Las embajadas de Estados Unidos en La Habana y la de Cuba en Washington, abrieron este lunes sus puertas, convirtiendo en tales las hasta ahora secciones de intereses de ambos países.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, que ha viajado a la capital estadounidense acompañado por una delegación de 30 representantes de diversos sectores de la sociedad cubana, ha encabezado la ceremonia en la que participaron unos 500 invitados, incluidos miembros del Gobierno y del Congreso de Estados Unidos.
Después, Rodríguez se reunió con su par estadounidense, el secretario de Estado John Kerry, en el Departamento de Estado en cuyo edificio será izada, por primera vez desde 1961, la bandera cubana junto a las banderas de los países que tienen relaciones diplomáticas con EEUU.
En Cuba en cambio, Estados Unidos no realizará un acto oficial, reservando la ceremonia a la próxima visita de John Kerry a la Isla.
Para normalizar enteramente las relaciones, el próximo paso deberá ser el fin del bloqueo, cuyo fin depende de la votación del Congreso de Estados Unidos. Quedaría demás la base estadounidense de Guantánamo, en el oriente caribeño, que La Habana reclama, así como la interrupción de los programas televisivos y de radio realizados por cubanos en el exilio, en favor de la democracia y contra la dinastía de los Castro.
Entretanto las dos partes coinciden en que esta segunda fase de negociaciones será más fácil después del restablecimiento de relaciones diplomáticas.