(zenit – 6 sep. 2020).- Este domingo, 6 septiembre de 2020, el arzobispo de Toledo (España), Mons. Francisco Cerro Chaves, impartirá la bendición papal en Guadalupe, Cáceres, con motivo del Año Jubilar Guadalupense 2020/2021 en el monasterio extremeño de Guadalupe.
El Año Santo en honor a esta advocación mariana se festeja cada vez que el 6 de septiembre coincide en domingo, día de la fiesta litúrgica de Nuestra Señora de Guadalupe, tal como determinó el Papa San Pío X.
Aunque la celebración popular es el 8 de septiembre (Día de Extremadura), la fiesta litúrgica es 48 horas antes, el día 6, tal como determinó el papa Pío X al proclamarla patrona de la comunidad autónoma en el año 1908.
Monseñor Francisco Cerro Chaves, abrió este acontecimiento eclesial el pasado 2 de agosto de 2020 con una Misa en dicho templo, que durará hasta el 8 de septiembre de 2021.
Ganar el Jubileo
Durante el Año Jubilar, cualquier persona puede ganar el Jubileo, cumpliendo los requisitos siguientes: visitar la basílica de Guadalupe, donde, según una antigua leyenda, se apareció la Virgen María a un pastor a finales del siglo XIII; rezar alguna oración y pedir por las intenciones del Papa; y recibir los sacramentos de la Penitencia y de la Comunión quince días antes o después.
Además, durante el Año Santo es costumbre, atravesar la Puerta Santa de la basílica y tocar las piedras que están en la entrada en la nave de santa Ana. Según la tradición, estas cubrieron a la imagen durante siete siglos, tras haber sido sepultada por la invasión árabe (714) y por la cual algunos peregrinos encontraron la sanación a sus enfermedades, cuya gracia está recogida en los códices de los milagros del Real Monasterio.
Nuestra Señora de Guadalupe
La imagen de la Virgen de Guadalupe está fechada como de finales del siglo XII. Se trata de una virgen sedente, realizada en madera de cedro. Es de estilo románico o protogótico. La talla mide 59 centímetros y pesa 3.975 gramos.
Según una antigua leyenda, la imagen fue realizada en un taller de escultura fundado en Palestina en el siglo I por san Lucas Evangelista. Siglos después, fue venerada en templos de Acaya y Bizancio. Posteriormente, el Papa San Gregorio Magno regaló esta escultura a San Leandro, arzobispo de Sevilla visigoda. El arzobispo colocó la imagen en una ermita a las afueras de la localidad. Durante la invasión musulmana del año 711, los cristianos de esa ciudad la depositaron en una caja y la escondieron junto al río Guadalupe, en la zona de la serranía de las Villuercas, al pie de la sierra de Altamira.
Aparición de la Virgen al vaquero
En el siglo XIII, se le apareció la Virgen María a un vaquero de la provincia de Cáceres llamado Gil Cordero junto al castillo de Alía y le dijo que existía una escultura de ella junto al río Guadalupe. Allí buscó excavó y encontró la caja con la sagrada imagen en su interior. Agolpó piedras e hizo una cabaña, donde depositó la imagen de la Virgen María, origen de la primera ermita que albergó a la Virgen de Guadalupe.
El rey Alfonso XI fue el primer monarca de Castilla que visitó este lugar mariano y tras resultar victorioso en la batalla del Salado (1340), hecho que atribuyó a Ntra. Sra. de Guadalupe, decidió reformar la primera iglesia y realizar un albergue para peregrinos.
Gran devoción de la reina Isabel
La primera referencia a la Virgen de Guadalupe es de 1326. Se trata de un documento episcopal firmado por 2 patriarcas, 2 arzobispos y 15 obispos en el que se concede indulgencia plenaria a los que visiten la iglesia de Santa María de Guadalupe.
La Reina Isabel, la Católica, quien profesaba una gran devoción hacia esta imagen, visitó el monasterio de Guadalupe alrededor de 20 veces.
La Virgen de Guadalupe es patrona de Extremadura desde el 12 de octubre de 1906, cuando se produce una gran Peregrinación de Extremadura a Guadalupe, hecho que lleva al Papa Pío X, en marzo de 1907, a establecer la fiesta litúrgica el 6 de septiembre.