El metropolita siro-ortodoxo Eustathius Matta Roham, en visita en Europa, ha expuesto a diversas organizaciones caritativas cristianas la difícil situación en Siria.
Las áreas extra-urbanas del norte de Siria “están controladas principalmente por diversos grupos insurgentes”. El ejercito del gobierno ha abandonado las zonas rurales, para concentrar su presencia en las ciudades de Hassaké y Kamishly. “Pero la gente en estas dos ciudades tienen un gran temor a que los enfrentamientos puedan comenzar en cualquier momento. En ese caso, un gran número de niños, jóvenes, mujeres y ancianos cruzarán la frontera con Turquía”
Así describe la situación de alarma permanente Eustathius Matta Roham, metropolita siro-ortodoxo de Jazirah y Eufrate, que vive la población siria en el gobernatorado nord-oriental de Hassakè, en la frontera con Turquía e Irak.
En un informe enviado a la Agencia Fides, el metropolita siro-ortodoxo confirma que, en la ciudad de Rass al-Ayn las iglesias y todos los símbolos cristianos han sido destruidos, y comunica que el conflicto militar en la zona está pasando por una fase de estancamiento, pero la población está sufriendo el colapso de la actividad económica y la falta de bienes primarios, que han alzado los precios. “Continúa la práctica sistemática del secuestro”, dice el obispo. Roham “y hay un flujo permanente de personas que huyen a Turquía”.
El sábado, 18 de mayo el metropolita Roham se reunió en Munich de Baviera con los representantes de organizaciones caritativas cristianas para evaluar sus programas de ayuda a favor del pueblo sirio. La reunión forma parte de una misión en Europa que S. E. Roham está llevando a cabo en nombre del patriarca siro-ortodoxo Ignatius Zakka I Iwas, también para determinar la condición en que viven los refugiados sirios que han llegado a Grecia.
Anteriormente, durante su “misión” europea, el metropolita siro-ortodoxo ya se había reunido con funcionarios de las organizaciones caritativas Misereor, Missio y Ayuda a la Iglesia Necesitada, y también con el cardenal Christoph Schönborn, a quien pudo entregar una carta del Patriarca Zakka I Iwas.