La situación está empeorando en Mosul, ciudad iraquí ocupada ya desde hace casi un mes por milicianos del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL), junto a otras zonas en el área del recién constituido Califato Islámico. De este modo están aumentado las persecuciones contra las comunidades cristianas locales: ahora todas las casas de los cristianos de Mosul están marcados por una letra «N», inicial de la palabra Nazarat, cristiano en árabe.
Las casas vacías han sido requisadas, mientras en aquellas que aún están habitadas, se ha intimidado a los inquilinos a abandonarlas, hacerse musulmanes o pagar los impuestos de protección, la jizia, prevista por el dhimma, el pacto de protección. Monseñor Shlemon Warduni, vicario patriarcal caldeo de Baghdad, explica a la agencia Sir que también el obispado caldeo ha sido ocupado por los rebeldes y «arriba ahora ondea su bandera».
«Son noticias que llegan de Mosul y lamentablemente no son las únicas», dice el prelado. «Nos consta también que los representantes desde el Califato islámico han ordenado a los funcionarios públicos suspender cualquier ayuda de comida y gas a los pocos cristianos que quedan en la ciudad, a los chiítas y a los curdos. Cualquier infracción a la prohibición será castigada según la Sharia».
Esta noticia ha sido publicada por la web ankawa.com. “Estamos volviendo atrás, la situación empeora cada día. En los pueblos cristianos que han acogido los desplazados que huyen de Mosul y del ISIL es de hecho una emergencia humanitaria», recuerda monseñor Warduni en declaraciones a Baghdadhope.
«Como Cáritas Irak -añade- estamos tratando de hacer lo posible pero no tenemos suficientes medios. También los pozos que hemos construido, en colaboración con Unicef, resultan insuficientes. La ayuda es necesaria urgentemente, la estación es calurosa y es necesaria el agua y la comida y toda la ayuda que pueda aliviar el sufrimiento de toda la población».