El pabellón de la Santa Sede en la Exposición Internacional de Milán 2015, con el título “No solo pan” ha sido presentado este martes en la sala de prensa del Vaticano. El evento en la ciudad del norte de Italia se realiza del 1 de mayo al 31 de octubre, y participarán 131 países. La exposición ha sido promovida realizada y gestionada conjuntamente entre Santa Sede, la diócesis de Milán y la Conferencia Episcopal Italiana (CEI). El pabellón seguirá la línea de sobriedad del pontificado de Francisco, que además en su próxima encíclica indicará la necesidad de cuidar la creación y de oponerse a la cultura del descarte.
El cardenal Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de Cultura y comisario general de la Santa Sede para la Expo 2015, ha explicado que la política cultural de la Santa Sede se mantiene coherente al confirmar la importancia de estar presente y tomar parte en los debates sobre cuestiones cruciales relativas a las modalidades de vida en el planeta y de cuidar el futuro. Por otra parte, también ha señalado que las manifestaciones internacionales son una ocasión propicia para proponer, también a través del lenguaje estético y las obras de arte que la fe cristiana ha sabido generar a lo largo de los siglos, de forma original y creativa, el propio mensaje cultural y espiritual.
El Pabellón de la Santa Sede tendrá como título dos citaciones bíblicas: “No solo de pan” y “danos hoy nuestro pan”, afirmaciones que –ha precisado el purpurado– envían tanto a una visión amplia e integral, no reduccionista, de las necesidades humanas, como a una concretización que no olvida la cotidianidad con sus emergencias y exigencias.
Por su parte, monseñor Domenico Pompili, subsecretario de la CEI, ha indicado que hoy Italia, con unos 60 millones de personas, registra más de 4 millones (de las cuales el 70 por ciento son ciudadanos italianos) que están bajo el umbral de la pobreza alimentaria y la cifra continúa aumentando. Estas personas –ha explicado– son atendidas en sus necesidades primarias por casi 15 mil estructuras caritativas territoriales que a través de paquetes de alimentación, comedores y otras formas de intervención más innovadoras ofrecen ayuda a quien lo necesita.
También ha participado en la presentación monseñor Luca Bressan, vicario episcopal para la Cultura, la Caridad, la Misión y la Acción Social de la diócesis de Milán. De este modo ha recordado que las religiones contribuyen a alimentar el mundo. La religión es el alimento del alma, y “como cristianos sentimos la tarea de habitar la Expo 2015 para desentrañar el alma mística del hombre, el corazón místico de la experiencia, la dimensión profundamente y radical religiosa de la creación, del mundo”.
Asimismo, monseñor Giovanni Pietro Dal Toso, secretario del Pontificio Consejo “Cor Unum” –dicasterio implicado también en la organización– ha explicado que no se quería solo ver la gran pobreza del tercer mundo, sino también las pobrezas de todo el mundo, “que no son solo un hambre de comida, son muchas formas de ausencia de Dios”. Al respecto ha explicado como son las dos paredes que representarán esto.
La primera contiene fotografías de rostros, “la pobreza antes de ser un fenómeno son personas que sufren”, ha indicado. Son imágenes de todo el mundo de fotógrafos internacionales. “Es el hambre del hombre, entendida de la forma más amplia”, ha añadido. Sin embargo, la segunda pared tiene una dimensión cinematográfica que quiere describir las respuestas de la Iglesia a estas problemáticas mostrando el valor de la caridad cristiana, la ayuda material y espiritual.
La Universidad Católica del Sacro Cuore y el Hospital Pediátrico Bambino Gesù son además los patrocinadores científicos que ayudarán a desarrollar y apoyar los temas de reflexión. Mariella Enoc, presidenta del hospital, ha destacado la importancia de la comida como método de educación y Pier Sandro Cocconcelli, de la Universidad del Sacro Cuore, ha recordado que el desafío del hambre no es solo un aspecto técnico y científico sino también ético. “La alimentación es algo más que pan y esta Expo es una gran ocasión y única para discutir sobre el futuro del planeta”.
Tal y como ha asegurado el cardenal Ravasi, el presupuesto total ha sido de 3 millones de euros, sin erogaciones extras. Para tener idea de las cifras, el 10 de abril en una reunión de diplomáticos de América Latina y periodistas, el embajador de Ecuador, Juan Olguín indicó que su país ha destinado 10 millones de euros para el evento, mientras que el de Chile, Fernando Ayala, precisó eran 28 millones de euros. El ministro Plenipotenciario de la Embajada de la República de Argentina en Italia, Carlos Cherniak, en cambio hasta ese momento indicó que no tenía las cifras a disposición. Por su parte España ha indicado a través de los medios, un presupuesto de 10,5 millones de euros.