto, ha puesto como ejemplo a “un símbolo de nuestro tiempo: Teresa de Calcuta”. Contra la cual se podría decir, con el cinismo de los poderosos, “¿pero qué ha hecho esa mujer? ¿Ha perdido su vida ayudando a la gente a morir?” Por eso el Papa ha reconocido que “no se entiende el camino de la paz”.

Para finalizar la homilía, el Pontífice ha asegurado que nos hará bien pedir la gracia del llanto, “para este mundo que no reconoce el camino de la paz. Que vive para hacer la guerra, con el cinismo de decir que no quiere no hacerla”. Por eso, ha invitado a “pedir la conversión del corazón. Precisamente a la puerta del Jubileo de la Misericordia, que nuestro júbilo, nuestra alegría, sea la gracia que el mundo encuentre de nuevo la capacidad de llorar por sus crímenes, por lo que hace con las guerras”.

 

 

El Santo Padre critica la «medicina de los deseos»

El Pontífice recibe a los participantes de la Conferencia Internacional promovida por el Pontificio Consejo para los Trabajadores Sanitarios

El respeto por el valor de la vida y aún más, el amor por ella, encuentra una actuación insustituible en el hacerse prójimo, acercarse, cuidar a quien sufre en el cuerpo y en el espíritu. Estas son las acciones que caracterizan la pastoral de la salud, tal y como ha subrayado el papa Francisco en la audiencia a los participantes de la XXX Conferencia Internacional promovida por el Pontificio Consejo para los Trabajadores Sanitarios sobre el tema “La cultura de la Salus y de la acogida al servicio del hombres y del planeta”, que se celebra en el Vaticano del 19 al 21 de noviembre.     

Y en estas acciones y actitudes la Iglesia “pondrá especial énfasis durante el Jubileo de la Misericordia, que nos ayuda a todos estar cerca de los hermanos y las hermanas que más sufren”, ha asegurado. Asimismo, ha destacado que los elementos constitutivos de la “cultura de la salus” son  acogida, compasión, comprensión y perdón.

El Santo Padre ha subrayado que la cercanía al otro, “hasta sentirlo como alguien que me pertenece, supera toda barrera de nacionalidad, de clase social, de religión…, como nos enseña el buen samaritano”. Supera también la cultura –ha precisado– según la cual, tanto en los países ricos como en los pobres, los seres humanos son aceptados o rechazados según criterios utilitaristas, en particular utilidad social y económica.

Y esta mentalidad “es pariente” de la llamada “medicina de los deseos” cada vez más difundida en los países ricos, caracterizada por la búsqueda a toda costa de la perfección física, en la ilusión de la eterna juventud, ha advertido el Pontífice.

Por otro lado, el Santo Padre ha explicado que el “hacerse prójimo” conlleva también asumir “responsabilidades obligatorias hacia la creación y la ‘casa común’, que pertenece a todos y que ha sido encomendada al cuidado de todos, también de las generaciones venideras”.

A propósito, ha reconocido que la preocupación de la Iglesia es por el futuro de la familia humana y de toda la creación. Se trata de educar a todos –ha precisado– para cuidar y administrar la creación en su totalidad, como don entregado a la responsabilidad de cada generación para que la entregue de nuevo lo más íntegra y humanamente habitable para las generaciones futuras.     

Finalmente, ha deseado a los presentes que en estos días que van a dedicar a la profundización y al debate, en los que considerarán el factor ambiente en sus aspectos mayormente unidos a la salud física, psíquica y social de la persona “puedan contribuir a un nuevo desarrollo de la cultura de la salus, entendida en sentido integral”. De este modo, les ha animado a tener siempre presente, en sus trabajos, la realidad de esas poblaciones que mayormente sufren los daños provocados por el degrado ambiental, daños graves y a menudo permanente en la salud.    

 

 

Las puertas de la Misericordia se abrirán por todo el mundo

En torno al 13 de diciembre, se procederá a la apertura de las Puertas Santas en los templos escogidos por cada obispo local

El arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), monseñor Carlos Osoro Sierra, ha firmado el pasado 9 de noviembre el decreto del Jubileo de la Misericordia en su diócesis.

En palabras de monseñor Osoro, el Año Santo Extraordinario, proclamado por el papa Francisco desde el 8 de diciembre de 2015 –solemnidad de la Inmaculada Concepción– hasta el 20 de noviembre de 2016 –solemnidad de Jesucristo Rey del Universo–, es “un tiempo privilegiado de gracia para que, con la ayuda Dios nuestro Señor, que manifiesta su omnipotencia en su misericordia, vivamos como Iglesia, cada uno de los creyentes, esta misericordia que el Padre nos dispensa y la anunciemos con convicción en este mundo nuestro, lleno de grandes esperanzas y fuertes contradicciones”.

El Santo Padre quiere que este acontecimiento eclesial se celebre no solo en Roma. Por eso, en torno al 13 de diciembre, se abrirá la llamada Puerta de la Misericordia en todas las catedrales del mundo, y en otros templos escogidos por cada obispo local.  

El rito especial de apertura ha sido preparado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización con la aprobación de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y ha sido publicado en el volumen “Celebrar la Misericordia”.

El hecho de abrir una puerta con ocasión de un Año Jubilar se remonta al siglo XV. Según la descripción realizada en 1450 por Giovanni Rucellai de Viterbo, fue el papa Martín V quien, en 1423, abrió por primera vez en la historia la Puerta Santa de la basílica de San Juan de Letrán. Sus sucesores, en particular el papa Alejandro VI en 1499, la extendió a las cuatro basílicas mayores, es decir, además de San Juan de Letrán, San Pedro en el Vaticano, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros.

Antes del Jubileo del año 2000, era costumbre que el Romano Pontífice abriera la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, y después delegara en un cardenal la apertura de las puertas de las otras tres basílicas. Al comienzo del nuevo milenio, el papa Juan Pablo II procedió él mismo a la apertura y el cierre de cada una de ellas. La puerta de la basílica de San Pedro siempre ha sido la primera que se abre y la última que se cierra.

En la capital de España, la Puerta de la Misericordia, que es la “meta de la peregrinación, como signo del deseo de una profunda conversión”, será abierta por el arzobispo de Madrid “en la Santa Iglesia Catedral en las Primeras Vísperas del Tercer Domingo de Adviento, día 12 de diciembre, a las 19 horas”.

Con este motivo, monseñor Osoro ha invitado “a todas las comunidades parroquiales, de vida consagrada y movimientos y asociaciones de apostolado seglar a hacer la peregrinación dicho día para entrar por la Puerta de la Misericordia en esta celebración”.

Asimismo, y teniendo en cuenta las disposiciones de la bula Misericordiae Vultus y de la carta en la que se concede la indulgencia con ocasi
ón del Jubileo de la Misericordia, el prelado ha establecido que podrán ganarla todos los fieles que “acudan a la Santa Iglesia Catedral o cualquiera de los templos jubilares designados y participen en la celebración de la santa Eucaristía o en una sagrada ceremonia reflexionando sobre la misericordia, haciendo la profesión de fe y orando por el Papa y sus intenciones, cualquier día del año; dicha gracia podrá ser aplicada por los fieles difuntos”.

También ha explicado que “quienes por diversos motivos estén imposibilitados de llegar a la Puerta Santa […] podrán ganar el don de la indulgencia, viviendo con fe y gozosa esperanza este momento de prueba y recibiendo la comunión o participando en la santa misa o en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación”.

Por su parte, los presos “podrán lucrar el don de la indulgencia jubilar en la capilla de la cárcel, y el traspasar la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y oración al Padre, será para ellos el paso de la Puerta Santa”.

 

 

La polución ambiental es causa de muchas patologías

Cumbre en el Vaticano sobre la cultura de la salud. Reúne a expertos de nivel internacional

La polución ambiental se encuentra en la raíz o agravarse de muchas patologías actuales, y el tema será profundizado en la conferencia internacional para los operadores sanitarios que lleva como título: “La cultura de la ‘salus‘ y de la hospitalidad al servicio del hombre y del planeta”, que inicia hoy en el Vaticano y durará hasta el sábado 21 de noviembre.

Lo indicó el profesor Antonio Pasciuto, presidente de la Asociación Italiana Medicina Ambiente, en la presentación que se realizó este martes en la sala de prensa de la Santa Sede. Allí explicó que “la medicina ambiental clínica comienza a finales de los años 80, cuando crecían las evidencias de la relación entre sobrecargas ambientales y patologías, en particular los tumores”.

El profesor Pasciuto añadió que “hoy sabemos que muchas patologías se deben a la exposición a más sustancias contemporáneamente, aunque sean dosis muy pequeñas, si se mantienen en el tiempo”.

Las causas ambientales de los efectos nocivos en el hombre se deben entre otros a insecticidas, pesticidas, metales pesados, mufas, formaldehídos, interferentes endócrinos, micropartículas, entre otros”.

El estudioso indicó su satisfacción al ver que en la encíclica Laudato Si’ se abordan “magistralmente” los principios de la medicina ambiental e indicó también los agravantes ambientales en patologías como el párkinson y en la infertilidad masculina, con los ftalatos, y bisfenoles muy utilizados en la industria del plástico. Añadió entre los poluentes el glifosato, aún muy usado en agricultura.

Interrogado por los periodistas presentes sobre la responsabilidad de algunas multinacionales en la polución y venta de productos poco sanos, el profesor indicó que “no se trata de ir contra las multinacionales sino de educarlas”, y es importante crear sistemas “que permitan la interacción por parte de los usuarios para protestar cuando los productos tienen elementos contaminantes”.

Recordó en esta línea de las apps para teléfonos celulares que permiten saber la presencia de contaminantes en los productos que se compran, y que dan también los e-mail para escribir protestando.

Sobre Organismos Genéticamente Modificados y pesticidas, indicó que muchos OGM son más resistentes a los pesticidas, lo que significa que se puede fumigar más, con los consiguientes daños ambientales.  

 

 

México: encuentran el cuerpo sin vida del sacerdote desaparecido

Erasto Pliego de Jesús había sido secuestrado el viernes pasado. La arquidiócesis de Puebla expresa su dolor

La Arquidiócesis de Puebla lamentó que el sacerdote Erasto Pliego de Jesús haya sido asesinado. El párroco de Santa María de la Natividad, en la pequeña ciudad de Cuyuaco, había desaparecido el 13 de este mes.

La Comisión Diocesana de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Puebla en un comunicado indicó anoche que “las autoridades han notificado esta mañana que fue encontrado el cuerpo sin vida del Padre Erasto Pliego de Jesús, párroco de Sta. María de la Natividad en Cuyuaco, Puebla”.

“La Arquidiócesis de Puebla –prosigue el comunicado– lamenta profundamente que un sacerdote cuya vida estaba consagrada a Dios y al servicio de los demás haya sido víctima de la violencia”.

La Iglesia local agradeció el apoyo a las fuerzas del orden, y a sus familiares y a su comunidad parroquial le expresó “cercanía y solidaridad” asegurando “oraciones por el eterno descanso del P. Erasto Pliego de Jesús”.

La procuraduría de justicia, por su parte, indicó que ante el hallazgo del cuerpo se están practicando los exámenes para confirmar la identidad: “Se llevaron a cabo las diligencias necesarias para la identificación por parte de los familiares, quienes refieren que sí podría tratarse de Erasto Pliego de Jesús; sin embargo, ante las condiciones del hallazgo, la PGJ realiza pruebas de genética para la plena identificación pericial”.

El cuerpo fue localizado en Nopalucan, en el ejido El Silbato, donde campesinos informaron de la presencia de un cuerpo. Según indicaron conocidos del párroco a medios locales, el día de su desaparición llegaron a su casa varios hombres, quienes aseguraron que eran seminaristas y que estaban de visita para ver al sacerdote.

Según el Centro Católico Multimedia Mexicano, dos sacerdotes fueron asesinados el año pasado, mientras que en el 2013 fueron once más otros dos que siguen desaparecidos

 

 

En Siria necesitamos la ayuda de los cristianos del mundo

Entrevista a un sirio greco-católico refugiado en España

Abbud (nombre ficticio) es un refugiado sirio, greco-católico, que se encuentra viviendo en una ciudad castellana (cuyo nombre también omitimos, por la seguridad de Abbud y la de su familia). Cuando recuerda a su patria no puede evitar que su semblante cambie y sea la tristeza la que impere en sus gestos porque el recuerdo de lo que allí ha dejado pesa mucho en su corazón. Cuando habla de su padre, fallecido recientemente, sus ojos denotan su emoción porque no puede volver a su país.

Su participación en la JMJ de 2011 hizo que pudiera conocer a la familia que hoy en día le ha tendido lazos para establecerse en España. Gracias a la ayuda de Cáritas puede afrontar una nueva vida.

¿Cómo vivías en Siria?
— Abbud: Soy natural de Alepo, allí vivía con mi mujer y mis dos hijos. Soy licenciado en Derecho y ejercía como abogado en mi ciudad. Mi casa está en la parte oeste de la ciudad. Antes de la guerra vivíamos bien; trabajaba en mi bufete. Podíamos viajar y vivir bien.
Al estallar la guerra, el control militar de Alepo se divide en dos: una parte es tomada por los grupos armados y la otra es controlada por el Gobierno. Mi zona estaba controlada por el gobierno sirio.
La situación más dura la sufren los que viven en el área de la zona de Alepo controlada por el Gobierno porque a diario hay cohetes, morteros, bombas, coches-bombas, secuestros, bloqueos, cortes de electricidad y de agua, también cortes de carretera entre Alepo y otras ciudades. No dejan entrar alimentos a esa zona. No es una vida normal. Así llevamos tres años y medio.

Cuando empieza la guerra en Alepo ¿cómo reaccionaste
— Abbud: En marzo de 2011 estalla la guerra en Siria; en octubre comienza en Alepo cuando la zona oriente de Alepo es tomada por los grupos armados. En ese momento vimos que nuestra vida corría peligro; teníamos miedo porque no sabíamos si cuando salías de casa por la mañana podrías regresar por la tarde. Pero d
ecidimos esperar.

¿Cuándo decides huir de Alepo con tu familia?
— Abbud: En 2013 había empeorado notablemente la situación. La zona este de Alepo estaba bloqueada. Muchos ciudadanos de Alepo se estaban planteando huir a Europa. Entonces decidimos salir de Alepo. Había dos maneras: una de ellas es ilegalmente como está ocurriendo ahora en gran medida, la otra era a través de un visado. Intenté esta segunda opción a través de dos embajadas, una de ellas era la de Francia y otra la de España.

¿Por qué decidisteis elegir España?
— Abbud: Vine a España en agosto de 2011 para participar en la JMJ junto con mi esposa. Aquí conocimos una familia que nos acogió y con esta familia entablamos amistad. Tras la JMJ pudimos volver a Alepo cuyo aeropuerto aún funcionaba entonces. En ese momento todo el mundo se preguntaba qué estaba ocurriendo. Y pudimos comprobar que la situación iba empeorando.
Finalmente pensamos en España porque la familia que nos acogió durante la pasada JMJ nos invitó y tendió lazos para facilitar los trámites.

¿Cómo reaccionó tu familia cuando propones salir de Siria?
— Abbud: Ellos estaban de acuerdo porque la situación era crítica. Mis hijos iban al colegio y no sabíamos si podrían volver porque los grupos armados llevan a cabo secuestros, coches-bomba… era la tónica diaria. Ante el miedo, todos decidimos huir. Tanto a mi esposa como a mis hijos les pareció lo más oportuno. Mis hijos tenían entonces 15 y 10 años respectivamente.

¿Cómo fue la salida del país?
— Abbud: No podíamos salir de inmediato porque los grupos armados bloquearon las salidas de Alepo hacia otras ciudades y muchos cristianos han sufrido secuestro y desaparición y hasta ahora no se sabe nada de su paradero. Hasta 2014 no pudimos hacerlo. Entonces el Gobierno abrió caminos que son muy largos pero seguros. Esto es mejor que otras rutas. 
En mayo de 2014 decidimos viajar desde Alepo hasta la frontera del Líbano en coche y al llegar a la frontera pudimos pasar al país vecino con nuestros pasaportes. Nos dirigimos a la Embajada de España donde solicitamos el visado. Allí nos dijeron que tendríamos que esperar un mes para saber la decisión. Tuvimos que volver, de nuevo, a Alepo porque no podíamos vivir en Líbano. Era caro.
Al mes nos avisaron desde la embajada española de que sí nos darían los visados y entonces salimos por última vez de Siria. Nos dirigimos nuevamente en coche hasta la frontera del Líbano; entramos en el país y fuimos al aeropuerto de Beirut desde donde tomamos un vuelo a España.

¿Cómo fue la llegada España y cómo han podido encontrar hogar?
— Abbud: Nuestros amigos de la JMJ nos abrieron su hogar y nos ayudaron; juntamente con la parroquia a la que pertenecen. Nos ayudaron a encontrar casa y también por medio de Cáritas podemos afrontar gastos. Cuando llegamos a España mis hijos me decían que necesitaban fuerza para seguir adelante porque no teníamos casa, ni trabajo. Pero necesitábamos comenzar una nueva vida porque corríamos peligro en Alepo.
Nosotros hemos percibido la ayuda y cercanía de la Iglesia para que no nos sintamos solos. Desde Cáritas no nos falta ayuda para afrontar nuestra nueva situación.

¿Te gustaría volver?
— Abbud: Sí. Pero no sabemos cuándo terminará la guerra. Mientras que haya guerra en Siria nuestra vida allí no es segura. No pensamos volver de momento. Nuestro mayor problema aquí es la situación económica pero la vida es tranquila y tengo esperanza en encontrar trabajo. Queremos tener nueva vida.

¿Qué es lo más duro que te ha tocado vivir hasta ahora?
— Abbud: La muerte de mi padre hace tres meses en Alepo. Mis padres vivían allí y para mí ha sido muy duro no haber podido acompañar a mi madre en estos momentos tan difíciles.

¿Conoces cristianos desaparecidos?
— Abbud: Se oye mucho que hay muchas personas que mueren durante el camino de huida hacia El Líbano. Se habla de secuestros de sacerdotes, obispos, etc. Por otro lado, los cristianos vivimos en zonas concretas y se sabe cuál es la zona mayoritaria de cristianos de Alepo. Y estas zonas son bombardeadas y allí mueren muchas personas a diario.

¿Tienes miedo de grupos radicales?
— Abbud: Sí. Tenemos experiencia con los grupos radicales islámicos. Ellos atacan a todos los que no piensan como ellos ya sean cristianos o musulmanes.
En Siria hay muchos grupos islámicos radicales como ISIS o Al-Nusra y otros que llegan desde Chechenia o Europa. Su objetivo es que todo el mundo tiene que pensar como ellos. Los cristianos en Siria no pueden actuar con libertad, no pueden profesar públicamente su fe. No hay libertad.

¿Crees que la sociedad europea está más sensibilizada ahora con el tema de la guerra siria?
— Abbud: Es muy triste lo que voy a decir pero creo que si los refugiados no hubieran salido de esa manera de Siria hace un par de meses, la mayoría de los europeos no hubieran sabido lo que ocurre en Siria.

¿Qué pides a Dios para Siria?
— Abbud: Le pido la paz y que termine esta guerra. Antes de la guerra mi pueblo vivía bien. Yo pienso que en la Biblia hay palabras que indican que los cristianos formamos un solo cuerpo; si algún órgano del cuerpo sufre todo el cuerpo sufre. Necesitamos la ayuda de los cristianos del mundo para Siria. Antes de la Guerra existían más de un millón de cristianos en Siria. Necesitamos ayuda de otros cristianos.

 

 

España: presentan el documento “Crisis de solidaridad. Solidaridad ante la crisis”

Los jesuitas piden la regeneración de la vida pública, la calidad institucional y el liderazgo social, y denuncian la crisis del Estado social

La Compañía de Jesús ha presentado este miércoles en la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE el documento “Crisis de solidaridad. Solidaridad ante la crisis”, que han elaborado conjuntamente los distintos sectores de los jesuitas en España. Con este texto quieren compartir no solo sus reflexiones, inquietudes e interrogantes sino también sus propuestas o vías de solución, señaló hoy infoSJ.

Los encargados de presentarlo en una mesa redonda han sido: Ana García-Mina, vicerrectora de Servicios a la Comunidad Universitaria y Estudiantes; el padre Daniel Izuzquiza, SJ, director de entreParéntesis y Razón y Fe; el padre Raúl González Fabre, SJ, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Comillas ICADE, y Cristina Manzanedo, abogada del Servicio Jesuita a Migrantes SJM-España.

Uno de los aspectos importantes del documento es el referido a la economía. Para el padre Fabre, “hay que hacer una solidaridad distinta para salvar la solidaridad. Las respuestas de hace 30 años ya no nos sirven en la economía que estamos, pero el ir deshaciéndonos de las respuestas del pasado, puede conllevar, sin querer, a deshacernos de la solidaridad”. 

Por otro lado, en la parte política, hace falta un cambio, una renovación. “Este 2015 está siendo muy marcadamente electoral y supone la irrupción y asentamiento de los partidos emergentes», apuntó el padre Izuzquiza.

En el documento se avala la tesis de que, a pesar de que ante la crisis ha habido muestras de solidaridad, estamos también ante una “crisis de la solidaridad porque se han generado reacciones insolidarias”.

Durante la presentación, uno de los autores del informe –el padre Izuzquiza– reconoció que en este se afirma que el “Estado social sufre hoy una grave crisis, con la paradoja de que la solidaridad institucionalizada ha pod
ido desactivar la solidaridad voluntaria». Añadió que «el modelo de Estado social, tal como lo hemos conocido, es inviable en el contexto de la globalización. En todo caso, esta crisis impide volver a lo de antes y exige grandes dosis de imaginación y creatividad”.

En el plano europeo, los jesuitas consideran que “crece la sospecha de que interesa más ‘la Europa de los mercaderes’ que ‘la Europa de los ciudadanos’” y en el plano global interpretan que “no tiene sentido reforzar fronteras y levantar muros” y que “mientras no haya una instancia de gobierno mundial que sirva de contrapeso y control al poder de los grandes agentes económicos que de hecho gobiernan el planeta, estaremos abocados a la globalización de la indiferencia y no la de la solidaridad”.

En este sentido, Cristina Manzanedo afirmó que “vivimos en un mundo vallado para las personas”, y advirtió que “terrorismo y refugiados son dos fenómenos diferentes y confiamos que unos actos terroristas no sirvan de excusa para paralizar la acogida a refugiados”.

Las propuestas o vías de solución las realizan los distintos sectores de la Compañía de Jesús después de haber contemplado la realidad de aquellos que pasan por sus instituciones (de carácter social, colegios, universidades, parroquias, centros juveniles…) Consideran, entre otros, como principios irrenunciables de esas posibles soluciones el poner a la persona humana en el centro, el tener como objetivo el lograr el bien común de la sociedad y el garantizar los derechos sociales.

Su decálogo de propuestas se dirigen tanto a la ciudadanía (solidaridad espontánea), como a la sociedad civil (solidaridad organizada) y al Estado (solidaridad institucionalizada) para promover: “una ciudadanía comprometida con la solidaridad, un tejido social que construye solidaridad, y unas políticas públicas renovadas para fortalecer la solidaridad”.

Por último, los jesuitas ofrecen también sus compromisos concretos para reforzar la solidaridad en sus propias instituciones.

 

 

Manos Unidas: la pobreza es la principal causa de la violación de los derechos de la infancia

Con motivo del Día Universal del Niño, que se conmemora este viernes, la organización católica ha denunciado la connivencia de gobiernos e instituciones

El 20 de noviembre se conmemora el Día Universal del NiñoNaciones Unidas celebra esta jornada en honor a la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y a la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989, el tratado internacional más ratificado de la historia.

Con este motivo, la Organización No Gubernamental para el Desarrollo Manos Unidas se ha sumado “a todas las voces que claman porque los Derechos que deberían amparar y proteger a todos los menores del mundo, no sean sistemáticamente violados, muchas veces con el amparo y la connivencia de gobiernos e instituciones”.

“La pobreza, principal causa de la violación de estos derechos, ratificados por la mayoría de los países del mundo, impide que los más pequeños tengan cubiertas necesidades tan básicas como la educación, la atención sanitaria, el acceso al agua potable y a una alimentación suficiente y adecuada”, ha denunciado la organización eclesial en un comunicado. 

Además, ha proseguido, “las más que precarias condiciones en las que se desarrolla la vida de muchas familias, lleva a los más pequeños a ser víctimas de todo tipo de abusos por parte de muchos adultos sin escrúpulos que utilizan la vulnerabilidad de los más débiles en su propio provecho”.

En Manos Unidas trabajan contra esas pobrezas que “condenan a los más pequeños a una vida de privaciones y sufrimiento que, a su corta edad, no deberían conocer”. Para ello, en los últimos 18 meses ha aprobado 201 proyectos destinados a la infancia, por un importe de 10,37 millones de euros.

África es el continente al que esta ONGD católica ha dedicado un mayor presupuesto, 6,49 millones euros, con el fin de hacer frente a 122 proyectos. Entre ellos, priman las iniciativas dedicadas a la educación, a la asistencia sanitaria y a la mejora de la alimentación.

La educación es también prioritaria en los 69 proyectos que ha apoyado en Asia, donde, además, gran parte de los 3,25 millones de euros destinados a mejorar las condiciones de vida de los más pequeños se han dedicado a las víctimas de la trata, a los refugiados y a prevenir la prostitución infantil.

En América, ha apostado fundamentalmente por mejorar la nutrición infantil y paliar las consecuencias que la violencia y los conflictos armados tienen en los menores, a través de 10 proyectos, por un importe cercano a los 634 mil euros.

Según la ONU, cada día mueren en el mundo 16 mil niños menores de cinco años, víctimas de la miseria; casi la mitad de las personas que viven con menos de 1,25 dólares al día –es decir, 569 millones– tiene menos de 18 años; 17 millones de niños sufren desnutrición aguda grave provocada por la falta de alimentos; y millones de menores sufren habitualmente las consecuencias de la explotación laboral, la discriminación, la violencia física y sexual, el abuso y el abandono.

Para más información, consulte el informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2015 y la 11ª edición de la publicación Progreso para la Infancia.

 

 

El cardenal Blázquez, nuevo Gran Canciller de la Universidad Pontificia de Salamanca

El arzobispo de Valladolid ha sido elegido este miércoles por la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española

La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha elegido este miércoles a su presidente, el cardenal Ricardo Blázquez Pérez, como nuevo Gran Canciller de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), cargo que ya ocupó de 2000 a 2005. Sustituye en el cometido a Mons. Carlos López, quien ocupaba la función desde el año 2005 y que será, como obispo de Salamanca, el Vice Gran Canciller de esta institución académica.

Las normas Estatutarias que rigen la elección del Gran Canciller de la Universidad Pontificia de Salamanca establecen que “compete a la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española el nombramiento del Gran Canciller”. Además, el Vice Gran Canciller “será el Obispo de Salamanca a no ser que hubiera sido elegido Gran Canciller. En este caso, la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española lo elegirá de entre sus miembros”, informa la CEE en su página web.

La Universidad Pontificia de Salamanca nace el 25 de septiembre de 1940, fecha en la que el papa Pío XII firmó el Decreto de Fundación, accediendo a la petición de la Conferencia Episcopal Española. Los obispos españoles hicieron suyo el deseo del cardenal Enrique Pla y Deniel, auténtico artífice de la Universidad, quien no cesó en su empeño de restaurar los estudios de Teología y Derecho Canónico, suprimidos por la desamortización de Mendizábal el 21 de mayo de 1852.

La UPSA, por tanto, aunque surge como tal en el siglo XX hunde sus raíces en el XIII, cuando el rey Alfonso IX de León fundó el Estudio Salmantino en el invierno de 1218-19. No obstante, el verdadero impulsor de esa naciente Universidad salmantina fue el rey Alfonso X el Sabio, quien le otorgó el Estatuto de 1254, conocido también c
omo la Carta Magna del Estudio Salmantino. Con este estatuto, la Universidad quedó definitivamente constituida en su doble carácter de Real y Pontificia. En esa época el apoyo de la Iglesia resultó decisivo para el sostenimiento tanto académico como económico de la institución.

Un gran benefactor de la Universidad en Salamanca fue el papa Benedicto XIII, quien trabajó por una mejor dotación de la Universidad y le concedió la Facultad de Teología en 1380.

La alianza entre la Teología y el Derecho Canónico fue una de las claves del protagonismo que la Universidad salmantina tuvo en el siglo XVI. La Universidad se manifestaba ya en esta época alejada de la idea de Academia de saber gratuito para mostrarse como una forja de profesionales en distintas ramas del saber que han de ejercitarlo en docencia o servicios.

La relevancia de la Facultad de Teología se mantuvo durante todo el Siglo XVI siendo ésta la facultad que más brilló y provocó el nacimiento de la llamada Escuela de Salamanca. Nombres como Francisco Vitoria, Domingo de Soto, Martín de Azpilcueta o fray Luis de León escriben la historia de la Universidad.

Esta buena relación entre la Iglesia y la Universidad sufrió profundos cambios con los gobiernos liberales que rigieron España en el Siglo XIX. En 1852 Teología y Derecho Canónico fueron excluidos de la Universidad por la desamortización de Mendizábal. La Iglesia española quedaba así privada de un elemento esencial.

La Universidad afrontaba el futuro por otros derroteros, pero sacrificaba una parte importante de su historia. Para colmar este vacío, Pío XII, a petición del episcopado español, restauró el 25 de septiembre de 1940 las dos facultades en la Universidad Pontificia de Salamanca. Así, Teología y Derecho Canónico constituyeron el núcleo de la Universidad Pontificia. La recuperación de las facultades que mayor esplendor dieron a la Universidad salmantina en siglos anteriores convierte a la Pontificia en legítima heredera de un pasado memorable.

Las diócesis españolas y las órdenes religiosas concentraron sus esfuerzos de nuevo en Salamanca, reuniendo profesores, alumnos y teologados. La Iglesia volvía a estar presente activamente en tareas universitarias y hacía que el renombre histórico de Salamanca volviese a unirse a disciplinas y saberes que la hicieron un referente en el panorama educativo español e internacional.

En los últimos años, esta institución ha apostado por la formación de posgrado ofreciendo innovadoras titulaciones que facilitan la formación continua y favorecen la especialización profesional. Actualmente, la Universidad Pontificia tiene una amplia y diversificada oferta de titulaciones, dobles titulaciones, posgrados y títulos propios.

 

 

Nigeria: Boko Haram causa 50 muertos en dos atentados suicidas

Los ataques se produjeron este martes. Van más de dos mil bajas en el 2015. Aumenta el éxodo de personas hacia el norte del continente

Un grupo de terroristas de Boko Haram han provocado la muerte de al menos 50 personas mediante una serie de atentados suicidas en las ciudades de Yola y Kano, en Nigeria. La primera deflagración tuvo lugar el martes en un estacionamiento contiguo a una mezquita y un mercado de frutas, y se saldó con 34 víctimas mortales y 80 heridos, la mayoría mujeres y niños. Además, la urbe más importante del norte del país, sufrió horas después dos explosiones simultáneas llevadas a cabo por mujeres kamikazes. Dos yihadistas, de unos 11 y 18 años, se inmolaron en medio de un mercado de telefonía móvil y alcanzaron a quince personas que fallecieron en el acto. Más de 50 resultaron heridas, según ha informado este miércoles la policía local. 

Boko Haram recurre con frecuencia a mujeres kamikazes, llegando a enviar a la muerte incluso a niñas. Hasta la fecha, la más joven tenía solo 7 años. En estos casos, los jefes suelen tener el control de la carga explosiva que transportan las pequeñas, activándola a distancia mediante teléfonos móviles.

Esta banda radical es la más mortífera del mundo, según el Global Terrorism Index, que le atribuye la pérdida de 6.644 vidas a lo largo del pasado año, frente a las 6.073 jóvenes al autodenominado Estado Islámico (Daesh, por su acrónimo en árabe), organización a la que los extremistas nigerianos han jurado lealtad.

La alianza entre Daesh y Boko Haram era algo esperado, desde el momento en que diversos grupos yihadistas han ido manifestando su fidelidad al autoproclamado Califato de Abu Bakr al-Bagdadi desde Egipto, Libia o Pakistán en los últimos meses.

Las citadas acciones de los fundamentalistas islámicos se producen tan solo unos días después de que el presidente Muhammadu Buhari anunciara que la lucha contra la insurgencia conseguiría una victoria definitiva en el plazo de un mes.

La reciente contraofensiva del gobierno de Abuja le ha arrebatado a la formación extremista nigeriana el territorio conquistado el pasado año, pero Boko Haram ha respondido con una sucesión de ataques urbanos e incursiones en aldeas que ya han causado más de dos mil bajas a lo largo de 2015. La insurrección yihadista, iniciada en 2009, también ha impulsado el éxodo de decenas de miles de personas del noreste de Nigeria.  

 

 

Jesucristo, Rey de amor

Carta del obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández. ‘Sólo el amor será capaz de transformar la historia, nunca la violencia ni la imposición, y menos aún la guerra’

Con el último domingo del año litúrgico, llegamos a la fiesta solemne de Jesucristo Rey del Universo, como recapitulación y resumen final de todo el misterio de Cristo, que a lo largo del año hemos celebrado. La fiesta de Cristo Rey está haciendo referencia a su muerte, donde Cristo aparece como dueño soberano de su entrega en las manos del Padre por amor, a manos de los verdugos que lo crucificaron en nombre de todos los pecadores. Y hace referencia a su resurrección, donde Cristo es rey vencedor de la muerte, del pecado y del demonio.

Pero sobre todo hacer referencia al final de la historia, donde el Reino de Dios llegará a su plenitud, cumplido en la historia, consumado en el cielo, donde Dios lo será todo en todos. La fiesta de Cristo Rey es como el capítulo final de un drama en el que ha habido una fuerte lucha, en el que ha habido derramamiento de sangre y en el que, por fin, ha vencido el “León de la tribu de Judá” (Ap 5,5), Jesucristo el Señor. De esa victoria tenemos certeza anticipada en nuestro camino por la vida. No sólo ha vencido él, sino que nos garantiza nuestra victoria. También nosotros venceremos con él.

Fijémonos bien. Se trata de un Reino de amor y de paz. Jesucristo no impone su Reino por la espada, por la violencia, por la guerra. Sólo por el amor. Y sólo quien ama se hace capaz de abrirse a este amor que se le ofrece. Él ha sufrido la violencia, pero no ha respondido con violencia, “cuando lo insultaban, no devolvía el insulto… al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente” (1Pe 2,23). He aquí la postura típicamente cristiana y exclusivamente cristiana. El natural humano reacciona a la violencia con violencia y busca imponer su influencia a base de violencia. El amor cristiano no es así. El amor cristiano reacciona siempre amando. Y sólo el amor será capaz de transformar la historia, nunca la violencia ni la imposición, y menos aún la guerra.

Necesitamos hoy más que nunca reflexionar acerca del Reino y Reinado de Cristo, “reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz” (prefacio de la fiesta). Estamos amaneciendo a una nueva época y tenemos el riesgo de prolongar errores del pasado, donde ha prevalecido tantas veces la ley del más fuerte, descartando a los más débiles y dejándolos en la cuneta de la vida. El Reino de Dios que nos viene por medio de Cristo Rey tiene aportac
iones originales y eficaces para resolver el “desconcierto” mundial.

¿Será la economía?, ¿será la civilización tecnológica?, ¿será la ley del más fuerte, lo que cambiará el mundo, incluyendo a todos y prefiriendo a los que están más lejos, a los que van más lentos, a los que se encuentran en las periferias? No. Ciertamente, no. De todo lo bueno podremos servirnos y eso bueno está muchas veces disperso en cualquier experiencia humana. Pero lo que cambiará el mundo, como lo ha cambiado en tantos momentos del pasado, será el amor. El amor gratuito que brota del corazón de Cristo, traspasado de amor por nosotros. Un amor que devuelve bien por mal, un amor paciente y que espera del otro lo mejor de sí mismo, un amor que no se cansa de esperar, un amor que se parece y brota del amor de Cristo crucificado.

Asistimos continuamente a acciones terroristas que siembran el pánico por toda la humanidad. Los atentados de París nos han llegado muy de cerca y además han tenido una repercusión mediática inmensa. El cristiano reprueba toda acción violenta. Esa y todas las que suceden en lugares donde no hay teletipos ni televisión que nos lo hagan ver. En cada una de estas acciones hay ofensa a Dios y a los demás. Nunca se puede matar en nombre de Dios. La persona humana y la vida humana son inviolables, desde su concepción hasta su muerte natural.

¿Quién podrá librarnos del odio y de la muerte, que a veces se desata tan violentamente? Sólo Cristo el Señor, el Rey del universo, el Rey de la gloria. Por eso, al llegar este domingo último del año, domingo de Cristo Rey, pedimos a nuestro Señor que su Reino llegue a todos los corazones y transforme los deseos de venganza en amor, la destrucción en cooperación al bien, el sufrimiento en esperanza de gloria.

¡Viva Cristo Rey! Ha sido el último grito de amor y de esperanza en la boca de tantos mártires, mientras se tragaban las balas de la muerte. Es en ese momento supremo donde el amor llega hasta el extremo, es ahí donde el amor vence al odio. Y ese amor es el de Cristo, que quiere reinar en todos los corazones.

Recibid mi afecto y mi bendición:  + Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

 

 

Beata María Fortunata Viti – 20 de noviembre

«Benedictina. Una vida heroica, llena de religiosa belleza. Durante setenta años supo ofrecer a Dios cotidianamente las labores de la vida ordinaria. Sus milagros hicieron que por clamor popular fuera enterrada en la iglesia»

Que la santidad no precisa ostentación alguna, ni tiene por qué venir acompañada de gestas relevantes lo prueba la vida de muchos insignes seguidores de Cristo. Para el que aspira a alcanzar la mejor morada en el cielo, pasar por este valle de lágrimas envuelto en el anonimato, oculto en Dios, es contar con uno de los grandes regalos del que ya puede disfrutar en la tierra. A fin de cuentas, vivirá eternamente prendido del amor de Dios con absoluta exclusividad entre la pléyade de bienaventurados que le aguardan. Llegamos al mundo sin atavíos de ningún tipo y esa misma desnudez que nos acompañará en la muerte, solo la habrá podido cubrir, en el máximo sentido de la expresión, la misericordia divina.

El mérito incuestionable de esta beata italiana radica en haber sabido cumplir día a día su misión, con plena fidelidad, en las humildes tareas que le encomendaron, en el silencio del claustro, sin otra aspiración que la de ser santa, único tesoro por el que se entregó en su vida consagrada. Harta proeza, sin duda alguna. Hay un halo de innegable grandeza en haber logrado realizar las dignas labores de hilar, lavar, coser y remendar, que son tan rutinarias, con el gozo y sencillez con que ella lo hizo durante setenta años. Es decir, que sobrenaturalizó lo ordinario, como han hecho otros santos y santas.

Nació en la localidad italiana de Veroli, región del Lazio, el 10 de febrero de 1827. Su hogar estaba regido por un padre que no era precisamente un dechado de virtudes. La ludopatía y el alcohol hundieron el negocio de Luigi Viti, un próspero comerciante, y arruinó la vida de su esposa Anna Bono y de sus nueve hijos. Anna Felicia fue la tercera de los hermanos. A los 14 años perdió a su madre –su corazón no había resistido tanta desdicha y claudicó cuando tenía 36 años de edad– y ella debió sustituirla en el cuidado de la numerosa prole. La situación era de grave carencia en todos los ámbitos, una difícil coyuntura creada por los vicios de su padre. Para contrarrestar tanta miseria y el hambre que padecían, ya que su progenitor continuaba atrapado en sus adicciones, Anna Felicia trabajó como empleada doméstica al servicio de una familia de Monte San Giovanni Campano. En ese momento su trabajo era prácticamente la única vía de ingresos que entraba en el hogar. Y este fue el escenario de su vida hasta los 24 años.

Se le presentó la ocasión de desposarse con un ciudadano de Alatri, que la cortejó y que le ofreció un futuro esperanzador ya que poseía cuantiosos bienes, pero la generosa joven soñaba con la vida religiosa y lo rechazó. Tantos sufrimientos habían acrisolado su amor a Cristo y con Él había sido capaz de rogar diariamente la bendición de su padre, a quien besaba respetuosamente las manos sin censurar en su corazón a ese despojo humano, en el que se había convertido, apresado por las flaquezas, y dominado por su mal carácter.

El 21 de marzo de 1851, a la edad de 24 años, cuando vio que sus hermanos estaban bien encaminados, Anna Felicia ingresó con las benedictinas en el monasterio de Santa María, de Veroli. Al profesar tomó el nombre de María Fortunata. Las penosas circunstancias que marcaron el periodo anterior de su vida le impidieron formarse adecuadamente. De modo que al ingresar en el convento era una completa iletrada. No pudiendo ocuparse de tareas litúrgicas en el coro, fue destinada a realizar labores domésticas que llevaba a cabo con el firme anhelo de conquistar la santidad. Fue la resolución que le condujo al convento y así lo expresó al llegar: «quiero hacerme santa». Era una mujer de palabra, porque es fácil comprometerse verbalmente, pero hay que demostrar la autenticidad de lo expresado cada segundo del día. Lo dice el refrán: «del dicho al hecho hay gran trecho». Ella no olvidó nunca el objetivo que se había trazado.

Viviendo heroicamente el «ora et labora» benedictino, iniciaba la jornada en las primeras horas de la madrugada para realizar cada día y con el mismo marco, sin abandonar jamás la clausura, las rutinarias tareas que tenía encomendadas. En su entorno ignoraban la aridez que padecía esta humilde religiosa, obediente, amable, servicial, sencilla y caritativa. Con una intensa vida de oración y silencio, María Fortunata se postraba ante el Santísimo Sacramento, al que tenía gran devoción, dando ejemplo de fidelidad y entrega. Fue agraciada con los dones de milagros y de profecía. Dejaba traslucir la ternura de Dios que se derrama sobre sus dilectos hijos, alumbrando ese camino que recorren los que han encarnado en su vida las bienaventuranzas: desprendimiento, limpieza de corazón, inocencia, mansedumbre, etc.

Dios no quiso que quien había pasado más de setenta años en el anonimato, yaciera oculta en la sepultura común de la clausura en la que fue enterrada, sin ningún honor y con cierta precipitación, al advertir su muerte acaecida el 20 de noviembre de 1922 cuando contaba con 95 años. Había llegado a tan avanzada edad aquejada por el reumatismo, y apresada en su lecho con ceguera, sordera y parálisis. Como los milagros comenzaron a producirse ante la tumba, trece años más tarde sus restos tuvieron que ser extraídos y enterrados en la iglesia, a demanda del clamor popular. El 8 de octubre de 1967 fue beatificada por Pablo VI quien ensalzó su edificante vida de perfección.

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ZENIT Staff

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