El santo padre Francisco, al finalizar la oración del ángelus en la plaza de San Pedro este domingo 16 de noviembre, se dirigió a las Villas Pontificias de Castelgandolfo para inaugurar dos esculturas de hierro realizadas por el artista argentino Alejandro Marmo.
El Papa comió en el Frantoio, en la zona de la granja, acompañado del cardenal Bertello, presidente de la Gobernación; monseñor Vergez Alzaga, secretario general; del director de las Villas Pontificias con la familia; y del autor de las obras de arte, con la familia y otras personas.
A continuación, el Pontífice fue a pie hasta el helipuerto, donde le esperaban unas 40 personas conocidas suyas procedentes de Argentina, y después bendijo las dos obras de arte. El Santo Padre regresó en coche al Vaticano en las primeras horas de la tarde. Durante el recorrido se detuvo en la Clínica Pío XI, para hacer una breve visita al cardenal Jorge María Mejía, que está ingresado allí.
Finalmente, al llegar al Vaticano, el Papa fue directamente a la Casina Pío IV, sede de la Academia de las Ciencias, donde se estaba celebrando un Simposio internacional de jóvenes comprometidos en la lucha contra el tráfico de seres humanos. Allí fue acogido por el canciller, monseñor Sánchez Sorondo. El Santo Padre dirigió unas palabras a los participantes, unos sesenta, y después les saludó personalmente.
