Las II Jornadas Sociales Católicas por Europa, que abordarán del 18 al 21 de septiembre el tema de “La fe cristiana y el futuro de Europa” han sido presentadas en la tarde de este jueves. Unas 200 personas, entre delegados de las Conferencias Episcopales y demás organismos eclesiales de todo el continente, se reunirán estos días en Madrid para reflexionar sobre la misión de los cristianos en la sociedad contemporánea y vincular el debate sobre Europa a la doctrina social de la Iglesia.
En un mensaje firmado por el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, y leído en la inauguración de las Jornadas por el secretario de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE), por el sacerdote Patrick Daly, el papa Francisco recuerda como «uno de los grandes desafíos para la Iglesia en Europa es encontrar caminos efectivos para llevar la luz del Evangelio a los asuntos más urgentes que afectan al continente».
El Santo Padre también anima a los participantes «a profundizar en su propia búsqueda de la santidad a través del firme compromiso de oración personal y conversión» y a ofrecer a los diversos ámbitos de la sociedad «un testimonio más coherente y gozoso, que despierte las conciencias de una realidad en la que los bienes temporales y el orden social deben estar al servicio de la persona y su plenitud en Dios».
Una Iglesia, escribe el Pontífice, «que presta mayor atención a las necesidades materiales de los que sufren, también aprenderá a ofrecer un anuncio más convincente de la verdad y de la salvación a los que tienen hambre y sed de vida eterna y a aquellos que piden “razón de la esperanza que está en vosotros” (1 Pedro, 3:15)».
En la rueda de prensa de presentación, celebrada previamente, han intervenido los cardenales Reinhard Marx, arzobispo de Múnich y presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE); Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova y vicepresidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE); el obispo auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino; y el secretario general de Cáritas Europa, Jorge Nuño Meyer.
El cardenal Reinhard Marx, uno de los miembros del G-9 designado por Francisco para reformar la Curia, ha asegurado que «la crisis económica está resultando muy difícil para nuestros gobiernos y para los ciudadanos» y ha añadido que «es preocupante la tentación del populismo». «Para Europa, sería terrible encerrarnos en populismos y nacionalismos», ha enfatizado el purpurado.
«La Unión Europea es una sociedad en camino, pero hay que tener en cuenta que Europa es mucho más grande que la UE», ha proseguido. En este sentido, resulta fundamental, en este momento de crisis, «identificar los puntos de salida, y participar en una civilización del amor, alentando a los cristianos a que sean activos tanto en la UE como en Europa en general».
Tras recordar el centenario de la I Guerra Mundial, en la que murieron 18 millones de personas, el cardenal Marx ha reconocido que, entonces, «el lenguaje de la Iglesia, excepto el de Benedicto XV, era terrible». Por este motivo, en el mundo actual, «es importante analizar cuál es nuestra responsabilidad en la paz. En Europa, en Ucrania, estamos en guerra». «Es importante rezar por la paz en Europa, y poder recuperar el espíritu de la reunificación de Europa y así trabajar por la paz y la libertad», ha insistido.
Por último, el arzobispo de Múnich ha subrayado la dimensión social de Europa, que puede perderse en tentaciones como «el populismo y el nacionalismo». Por ello, ha concluido, «debemos encarar con la fuerza de la fe, a la luz del Evangelio, cuestiones como la juventud, la inmigración, la solidaridad, el futuro de la familia, la crisis demográfica…»
Por su parte, el cardenal Angelo Bagnasco ha señalado que «los obispos y la Iglesia aman a Europa y quieren estar en ella con el patrimonio espiritual que hace su identidad y su misión». El purpurado ha incidido en que los cristianos «viven en este mundo, se interesan por Europa, porque son ciudadanos» pero a la vez deben plantear una visión «del hombre y del mundo que desprenda Evangelio».
«La Europa de las finanzas, de la economía, de la crisis, no puede estar en pie si no interioriza una visión, un patrimonio, no podrá resistir, o será una presencia débil en el mundo», ha asegurado el purpurado italiano, quien ha reivindicado una Europa del diálogo, en la que «todos tenemos algo que decir, sin olvidar nuestros orígenes» puesto que, en caso contrario, «nos encontramos ante un individualismo sin límites, sin relaciones, que entrega al individuo a sí mismo y lo descarta. El resultado es la soledad extrema de cada uno».
En el turno de preguntas, el obispo auxiliar de Madrid ha afirmado que espera que la legislación sobre el aborto sea reformada para una «mejor tutela del derecho a la vida» y al mismo tiempo de la maternidad.
«No se pueden contraponer el derecho a la vida y la libertad de la mujer; la buena libertad hay que apoyarla, mantenerla para que las mujeres puedan ser madres, sin condicionamientos negativos», ha explicado Mons. Martínez Camino.
La legislación española tiene que «avanzar en esta dirección", ha insistido el prelado madrileño al ser preguntado por la posibilidad de que el Gobierno renuncie a modificar la actual ley de la aborto. Defender a los débiles es un empeño de la Iglesia en este punto, ha reiterado.
Como ha dicho el papa Francisco, ha proseguido, el aborto «no es progresista, no es defender a los débiles y no se puede poner la vida de ningún ser humano como medio para ninguna otra cosa». La vida de cualquier ser humano, aunque tenga unas horas de existencia, es «un fin en sí mismo que el Estado debe tutelar», ha insistido.
Sobre esta cuestión, el cardenal Reinhard Marx ha defendido que la UE no adopte decisiones sobre asuntos que derivan de la responsabilidad de cada Estado miembro, ni cambie las leyes de éstos. Las relaciones entre Iglesia y Estado son muy distintas entre países, ha añadido.
Además, el purpurado alemán ha destacado la idea de trabajar para aumentar la sensibilidad de las instituciones europeas y de los ciudadanos en relación con la trascendencia de la vida desde el comienzo hasta el final.
Por su parte, el cardenal Angelo Bagnasco ha reiterado que la UE «no tiene que entrar» en las cuestiones de los Estados miembros y debe evitar la tentación de recurrir a presiones injustas.
El Programa
Las II Jornadas Sociales Católicas Europeas han comenzado este jueves, a las 18,00 horas, con una Eucaristía presidida por Mons. Juan José Omella, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño y presidente de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española.
Tras la sesión de apertura con los discursos de los cardenales, el rector de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso (Madrid), Javier Prades López, ha pronunciado la primera ponencia sobre “La contribución de la fe cristiana al presente y futuro de Europa: la persona”.
Este viernes 19, tras la Eucaristía que por la mañana presidirá el cardenal Reinhard Marx, comenzará la primera sesión de trabajo en la que se plantea el interrogante “¿Crisis o cambio? ¿Una ocasión única? La imagen de una sociedad europea en constante cambio”. Intervendrán Antonis Skoullos, managing director de Oracle Cyprus, Hardware and Software, y Jaime Mayor Oreja, ex miembro del Parlamento Europeo y la hermana Débora Córdoba Cerezo, de la Congregación de las Misioneras de la Caridad, en Madrid. A continuación tendrá lugar la ponencia del cardenal Marx titulada “¿Una Europa Social?”.
La segunda por la tarde es con el tema “Repensar la economía y el trabajo con una perspectiva cristiana”. Se ha programado una ponencia a cargo del profesor de la Universidad de Bolonia Stefano Zamagni sobre “La crisis económica en Europa y su impacto en la
s familias ¿Cómo superarla? La contribución de la Doctrina Social de la Iglesia” y cuatro talleres en los que abordar la temática de la inmigración y la emigración; el futuro para los jóvenes de Europa; la solidaridad entre generaciones y sistemas de bienestar en Europa; y la cultura de la gratuidad y la tradición del voluntariado.
El cardenal Angelo Bagnasco presidirá la Eucaristía el sábado por la mañana y la tercera sesión de trabajo, girará en torno a la persona y a la familia como base de la sociedad y de los derechos humanos. El profesor de la Universidad Católica de Budapest Balázs Schanda se centrará en “La persona humana como fundamento pre-político de los derechos humanos” y la columnista de The Irish Times Breda O`Brien, en el “Matrimonio y familia: pertenencia y participación al bien común”. Habrá también talleres sobre libertad de educación e instrucción, la crisis demográfica y las políticas a favor de la familia en Europa, y la vida humana en la sociedad tecnológica.
Por la tarde, la sesión final llevará el título general “Cristo, fuente de esperanza para Europa”. Presentarán la síntesis final María Durão (Apoio à Vida, Portugal) y Ondrej Socuvka (Central European Business and Social Initiative, Eslovaquia). La conclusión del Encuentro correrá a cargo del arzobispo de Trieste y presidente de la Comisión Caritas in Veritate del CCEE, Mons. Giampaolo Crepaldi, y del obispo de Piacenza-Bobbio y vicepresidente de la COMECE, Mons. Gianni Ambrosio.
El programa se completa con dos celebraciones en la catedral de la Almudena en las que podrán participar todos los fieles que lo deseen. El sábado, a las 20,00 horas, se podrán unir a una vigilia de oración por Europa.
El domingo, a las 12,00 horas, el cardenal Rouco Varela presidirá la Eucaristía de clausura de las II Semanas Sociales Católicas Europeas.
El encuentro, promovido por la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE) y el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), junto con la Archidiócesis de Madrid, cuenta también con la colaboración de la Conferencia Episcopal Española.
Está confirmada la participación de obispos, sacerdotes, religiosos y seglares procedentes de Alemania, Austria, Bélgica, Bielorrusia, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, España, Francia, Hungría, Irlanda, Italia, Kosovo, Lituania, Luxemburgo, Macedonia, Moldavia, Montenegro, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumania, Suecia, Suiza y Ucrania.