(zenit – 23 dic. 2020).- “Con mucho dolor, los obispos del Uruguay aceptamos el pedido que el Gobierno hizo, en el día de hoy, a las distintas comunidades religiosas, de suspender las celebraciones con fieles hasta el 10 de enero”.
Así comienza un comunicado de la Conferencia Episcopal del Uruguay, difundido el 22 de diciembre de 2020.
Aumento de casos de COVID-19
Esta decisión es resultado de los nuevos brotes de coronavirus en el país, que obligaron a una reunión vía Zoom el lunes 21 de diciembre entre el secretario de Presidencia Álvaro Delgado, el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, y líderes religiosos de distintos cultos, en consulta con el presidente de la República Luis Lacalle Pou, indica Vatican News.
Dado el incremento de los casos diarios y conforme a las medidas sanitarias más restrictivas anunciadas en los últimos días, el Gobierno del país pidió a las iglesias que suspendieran las celebraciones litúrgicas para evitar la concentración de personas.
Iglesias permanecerán abiertas
“Las iglesias seguirán abiertas y se transmitirán las celebraciones por las redes sociales y por los medios de comunicación”, señala la nota del episcopado.
Igualmente, el texto aclara que “en las misas que se han celebrado desde el 19 de junio no hubo ningún caso de contagio” y que “la cercanía de la Navidad hace doblemente dolorosa esta decisión”.
“Como Iglesia ya habíamos suspendido una cantidad de actividades, entre otras: campamentos, misiones juveniles, recorridas por los barrios. Al aceptar este pedido tenemos presente la aflicción de muchos fieles que no podrán participar presencialmente del culto al Dios vivo”, se lee.
Volver a celebrar en comunidad
“La libertad de culto es un derecho consagrado en nuestra Constitución. Confiamos que seguiremos cuidándonos entre todos y que con la ayuda de Dios pronto podremos salir de esta situación y volver a celebrar nuestra fe en comunidad”, concluye la nota de los prelados.
Anteriormente, del 14 de marzo y el 19 de junio, los lugares de culto en Uruguay habían permanecido cerrados a las celebraciones con fieles, periodo que incluyó las fiestas de Semana Santa y Pascua.