La ciudad de Buenos Aires acogió el simposio del Festival de Música y Reflexión 2015 en la noche del sábado, protagonizado por el director de orquesta argentino-israelí Daniel Barenboim, el expresidente español Felipe González y tres representantes de las principales religiones monoteístas. La cita, en el Teatro Colón, pretendía servir para departir acerca del conflicto palestino-israelí, que pese a estar en el otro lado del mundo preocupa mucho a un país en el que la cultura judía y la musulmana tienen una fuerte presencia.
“No he conocido otro país donde sea tan perfectamente natural tener múltiples identidades como Argentina”, explicó Barenboim, que nació y vivió en Buenos Aires hasta los 10 años. “No es así en EEUU o en Europa. Estamos acostumbrados al lado autodestructivo de este país, a veces con razón, pero tiene cosas positivas. En Argentina se puede ser judío o árabe y por eso no menos patriota argentino. No hay otro país donde eso sea tan natural”, insistió el músico, que estos días toca en su tierra natal con la orquesta de árabes y judíos que creó con Edward Said.
“Lo que pasó en Argentina fue un aporte de la escuela pública, donde convivían con normalidad italianos, turcos, rusos, que no discutían por la religión sino por el fútbol”, destacó el sacerdote católico Guillermo Marcó, amigo del papa Francisco. “Muchos periodistas internacionales me preguntan por él y yo les digo que no se puede entender al Papa sin comprender la cultura de convivencia religiosa en Argentina y en especial en Buenos Aires”, añadió.
El padre Marcó, el rabino Daniel Goldman y el líder islámico Omar Abboud, que dirigen el Instituto para el Diálogo Interreligioso en Argentina, dieron una lección de cercanía en el escenario, en un acto moderado por el empresario Hugo Sigman, y mostraron su rechazo absoluto a la violencia en el conflicto árabe-israelí.
Para despejar las posibles dudas, fue el rabino quien leyó una carta de condena expresa en nombre de los tres representantes religiosos por el asesinato de un niño palestino en Gaza esta misma semana.
Abboud, que acompañó al Pontífice en su viaje a Israel y Palestina, pidió utilizar el ejemplo de Argentina para tratar de encontrar una solución al conflicto entre judíos y musulmanes.
“El ser humano ha aceptado la riqueza de la biodiversidad animal mucho mejor que la diversidad de percepciones culturales”, advirtió González, que viajó a Argentina para este evento. “Nos empeñamos en construir naciones homogéneas porque creemos que lo diverso nos debilita, ese es el gran desafío del nacionalismo”, insistió.
“Hay una enorme falta de curiosidad por el otro”, resumió Barenboim. “Este no es un conflicto político, es humano, dos pueblos están convencidos de tener derecho a vivir sobre el mismo pedazo de tierra sin el otro”, aseguró.
Por último, el director de orquesta se refirió a la iniciativa del Santo Padre para alcanzar la paz en la región: “El Papa tuvo un enorme coraje. En Palestina habló de sionismo. Y no era necesario. Pero no lo hizo por error. Habló en Israel de refugiados. No fue a hacer relaciones públicas”. “A lo mejor es la personalidad de este Papa tan extraordinario la que nos puede ayudar a mover la cosa”, concluyó.